Sed y Palabras
Es la alta noche.
Un hombre tiene sed, pero lo único que hay es silencio y una que otra palabra.
El hombre abre una palabra y se mete desnudo y entero adentro de la palabra.
Adentro está más oscuro que afuera. El hombre enciende un deseo amoroso y trata de ver en la oscuridad, pero el amor es ciego y lo lleva a cualquier parte.
Cuando el amor se apaga, el hombre enciende una locura y ve muchas cosas o espectros dentro de la palabra. Las cosas le sacan la lengua y se le ríen en la cara o le hacen cosquillas en los pies y el hombre busca infructuosamente la salida.
Un cartel le indica: ESPERA A QUE SE APAGUE LA LOCURA.
El hombre espera a que se apague la locura y enciende un olvido profundo.
Baja por el hondo y oscuro camino del olvido, y sale de la palabra.
Afuera la gente le pregunta:
-¿Qué sed tuviste, qué palabra abriste?
A lo que el hombre solamente puede balbucear:
-No sé, no me acuerdo.
Todos se alejan del olvidadizo, menos una niña.
La niña extiende una mano hacia la sed del hombre y le regala otra palabra.
Y otra vez, después de la profunda oscuridad, amanece.
Rubén Vedovaldi - Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe
*******************************************************
Es casi imposible llevar la antorcha de la verdad a través de una multitud sin chamuscarle la barba a alguien.
George Lichtenberg
*******************************************************
viernes, 7 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Rubén un texto donde la magia, tú magia impera.
ResponderEliminarUn abrazo Gus.
Coincido con vos, Gus. Siento que ese gesto que lleva al amanecer, me llena de magia y de luz.
ResponderEliminarGracias.
Analía