miércoles, 3 de noviembre de 2010

Editorial

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con voz propia nº 43 - noviembre 2010

revista literaria

.....................cumpliendo sus 4 años de vida




………………Causa

………………Reúno estas palabras para cuatro personas,
………………que otros pueden alcanzar a oír;
………………por ti lo siento, oh mundo,
………………tú nada sabes de estas cuatro personas.

………………………………Ezra Pound, del poemario Lustra (1917)
………………………………Gentileza y traducción: Eduardo Dalter
………………………………Poema incluido anteriormente, noviembre 2008



Mi agradecimiento

En el mes de noviembre, esta revista digital camina con voz propia desde hace cuatro años.
Mi intención fue -y sigue siendo- que esta voz propia sea la voz de cada uno de ustedes.
Muchas gracias a quienes me acompañan mes a mes, leen las diversas voces, me escriben, reenvían o difunden esta publicación, envían sus textos o colaboran de algún otro modo, me animan a continuar con esta tarea, me siguen desde hace algo más de cuatro años y han sabido de algunos de mis tropiezos.
Y un agradecimiento especial para “mis cuatro personas”: mi familia y mis amigos, quienes con su paciencia, sus palabras y también su silencio, de manera incondicional me sostienen, me alientan y me escuchan día a día.
Muchas gracias a todos por estar allí… del otro lado de la pantalla. Reitero las palabras que siempre expreso: ustedes, los lectores, son la razón de esta revista literaria.
Reciban un abrazo cálido y mis deseos que podamos transitar cada día en armonía y paz, apreciando las bendiciones recibidas.
Analía Pascaner


.......... * * *

Dos caminos se abrieron en un bosque amarillo, y lamentando no poder tomar ambos, al tener que decidir por uno, permanecí mirando uno de ellos hasta que se perdía en la maleza. Luego me dirigí al otro, también posible. Éste era tal vez más tentador, con pasto verde y poco transitado. Sin embargo, hasta ese lugar los dos estaban gastados de igual manera. Y ahí estaban ambos aquella mañana, cubiertos de hojas que no se volverán a pisar. Dejé el primero para otro día, pero, sabiendo que un camino lleva a otro, dudé que pudiera volver a tomarlo. Siempre diré esto con un suspiro: En algún lugar, hace mucho, mucho tiempo, dos caminos se abrieron en un bosque, y yo… tomé el menos transitado, y eso marcó la diferencia.
Robert Frost




...................................Edición y dirección: Analía Pascaner
...................................San Fernando del Valle de Catamarca
...................................Catamarca – Argentina
...................................

José Antonio Cedrón

-Argentina-México-

Memorias de inmigrantes


Esa mujer tenía ojos azules
cuando entró lastimando con su carga el revoque.
Valijas de cartón, jaulas de alambre.
Si no fuera que un día le dejara pintarse
los labios a sus hijas, sería un pestañeo
la melodía fácil que le cambió el acento,
aquel olor a sal que se fue con las lluvias
y la costumbre húmeda del tiempo.
Los gallos no dijeron hasta cuándo.
Los años que pasaron descubrieron las
marcas ovaladas de retratos vacíos
la cruz de albahaca atrás de los postigos
y los ojos azules que esa mujer perdió
de mirar este cielo.
El mar quedaba lejos.
Su pañuelo ocultaba el oleaje vencido
de un pueblo en sus cabellos.

……………......…………………Fuente: http://www.poemasde.net/

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Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal.
Noel Clarasó

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Andrés Bohoslavsky

-Desde algún lugar del mar-

Un pequeño aullido

Trece líneas más abajo
caerá una bomba en mi cabeza
pongo un casette de Brahms en el walkman
hago ademanes que parecen un rezo
miro la foto de mi familia
un pensamiento para mamá
uno para mis amigos
uno para Carver, otro para Kafka
saco la billetera, pongo en un sobre
180
para pagar la pieza.
Ahora sí lo se
nunca tuve pasta de asesino
ni huiré de las pensiones sin pagar.


Fuga de la muerte

Antes de Auschwitz
de la Esma
de Dresde
de Hiroshima
estuvo el silencio
y creo que estuvo también
antes de la bala de Van Gogh
y las pastillas de Alejandra.
Cuando me siento cerca de la muerte
te busco para hablar
aunque sea tonterías
no lo tomes a mal
sólo quiero que entiendas
esta extraña creencia mía
que el silencio es el viento
de la muerte.


Jaulas III

0,60 la hora
del personal de limpieza
me comenta, mientras pasa el escobillón.
Miro sus ojos cansados
su piel reseca
sus dientes destruidos
está contenta
tal vez su hija
entre al turno noche.


La carta Astral

Según la carta astral
debí haber muerto hace 17 años
tal vez algo falló
tal vez di mal los datos
tal vez estoy muerto y no me haya dado cuenta
y los demás tampoco
que hablan con un fantasma.
Esto parece perfecto, por lo menos para mí
pero te advierto
aunque todo el tiempo digas
me quiero morir
esta muerte no es para cualquiera.


