De una esquina de Barracas
de los Corrales del Sur
atravesando barriadas
con su cortejo malevo
se fue ‘el chileno’ pal Norte
para el barrio de Palermo,
a provocar a aquel hombre
en otra esquina cualquiera.
Los contemplaban pasar
almacenes con candiles,
con sus efímeras luces
y sus partidas de truco;
eran doce, ni uno más,
los taitas de aquel cortejo.
Los palermeros los vieron
en entreverados cortes
de cuchillos relumbrones;
los conoció el malevaje
en esas chispas y hachazos,
Pedro ‘el mentao’, el del Norte
sacó sangre a borbotones
de aquel pecho varonil
que nunca más volvería
a los Corrales del Sur
…por una cuestión pueril.
Y las guitarras cantaron
alborozadas la historia
que aún está en la memoria
de las dos esquinas patrias.
Nota del autor: Versos inspirados en el relato de Jorge Luis Borges, ‘Hombres pelearon’, un entrevero de cuchilleros.
1. Renacer
Quien teniendo la frescura de tus años
se atreviera a arrebatarme, de los míos
el peso solitario, duro e impío
de aquel amor frustrado, que hace daño.
2. El amor
Amor, te dicen mis ojos abiertos
cuando te miran, pues estoy despierto;
y si dormido, mis ojos cerrados
te dicen amor, eres mi amor soñado.
Amor, te dicen mis labios sedientos
cuando tus besos quítanme el aliento
y sin reposo te susurran luego,
amor, amor, es mi amor un fuego.
No es posible el olvido
Las amargas luces de distancia
obscurecen los días del migrante,
que comprende, ser hoy, alguien distante
de poblados, de chacras y de estancias.
El potro, el caldenal, el trigo
la llanura infinita de la pampa
acelera su latido en una trampa
de recuerdo, y de nostalgia de su abrigo.
Es el fuerte sentimiento del amigo,
es jugar en el campito a la pelota,
es recuerdo de sus calles que han traído
el certero sentimiento que no hay otra;
es palabra de los padres: “ven conmigo”
y es la cruel amargura del no olvido.
Febrero 2021
Nota del autor: Este soneto quiere ser un homenaje recordatorio de las maestras de mi pueblo, Lonquimay, que supieron o al menos pretendieron brindar la mejor educación: Srta. Margarita Moyano, Srta. Esther Chaves, Sras. de Mazzoni, de Andía, de Montero, Srta. Inés, Srta. Ibarra, Srta. Costa.
“In memoria” de mi hermana Norma.
Pa’ una mina retrechera
Vos que sos lo contrario de ranera
minushia brava que batís empaque
pues tus pilchas no adornan a cualquiera
-sólo vale la percha y el rebusque-
Por eso es que yo quiero guiyarte
mancusándote de paso algunos versos
pa’ que yeguen primero que mis besos
y el abrazo dispuesto a descolarte.
Chamuyarte al oído en un cantito
enllenándote con dulce las orejas
-dulce leche en las dos, y bien parejas
pa’ comerlas tal si fueran cubanito-;
luego el beso pa’ acunar este purrete
-esta lengua pequeña y juguetona-
en tu oreja, que es catrera rebuscona
a la cual me aprospicuo lentamente.
Son parolas bien de buten que te ortiva este garabo… que se apoda ‘Cronopio’
Retrechera: persona simpática
Ranero/a: del barrio de las ranas; se aplica a personas del bajo fondo
Guiyar: dar, brindar
Mancusar: hablar
Poemas tomados de la página web del autor
César José Tamborini Duca
Lonquimay, La Pampa, Argentina
Es grato encontrarse con el lunfa, lengua muerta de los que emigraron antes (antes que migrar fuera casi obligatorio); no tengo con quién hablarlo, por lo tanto, lo he ido perdiendo, aunque a veces se me escapa una palabra y tengo que traducirla. ¡Ventajas de ser bilingüe!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus conceptos, Max.
EliminarMi abrazo y mis buenos deseos
Muy bueno el lunfa de un conocedor. Felicitaciones, y buen homenaje a Borges.
ResponderEliminarMuchas gracias, Haidé.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos