viernes, 16 de agosto de 2019

Eduardo Coiro

Tesoro

Cómo quien encuentra un tesoro o un bien imprevisto, a los pies de la cama encontré el botón azul noche.
En la oscura tarde pensé tu andar desabotonado por algún punto del saco. Pude ver la llovizna dejando nubes con gotitas en los lentes de tus anteojos.
Así, como un rayo, este pequeño objeto que se desprendió de tu ausencia te trajo de nuevo a mi lado.
La habitación se iluminó por completo de tu sonrisa desnuda.


Mi padre silbando en la noche

Ahí va mi padre silbando en la madrugada. Es primavera. No alcanza con el canto cíclico de los zorzales. Mi padre se acompaña silbando. Es una melodía que alguna vez le escuché cantar en italiano, habla del amor perdido por una napolitana. Cada vez que lo escuchaba silbar aquella melodía era como si hablara en él toda la tristeza que tenía adentro.
Mi padre un hombre de silencio. De pocas palabras, las justas y necesarias.
Ahora que volvió la primavera, los zorzales cantan su insomnio de amor. Mi padre vuelve a caminar a la madrugada hasta la avenida bajo las estrellas o la tempestad para ir trabajar a la fábrica. Está sólo. Se acompaña silbando su amor a una napolitana.


Textos tomados de Inventiva Social, publicación digital dirigida por Eduardo Coiro

Eduardo Coiro
Temperley, Buenos Aires, Argentina

10 comentarios:

  1. "Pude ver la llovizna dejando nubes con gotitas en los lentes de tus anteojos""La habitación se iluminó por completo de tu sonrisa desnuda".Alta poesía la de este poeta. Igualmente el segundo texto que con ese "silbanod en la madrugada" crea un clima que nos transporta a ese momento.
    Irene Marks

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por tu tiempo, tu lectura y tus conceptos, Irene.
      Muchos cariños y mis mejores deseos
      Analía

      Eliminar
    2. cariños Irene Y Analía.
      agradecido - conmovido

      eduardo

      Eliminar
    3. Siempre un placer publicar tus relatos, sentidos y directos al corazón.
      Muchos cariños y mis mejores deseos
      Analía

      Eliminar
  2. Mí padre silbando en la noche... volví a ver al mío que a pesar de los problemas siempre tenía una canción y una sonrisa para mí. Gracias Francisco Coria.

    ResponderEliminar
  3. Perdón Eduardo CoiroMí padre silbando en la noche... volví a ver al mío que a pesar de los problemas siempre tenía una canción y una sonrisa para mí. Gracias Eduardo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu lectura y el recuerdo, querida Bertha.
      Muchos cariños y mis mejores deseos
      Analía

      Eliminar
    2. gracias por leer y sentir tan hondo, amigos, mi cariño
      eduardo coiro

      Eliminar
  4. Un amor de ternura inclaudicable resultó ese tesoro azul noche, que logró desprenderse sin esfuerzo de esa ausencia para estar a tu lado... Emocionantes todas las imágenes en los dos escritos. Causan placer y dejan gotitas en la cara. Mágicos tus textos Edu querido, donde creo reconocer el silbido de tu padre, sus madrugadas y primaveras, armonizando con la melodía de amor a su napolitana... Un placer siempre leerte! Abrazos para Analía a quien agradezco la excelente selección e incluirte y a vos por tu Obra siempre. Cariños grandes a los dos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu lectura atenta, Ana. Para mí siempre es un placer publicar los cuentos de Eduardo quien además de buen escritor, es una excelente persona.
      Mi abrazo
      Analía

      Eliminar

Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner