lunes, 16 de octubre de 2023

Catalina Zentner Levin

Pedir 

No pido lo imposible 
me basta con saberte 
en el extremo de mis sueños 
acompañando mis desvelos 
con la palabra que me abrigue. 

Pido un instante de milagro 
y de esperanzas repartidas 
bosques de verdes transparencias 
un duende azul en mi bolsillo. 

Y echar a vuelo mil campanas 
y caminar bajo la lluvia 
y hacer barquitos de papel 
para botarlos en los charcos. 

Pido un rincón para mis sueños 
un barrilete de colores 
pido encontrarte y de tu mano 
sortear sin miedo los abismos. 


La puerta 

Coordenadas del desamor, restos de lo que fue. 
Viejo aljibe de piedra, manillar de crepúsculos. 

Tibios amaneceres renuentes en exilio
¿dónde se me extraviaron? 

De bruces, el viandante lleva copos de luna 
para calmar misterios. 

Fatal incertidumbre de quien todo ha perdido 
y se entrega en albures 
sin saber desde dónde resonarán los ecos. 

Voy a cruzar la línea que marca plenilunios, 
quedarán los sabores perdidos entre herrumbre 
y vasijas de barro cuarteadas y resecas.
 
Sacerdotes ofician ínclitas ceremonias 
para exhumar recursos de sabias bayaderas. 

Yo buscaré refugio 
portando el estandarte legado por un cisne. 

Sacudiré pelusas de mi abrigo de niebla 
y envuelta en la llovizna como un velo de novia 
viajaré sin retorno 
para buscar la llave perdida en lontananza 
(ya no recuerdo cuándo, ni cuál era la puerta) 


Casi suspiros 

       I 
Casi suspiros 
frágiles ilusiones 
agitan alas. 

      II 
En la dulzura 
de los atardeceres 
luna temprana. 

     III 
La primavera 
trae sutil aroma 
risas de niños. 


Se me rompió un sueño 

El boleto de ida era uno solo, 
nos resistíamos a aceptar que en el sorteo 
me tocaba ser la infortunada. 

Perdido por perdido 
sobrevuelo el vacío 
con medio corazón atravesado 
por metralla de sal, punzón de hielo. 

Vendrá el tiempo de lluvias 
habrá alguna otra primavera 
un sol decepcionado 
un abrazo frustrado en el hueco de la ausencia.

Y yo aquí, 
donde no escucho el trino de los mirlos 
ni florecen jazmines y azucenas 
y se doblan de rabia las palmeras 
renegando de todo y contra todo 
apartada del zumo del deseo 
fatigada de acerbo desamparo 
habitante de negros torbellinos 
perdida y sin sostén que me reponga 
el saldo en rojo 
balance que no cierra. 

Persisto en la morada del infierno 
temido, inevitable, despiadado

                                              29-11-08 

Poemas tomados de la página web de la autora y del blog:

Catalina Zentner Levin 
Corrientes, Argentina. Residió en Israel 

2 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena!, tres hermosas muestras de su talento. Gracias.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu lectura, Max.
      Mi abrazo y mis mejores deseos

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