domingo, 24 de septiembre de 2023

María Alicia del Rosario Gómez

Tal vez el verso 

Ya estrofa, ya balada, ya poesía 
Tal vez el verso escuche esa otra voz 
Alimento del yo, que maravilla 
La voz de la preciosa pertenencia 
¡La de sublimes ejércitos de ideas! 
La voz que mueve espíritus 
Y en dulce panacea los renueva 
-caravana que nubla la razón y embriaga- 
Hasta darles corpórea relevancia humana 
Quizás el verso hable en otras voces 
Y a través de los sueños tenga vida 
Pretenda no ser parte de una estrofa perdida 
Sino celeste inmensidad que anida 
Ya estrofa, ya balada, ya poesía 
Mi verso tiende a encontrar tu savia 
La sensible y piadosa savia viva 
Savia que a todo amor inspira 
Porque así, y sólo así, mi poesía tendrá vida. 


Homenaje a Miguel Hernández 

Qué cantos, qué sirenas... 
¿Qué aullidos, del recuerdo, romperán las cadenas? 
Y en los muros de tu sagrado encierro 
¿Qué secretos funestos escondidos te llevas? 
¡Ah Miguel, el de Orihuela…! 
Ah poeta -en compromiso de una idea- 
Si los ángeles acunaran tu marcha de pastor 
Y Góngora te hablara, como ayer, al oído 
Creeríamos, todos, que aún no estás vencido. 
Tu caminar poético nos muestra la contienda 
Poesía y palabra: Machado. Rubén Darío. 
Y en el verso creyente, el abrazo al amigo…
Una fuerza fluyendo entre pastos pisoteados. 
Por cabras abonados, en tus sueños de niño… 
Las letras españolas acunaron tu esencia 
Y lamentan el sino de tu partida enhiesta 
Guerrero enamorado del poema naciente 
Tu recuerdo acaricia la humanidad doliente… 
Un Neruda, en la historia, 
va contándonos cuitas de luna paseandera. 
De tu luna ¡Maestro! De tus versos geniales 
De esa sombra entre luces, de esa luz entre cruces… 
¡Oh Miguel de la historia! 
Como un rayo certero, penetras la palabra 
Y un soneto de muerte se agita en la memoria 
¡Ah Miguel de Orihuela! 
Cabalgata nocturna de romántica espuela. 


César Vallejo, el poeta libre 

Poeta de las alturas ignotas de nuestra tierra 
que al encuentro de la muerte con tu vida siempre fueras. 
Poeta que en la miseria de las cosas terrenales 
convertías ese mundo en caminos celestiales. 
Juego al que juegan los grandes…
“Un juego sin contrincantes” 
de esa tu mirada oscura nadie captó realidades. 
Tras tu ausencia, esa mirada, nos descubrió lo que vales
Lo que tu mensaje brinda, lo que tus letras confirman… 
¡Lacerantes tus momentos de solidario abandono…! 
¿Cómo ibas a quejarte del sufrimiento unitario 
cuando en las calles veías el sufrimiento de hermanos? 

Vallejo de las alturas, con los Andes vigilando 
César Vallejo en la historia, de tu gente mendigando 
Un sacerdocio del alma conquistó tu gallardía
que se sumió en la protesta hacia una sociedad mezquina
 … 
París…y más tarde Rusia, y tu andar por una causa 
“La noble causa del pueblo” 
Fueron tus huellas profundas, alma de tu poesía… 

El poeta te surgía con cada encuentro mundano 
Cada noche, en la vigilia, tu palabra nos crecía… 
Una Lima acusadora de tu conducta insaciable 
despertó a la libertad, que por tu sangre corría. 
La cárcel fue una almohada de seda para tus sueños 
Construir en la injusticia, fue tu pensamiento madre 
Y así nació tu palabra, entre barral y humedades. 
Un sacerdocio del alma conquistó tu gallardía 
y se te metió en las venas aquella sed de conquistas. 
Venas que vieron correr esa tu sangre mestiza 
Vallejo de las alturas, con los Andes vigilando 
César Vallejo en la historia, de tu gente mendigando 
Cada noche, en la vigilia…tu palabra nos crecía… 


Últimos dos poemas, tomados de: http://www.aveviajera.org 
María Alicia del Rosario Gómez de Balbuena 
Goya, Corrientes, Argentina

3 comentarios:

  1. No he leído a César Vallejo, pero tras haber leído el elogio de Miguel Hernández, la mención a Machado y Rubén Darío, lo tomo como valiosa sugerencia de alguien que siente la poesía. Muchas gracias.

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  2. Muchas gracias por tu lectura, Max.
    Siempre un gusto contar con tu voz, María Alicia.
    Mi abrazo y mis mejores deseos

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