viernes, 7 de marzo de 2008

Gabriela Mistral

Vergüenza

Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas.
Ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano…

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!

Gabriela Mistral. Chile, 1889 – Nueva York, 1957

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Soy un alma desnuda en estos versos,
alma desnuda que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos.
Alfonsina Storni

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2 comentarios:

  1. Aporto mis versos a todas las mujeres en su día:

    Somos semillas
    de corazón,
    paciencia,
    amor,
    Somos tierra que fecunda,
    Nuestras manos,
    lluvias de bendición,
    nuestra voz
    ramitas de cielo
    nuestro desligue de acciones
    tiene la fuerza de la oración.

    Stella Maris

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  2. Gracias por estar presente con tu poema, querida Stella Maris.
    Analía

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Analía Pascaner