viernes, 9 de enero de 2009

Oswaldo Roses

-Torremolinos, Málaga, España-

a veces la tiranía es sólo ir de prisa


a veces la tiranía es sólo ir de prisa
desconcertar a un niño
inadvertir una flor
y tanto
pasar de largo hasta de tu propio aliento

a veces para ser tirano sólo basta decir “amo”
con sus palabras ya demasiado juntas
decir “amo”
la verdad que se aproxima
el último eslabón
el fruto de un árbol
o el final de un sueño

pero las cosas dignas
las cosas sencillamente dignas
se esfuerzan no más que con mucho trabajo
son muy despacio
– son muy amor –
dicen ellas muy despacio
poco a poco sabiendo lo que es la esperanza
y por amor escuchan
……………………………………muy despacio
y por resistir lloran
……………………………………muy despacio

muy despacio
dando tiempo incluso a que se sitúe
cada lágrima...
en el lugar digno que le corresponde


[ Quisiera hablar del sueño que nunca se termina ]

Quisiera hablar del sueño que nunca se termina...
azul de algo dibujado siempre en tu frente,
como una ciega luz, siempre dulce y femenina
que todo por amor da, a ti, enamoradamente.

Quisiera irme al sabor ya de tu silencio amigo,
a la sed de tu sur esperando con el viento
junto a la alegre calma que juega por el trigo
enduendeciendo así la verdad del sentimiento.

A frenesí quisiera sonreír con tu sonrisa,
ser pura libertad con valor de tu mirada...,
tocar tus ojos suaves, hacia dentro, sin prisa,
como acaricia acaso ilusión imaginada.

Y levantar la vida con la sutil manera...,
a ternura de flor, a milagro de mañana,
a perfección de lluvia, verticalmente fiera,
por la pasión del beso que contra lindes gana.

Para que cada cosa vea el amor profundo,
para que cada brillo perfume nueva estrella
a un corazón, esté donde esté –quizás– el mundo,
para que cada abierta caricia sea más bella.

Quisiera desearte en el recuerdo infinito...
y que una ingrave desnudez pronto te irradie al
presentimiento enajenado de mi audaz grito
del sólo este amarte que te hace inmortal.

Para que el mar se vuelva hacia sus ritmos de rosa,
y que esa niñez de la luna se te duerma
entre la música de la nostalgia, ardorosa,
y la archiarquitectura del olvido..., no yerma.

Para que la palabra –aun– sepa amor sediento,
y que ya jamás nada no se encuentre con su
seguro corazón, encanto de acercamiento,
corazonado e incorruptible imagen o tú.

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Las tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
Benjamin Franklin


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2 comentarios:

  1. "dando tiempo incluso a que se sitúe / cada lágrima... / en el lugar digno que le corresponde" Excelentes líneas.
    Muy buen poema, y eso de "A veces la tiranía es ir de prisa..." es para pensarlo...

    ResponderEliminar
  2. Coincido con vos, querido Luis, también me conmovió y movilizó ese poema.
    Gracias.
    Un abrazo
    Analía

    ResponderEliminar

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