-Guayaquil, Ecuador-
La Palabra
Quede el sonido allí
que sólo baje por la oscilante
simetría del eco
que resbale por su propia
ansiedad
por su delirio de ser voz.
Que mida la distancia entre la
sílaba y la miel del verbo
que viaje por las sinuosidades
de su aliento anterior.
Sólo así podrá ser.
Y cuando quiera estar en la
pregunta
en el indescifrable cosmos del
acento
que pase a ser cadencia
ritmo en la ascendente escala
rito en la musicalidad
y plenamente brote a la luz
como un susurro líquido
en la secuencia de las sensaciones.
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miércoles, 8 de octubre de 2008
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Me gustó muchísimo Simón como está dicho este poema, por ahí cuando es uno sólo, uno se queda con ganas de más pero seguramente, habrá otra oportunidad. Un saludo argentino.
ResponderEliminarLiliana Chavez
Gracias Liliana, y con gusto habrá otra oportunidad de leer a Simón Zavala, sólo que no quise saturar el espacio de las Américas.
ResponderEliminarUn cariño
Analía