Perturbas
Con la impiedad de un árbol desgajado
y la inquietud de un estómago vacío,
por entre ramas descolgando tu rostro
asomas como estrella rota.
y la inquietud de un estómago vacío,
por entre ramas descolgando tu rostro
asomas como estrella rota.
Sus
puntas
trepanan
el día
se hace de hierro.
trepanan
el día
se hace de hierro.
Cálida
la mano crecida en historias
de caricias y matas de pasto,
en tu cara sueltas tus pestañas
y te miras, grata, en el pelo largo…
de caricias y matas de pasto,
en tu cara sueltas tus pestañas
y te miras, grata, en el pelo largo…
Mitad
en la hoguera,
la otra olvidada,
baja de los cielos, amiga,
que el día ya escarcha.
la otra olvidada,
baja de los cielos, amiga,
que el día ya escarcha.
A mi gran amiga Olive Cordle, con Alzheimer, en el día de su 87
cumpleaños
Londres, 2007
Londres, 2007
Sonidos
A las lágrimas de mi madre
los Viernes Santos
El piar
de los pollitos
al nacer
el graznido de los búhos
en las noches claras
la lluvia
cuando caía
y mi madre me decía
Recuerda, Martita,
a los chicos tan pobres
que no tienen techo
la bocina
del Ford T
de mi padre
el rebuzno del burro
que me llevaba una tarde
por Mina Clavero
y casi nos caímos
desde el puente
a los cajones del río
los escopetazos
de mi papá
cuando íbamos a cazar
los domingos, los dos solos
las plumas que entonces caían
de cuarenta perdices
Y de una liebre
su rabo caliente
los escopetazos
de mi papá
cuando íbamos a cazar
los domingos, los dos solos
las plumas que entonces caían
de cuarenta perdices
Y de una liebre
su rabo caliente
el chirriar
de la grasa
sobre las brasas
del asado
cuando regresábamos
el silencio
cuando mi perra
secuestrada por el gavilán
cayó al fuego
el último
de los ladridos
de uno de mis perros
el Tupac, que mi padre…
y el sonido del revólver
el aletear de las mojarritas
en el arroyo
los días de crecida
el pitear de la locomotora
al entrar en el puente ferroviario
y la huida de palomas
dos veces al día
el cascabel
de la serpiente
que casi pisé esa tarde
en el patio
el teru teru
a la hora de la siesta
junto a mí y la iguana
bajo el sol dormidas
el coro de mi madre
Londres 12 de abril de 2009
cuando mi perra
secuestrada por el gavilán
cayó al fuego
el último
de los ladridos
de uno de mis perros
el Tupac, que mi padre…
y el sonido del revólver
el aletear de las mojarritas
en el arroyo
los días de crecida
el pitear de la locomotora
al entrar en el puente ferroviario
y la huida de palomas
dos veces al día
el cascabel
de la serpiente
que casi pisé esa tarde
en el patio
el teru teru
a la hora de la siesta
junto a mí y la iguana
bajo el sol dormidas
el coro de mi madre
Londres 12 de abril de 2009
La llave
a los abuelos Hinrichsen
No batía el viento
ni la soledad ni el tiempo.
No había patrullas en el
camino de Concepción a Tomé.
Era el 12 de septiembre.
Paró la camioneta y
del zapato izquierdo
sacó una llave.
La arrojó lejos, musitando
me la dio Alberto.
Y seguimos huyendo.
Bajo el sol radiante
sus hijos más pequeños
como cuando iban a un picnic,
cantaban. Y el osito de peluche
danzaba la libertad de la nieta.
Tic Toc Tic Toc Tic
La mirada de la abuela
nos abrazó largo.
No sabremos nunca
el misterio de esa llave.
El hijo mayor ya lo ha olvidado.
Chile 1973/ Exilio 2012
a los abuelos Hinrichsen
No batía el viento
ni la soledad ni el tiempo.
No había patrullas en el
camino de Concepción a Tomé.
Era el 12 de septiembre.
Paró la camioneta y
del zapato izquierdo
sacó una llave.
La arrojó lejos, musitando
me la dio Alberto.
Y seguimos huyendo.
Bajo el sol radiante
sus hijos más pequeños
como cuando iban a un picnic,
cantaban. Y el osito de peluche
danzaba la libertad de la nieta.
Tic Toc Tic Toc Tic
La mirada de la abuela
nos abrazó largo.
No sabremos nunca
el misterio de esa llave.
El hijo mayor ya lo ha olvidado.
Chile 1973/ Exilio 2012
Marta Zabaleta
Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres,
Inglaterra
Encantada de leer a Marta Zabaleta y de entender, a través de sus poemas, partes de su vida y el dolor del exilio. Mis respetos y saludos a esta gran mujer. Con mi abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu atenta lectura, Miryam
EliminarSaludos cordiales
Analía
Qué gusto encontrarte aquí, Marta, con tu poesía que siempre conmueve con realidades dichas con gran ternura; y en todo el grato recorrido de estas lecturas me enfrento con Mina Clavero, un lugar muy cercano a mis sentimientos. y apacibles recuerdos.
ResponderEliminarVa un gran abrazo
Betty
Muchas gracias por tu lectura atenta, querida Betty.
EliminarCariños, que tengas días plenos de armonía y bendiciones
Analía
Estupenda selección de poemas de Marta Zabaleta. la verdad, hemos coincidido en varios lugares y siempre que la leo, me gratifico de ello.
ResponderEliminarFelicitaciones a la autora y un abrazo grande a Analía, mujer de corazón GRANDE
Amanda
Gracias por tu lectura, mi querida Amanda, Marta es una querida amiga.
EliminarMil gracias por tus conceptos halagadores, los recibo con inmenso cariño.
Un abrazo, que tengas días muy bendecidos y todo te resulte para bien
Analía