viernes, 13 de enero de 2023

Viviana Walczak

Pasajero del tiempo

        ¿Qué soy cuando me comparo con el universo? 
                      Ludwig Van Beethoven 

Mar azul, mar profundo, 
pasajero del tiempo,
amo el confín de tu cielo 
y las nubes que te cobijan 
del ardiente sol. 
Mar de sal, mar de espuma, 
impetuoso en tus blancas olas 
que estallan irreverentes 
en el eco del silencio. 
Mar turquesa, mar bravío 
continente viajero
de calma y tumulto, 
amo el rojizo ocaso
que te protege el sueño 
y el brillante día 
que en tus playas, 
dulcemente me acaricia. 

*Del libro de la autora: Sinfonía azul, poemas y pinceladas del alma 


La fuente de Castalia 

         “Háblame, Musa, del hombre que vagaba y se perdió” 
                                      Homero, La Odisea 

Me mostró Pitia
- a través de la mohosa Fuente de Castalia -
que con odres de buey 
cruzamos, tú y yo, 
entre las tinieblas de Ataturk, 
el Estrecho del Bósforo, 
las misteriosas Simplégades 
y el nigromante Cuerno de Oro. 
Viajeros del tiempo, pernoctamos osados, 
en espacios ajenos… 
Durante centurias, sobre mágica alfombra, 
extasiados, atravesamos ciudades, 
pasadizos, fértiles valles, 
los erguidos minaretes de la Mezquita Azul, 
la secular Torre de la Doncella,
los solitarios alminares de Solimán… 
Nos perdieron de vista, 
- me confesó Pitonisa -, 
cruzando El Parnaso y entonces sí, 
sobre la incierta llama, 
la definitiva noche incógnita, 
de Delfos, oscureció el recinto. 


Alda Merini 

In Memoriam (1931-2009) 

Tú, canción en penumbra, 
oración desesperada, 
llanto oprimido 
en las inciertas sombras 
del pensamiento ausente. 
Tú, levantisca atormentada, 
recluida en perturbadora oscuridad, 
alma enigmática de fecundas letras, 
poeta mística de intensas voces 
y prisionera de insolentes ultrajes.
Tú, vibrante de sentimientos y de luz, 
aún estás aquí…! 


Incógnito 

        Eres la noche y la eternidad. 
               William Heinesen 

Asoma la luna 
sobre el poblado dormido 
derramando estrellas 
mientras el azul de la noche,
incógnito, besa y acaricia 
a los fatigados moradores
que ocultan querencias 
y sueñan la vida que pasa, 

bajo las tejas mojadas de rocío. 


Últimos dos poemas, del libro de la autora: Llamas escarlatas. Poesía argentina, edición bilingüe

Viviana Walczak 
La Lucila, Buenos Aires, Argentina 

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