-Pergamino, Buenos Aires, Argentina-
El fruto prohibido
Fuiste la fruta prohibida
del árbol de mis ilusiones
y la flor de los malvones
en el jardín de mi vida,
fuiste la luna dormida
que con destellos de plata,
alumbró la noche grata
de mis sueños de cantor,
y fuiste el suave rubor
que al amor siempre delata.
La noche de tus cabellos
y tus labios seductores,
son aromas de las flores
de un tiempo lejano y bello,
en tus ojos vi destellos
iluminando mis sueños,
pero no sería el dueño
de tu mirada amorosa,
que cual tierna mariposa
voló en busca de otro ensueño.
Tus palabras tienen fuego
que van quemando mi mente,
y en tus decires ardientes
el grito de amor es ruego,
difícil llevar sosiego
a mi alma enamorada,
la que vive atormentada
por las luchas de la vida,
y de ilusiones perdidas
hoy se encuentra desolada.
Plegaria de amor
Quiero postrarme de hinojos
junto a tu cuerpo de diosa
y en ti, ver la más hermosa
luz brillante de tus ojos,
quiero ver tus labios rojos
sonreír muy dulcemente,
quiero grabar en mi mente
tus palabras de ternura
y quiero ser la aventura
¡de este sueño irreverente!
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Ocupar un lugar en el corazón de alguien significa no estar nunca solo.
Alejandro Pérez
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lunes, 19 de septiembre de 2011
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