lunes, 23 de septiembre de 2019

María Montserrat Bertrán


37.

Vi nacer una estrella en la Constelación de Orión
justo allí, entre dos puntos de ese inmenso espiral

la cuerda del deseo une tu cuerpo con el mío

luz platino entre dos nudos

viajero corazón de la galaxia
al rojo centro
                 cristal de la tierra

luz platino entre dos nudos

hasta que esa estrella muera.

38.

Pequeña fuerza domesticadora de lo oscuro

tormenta al fin
vientos solares
sobre nosotros frágiles, de tan corazón dormido

tormenta al fin de polo a polo de sueño a sueño
de susurro a gritos

saturada, estremecida, magenta

te digo te ruego te abrazo amor

Mi cuerda
única
reúneme

y suéltame a la nada, a la nada del vuelo sinfín

te digo te ruego te abrazo amor.

39.

Más se infiltra la fugacidad de los cuerpos
en los cuerpos
más la luz
              estremecida
se levanta como una estrella
que, en su órbita
pulsa un único mensaje

indescifrable para el poema que lo intenta todo

latidos que no saben de articuladas palabras
ni de la mutabilidad del lenguaje

lazos que se presienten
fundidos en la memoria de la fragua

y sí saben del fuego
                          de su origen
en la permanencia de las piedras que frotamos.


María Montserrat Bertrán
Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina

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