Faena de resistir
Enciendo la poesía
con las últimas astillas de soledad
para comulgar con lo imposible.
Mientras el mundo arde en mi horizonte,
me aferro al cielo de sus luces,
sostenido en el sudor, su universo.
Un sinfín de ojos y oídos taciturnos.
Vuelo de golondrinas migratorias.
Hálito de libre condena
que desafía el paraíso.
El fuego es calor en la tribu.
Esperanza es poesía.
Esperanza, escéptica esperanza.
Dolor de regreso
Lágrima de democracia.
Arruinados laberintos,
clandestinos y burócratas.
El pasillo de la espera.
Mascullando el cemento:
“mala suerte y paciencia”.
Un sol metálico brilla en la tarde
se hace a un niño,
que nada pide,
ni hace cola
en un tacho de basura.
Sola
Supo llorar.
Estallar los cristales.
Susurrar en silencio,
palabras rotas con la soledad
Correr,
……………….correr,
……………….……………….correr.
Supo volver, oportuna
agendar ocasiones perdidas.
Tantos desencuentros,
que no supo más.
Supo arrojar el desorden,
juntarlo en el cesto
de su antología.
Bailar los deseos.
Perder el origen.
Echarse de espaldas.
Sonreír
y volar.
Poemas del libro Confines y afectos
Guillermo Medina - Nació en General Roca (Río Negro) y actualmente reside en Haedo (Buenos Aires)
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Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría.
Albert Camus
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viernes, 7 de marzo de 2008
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