Tu amado llega
en la madrugada a la estación
casi desierta, enciende un cigarrillo
y mira la hora.
Los perros duermen
sobre cartones, bajo el largo alero,
o debajo de los bancos
vacíos y entre sombras.
Será un día prometedor,
se dice pensativo y echa humo
mientras recuerda
haber cruzado el puente,
recuerda haber cruzado
la noche, la alta noche,
con camiones abandonados
en playas de cantinas y de hostales.
La historia lejana se repite,
pero nunca es ni será la misma,
decimos mientras va clareando,
y el tiempo lento nunca cesa,
cuando vos acaso ya estás
en camino y preferís recostarte,
estirar los pies y cerrar los ojos
o ver la carretera un momento…
Todo respira, palpita, todo va
al encuentro, en lo que será
un día una historia lejana
que nadie jamás sospechará.
Buenos Aires, 24/25 de abril
Alfombras
No toques por favor el alfombrado de la vida,
no lo toques, no lo toques,
y no intentes acomodarlo ni levantarlo un momento,
porque es muy probable que te aparezca
un cuerpo que aún no pudo cerrar los ojos
y algo así como un río infecto de papeles amarillos…
Buenos Aires, 24 de marzo, 2020
Olvidada mar de las horas
(o una especie de ciega guerra silenciosa)
Es como si se estuviera en un bote frágil,
sin avanzar, sin retroceder, y sin oleaje,
casi sin antes, sin después (o sin ahora)
y olvidado del mundo, desentendido
y extrañamente tenso y opaco a la vez,
flotando, flotando, sólo flotando,
lejano de toda orilla y todo puerto,
divisando, sí, recordando historias íntimas,
pero que parecen de otro mundo,
desparramadas, descoloridas o disueltas,
y unas pocas aburridas de haber sido,
mientras se oyen ecos extraños de muy lejos,
y temiendo en una hora y otra, o quizá minutos,
la irrupción del gran oleaje oscuro,
ése que viene a dar el frío abrazo,
lejano de todo dios y toda luz como testigos…
Buenos Aires, julio, 2020
Del álbum personal
Los poetas me empujaron, con sus dulces de zapallo;
me empujaron, sí, y me cercaron con sus mieles surrealistas
y sus guindados prolongados, lentos y asombrosos;
juro que yo no quería porque también traía mis cadencias,
mis diapasones jubilosos donde crecían corazones
entrañables de baldío y de alambradas oxidadas
bajo el velo de la llovizna y de los ensueños matutinos;
yo también traía bajo el brazo mi Xavier Villaurrutia y mi Neruda
y un bolsillo grande para Vallejo y para Whitman;
pero llegó la oscuridad y cayó la noche con sus bocas
y escuché atento sus ladridos y crujidos,
sus gritos silenciados y su murmurar de madrugada,
y me encontré solo, con un lugareño callado
y espantado, y otro que gemía con las manos en la cara;
y soplaba el viento y silbó por años, años
(espero me hayas entendido y tomado el viejo anís que te convido);
pero es verdad: los poetas me empujaron
con sus dulces de zapallo y mermeladas;
me empujaron y rodearon con sus mieles surrealistas
y sus cintas y moños desplegados en sus puertas,
mientras truena, y se oye bien que truena, truena,
en la hora pico de sembrar e intentar caminos para el hombre…
Del poemario del autor: Concierto de los olvidos. 13 poemas (2018 - 2020). Rosario, octubre 2021
Eduardo Dalter
Buenos Aires, Argentina
querido Dalter leí esos poemas, me sumen en estado de mucha melancolía, un fraternal abrazo , amigo. Roberto
ResponderEliminarel último verso ese de..... " es hora de intentar caminos nuevos para el hombre", ..... mujer, niños, todos los seres del orbe .....( digo) , me remiten al Dalter de todos los tiempos, gracias amigos, me gustó mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, Roberto.
EliminarMi abrazo
"Del álbum personal" es sin duda uno de los antológicos de Dalter. Rítmico, sentido, ajustado, muy logrado. ¿Quién no se dejó tentar por las mieles surrealistas de espléndido estallido? ...Saludo afectuoso desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy agradecida por tu lectura y tus conceptos, Alfredo.
EliminarMi abrazo
¡Qué delicia leerle, Sr. Dalter! Todos sus poemas tien algo de próximo, lejano y profundo; sin necesidad de apelar a laberintos crípticos, rescata lo esencial, esas figuras que todos comprendemos a poco que abramos los ojos que ven sólo la poesía que hay en cada suceso, en cada paso que damos.
ResponderEliminarMuy agradecida, Max, por tu lectura y tus apreciaciones.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos