Llovizna en la mandolina
la calesita gira
y gira,
bajo el compás del dolor.
¿Quién acaso
quién
una sortija se ganó?
Pero a mitad de la vuelta,
a Penélope
una lágrima
se le piantó.
Dar los pasos,
quemar la salvia,
romper la maldición.
Aprendió entre
migajas de juegos
que en el ocaso
no hay perdón.
Al final,
como cual peón
la niña
una sortija se ganó.
Versión
Cuando despuntaba el albor
en una torre,
lloré un rio
y un mar por él,
que siempre me fasciné,
me amargué,
pateé un rumbo
que no era mío
equivocada como un burro.
Fue mi culpa por mi inmadurez
corriendo iba a mendigar
un querer que nunca fue.
Da igual que sea Mariela
o Malena, no lo sé.
Se me mezcló
la sombra del arrabal
con el fulgor de mi ciudad.
Qué va a haber?
Un fantasma ya lo sé
cuando las tinieblas gobernaban.
Oscuridad
ya no quieras entrar,
que la rosa
con su espina dio.
Se deja
en qué momento
la fuerza del león
la inocencia de la paloma
contactaron?
Se deja tu piel,
todos los esquemas perdidos
a fin de cuentas
me hundo en tu alfa medula.
En la invasión de mi territorio
una indagación
deja candente
mi húmeda serpiente.
Nota de la autora: Poemas/tango
Noemí González
Adrogué, Gran Buenos Aires, Argentina
Felicitaciones Noemí por la fuerza la inocencia el esfuerzo.
ResponderEliminarGracias por tu lectura.
EliminarCordiales saludos
Muchas gracias por su comentario!
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