-Paraguay-
Un día tú dijiste...
Un día tú dijiste: soy feliz.
La tienda azul del mar es mi camisa.
Junté en mi percha todo de este mundo:
el torso del océano y la brisa.
Te fuiste a caminar alegremente
por Chile entero dando Buenos días
Sucede
Sucede que mi carne se deshoja
porque ella es desde antes mi enemiga.
Morir o envejecer. La tarde quieta,
la noche tan callada en mis mejillas,
me ocurren. Y me ocurre la penumbra
del corazón. De niña no sabía...
Me hablaban de muñecas de cristal,
de la importancia de las blancas cintas
en el cabello verde, o me llevaban
al cine. Me contaban las mentiras
que a ellas les dijeron, y yo, buena
y sana fui instalada en una esquina
del tiempo hasta que ahora, a la hora
de aquel reloj que marca el mediodía,
me digo, finalmente, que en mi rostro
el sol se puso ya. Cuán largo día...
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miércoles, 8 de octubre de 2008
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Estamos en presencia de una poesia con oficio, necesaria de un buen lector para disfrutarla. Es un gusto leer la poesia de Delfina Acosta. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por tus conceptos, Florencio.
ResponderEliminarUn cariño
Analía