-Nacido en Chepén, Perú. Reside en Oregón, Estados Unidos-
La estrella errante
Aquella noche, vimos una luz azul que volaba de un extremo al otro el cielo de los Andes. Mi amiga tenía quince años y me pidió que cerrara los ojos y que nos fuéramos juntos en esa estrella errante, para que nadie pudiera separarnos jamás hasta el tiempo del fin del mundo.
Han pasado muchos años desde entonces, y nuestras casas se levantan separadas en uno y otro extremo del continente, pero cuando alguien trata de mirarnos, no alcanza por completo a vernos en ellas. Es como si no estuviéramos allí, y cuando cierro los ojos, siento sobre ellos una implacable luz celeste, un vuelo de vértigo y un corazón asustado que late y vuela con el mío hasta la hora del fin del mundo.
*************************************************************
No hay mejor medida de lo que una persona es que lo que hace cuando tiene completa libertad de elegir.
William Bulger
*************************************************************
lunes, 19 de septiembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Fresca y poética, qué agradable historia de amor, te felicito, Eduardo.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Gracias querida Betty
ResponderEliminarMi abrazo
Analía