Mi amigo Neil

Cuando bajó Neil Armstrong a la luna
yo ya lo estaba esperando impaciente, con los tragos
y la comida que había preparado
mamá.
También había puesto en la valija
un suéter por si refrescaba, una camisa de vestir
por si me filmaban
y un poco de dinero para que la llame
para que avise cómo había llegado, cómo había sido el viaje.
Éramos muy amigos
nos habíamos conocido en el Italpark
creo que ahí despertó su vocación de astronauta
y mi pasión por los laberintos
así que cuando las cámaras no enfocaron
charlamos un rato de nuestras cosas
como en los viejos tiempos
luego recogimos los envases, las bolsitas de aceitunas
y nos despedimos.
A Neil le gustaba escribir y era un poco bohemio
teníamos planes fantásticos
entre ellos en el lado oscuro de la luna, en una parcela no muy grande
construir una cabaña con un jardín enorme
podrían venir nuestros amigos y quedarse cuanto quieran.
Pero luego
el mundo cambió demasiado
nuestra idea no avanzó
nunca habrá poetas en la luna
ni podrás venir a nuestro jardín a escribir
ni a mirar la tierra.
Será por eso que Neil se hundió en el alcohol
y a mí no me gusta mirar
las estrellas.


Poetas

Los poetas que conozco
charlan de cosas que no entiendo
últimamente he retrocedido tanto
inteligencia sub-normal
me gustan las palabras filosas
que te puedan abrir
como esos cuchillos
que despostan reses
hasta que grites
por favor pará, por favor pará
y yo deje esta navaja
sin limpiar, chorreando sangre.
Extraje las palabras
absurdas
para que no las digas más.


………………………Del libro Casi un asesino y otros poemas

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Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.
André Maurois

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Emilio Yaggi

-Escritor nacido en Santa Fe. Reside en Catamarca, Argentina-

El niño dromedario

Este colectivo es una tortuga; voy a llegar re tarde y la seño me va a…ya llegué, ¡en la esquina!... ¿dónde está el timbre?, acá está: un timbrazo, dos timbrazos, tres timbrazos, cuatro…
-¡Pará pibe, pará! ¡Ya escuché! ¿Qué querés, dejarme sordo? ¡Dale, bajate!
Se enojó el chofer…menos mal que me abrió la puerta…
-¡Chau chofer! ¡Chan, chan chan, chan chan charán chan chaaan…
-¡Hola Andrés! ¿Cómo estás? Te estaba esperando.
-¿Y vos quién sos? Yo no te conozco.
-¿Cómo que no? ¿Ya te olvidaste de mí? Estuve en tu casa hace como dos meses; soy amigo de tu papá. Él me llamó hace un rato y me pidió que te viniera a esperar.
-Pero yo no me llamo Andrés; te equivocaste de chico, me parece.
-¡Oh, perdón! Soy un desastre para recordar los nombres; cómo será que algunas veces confundo el nombre de mis hijos y los llamo con otros. ¡Qué barbaridad! Aquella vez que estuve en tu casa, hablamos con tu viejo sobre asuntos de trabajo; trabajamos juntos. Vení, vamos a mi casa.
-No, se me hace tarde porque el ómnibus tardó un montón; tengo que ir a la escuela. La seño me va a dar clases especiales de matemática; ando flojo…
-Con razón cargás esa mochila gigante; ¡parecés un niño dromedario! Hagamos una cosa, mi casa es aquí a la vuelta y tengo el auto fuera del garage; te llevo hasta la escuela y así llegás un poco más temprano, ¿te parece bien?
-No, porque yo no te conozco y mi mamá siempre me dice que ni siquiera hable con extraños, así que chau.
-Esperá, esperá un poco. ¿Te gustan los jueguitos electrónicos?
-Sí, me encantan y tengo muchos en mi casa. Juego siempre con mi hermano mayor que ya tiene catorce años; cuando van algunos chicos amigos de él, me corren…
-¿Por qué?
-Es que algunas veces se ponen a mirar cosas…
-¿Qué cosas?
-No, nada, me voy.
-Esperá, no tengas vergüenza; ¿se ponen a mirar chicas?
-Bueno, sí, pero chicas desnudas…
-Eso es normal; todos los muchachos miran esas cosas, ¿qué tiene de malo?
-No sé, me voy; ¡uf! ¡Es re tarde!
-Vení, pibe, vení…
-¡Soltame! ¡No me agarres que me duele! ¡Soltame o grito! ¡Devolveme el celu, es mío! ¡Dámelo! ¡Ladrón!
-Bueno, está bien, acá lo tenés; calmate y sacalo vos del bolsillo de mi pantalón…
-¡No! ¡Dámelo!
-Pero sí, pibe, tomalo, fue una broma; caminemos hacia la escuela, te acompaño. Te decía que es normal que los muchachos y los hombres miremos chicas; ¿vos no las mirás? Algunos chicos de mi barrio que deben tener tu edad más o menos, van a mi casa para verlas. Lo que pasa es que en la casa de ellos no los dejan, los padres son unos plomos, ¿viste? Yo tengo un montón de películas. Aprovechando que sus padres trabajan, dentro de un ratito dos de ellos van a ir a mi casa para ver todas las pelis que quieran, ¿querés venir?
-Ya te dije que no; tengo que ir a la escuela.
-De acuerdo. Ni una palabra más. ¿Querés un chocolate y quedamos amigos?
-No, gracias.
-Pero mirá que sos retobado, ché. ¿Ni un chocolatito querés? Está bien; acercate, estás húmedo…tendrías que haber traído paraguas, chiquilín…
-¡No me abraces! ¡Mirá que grito! Chau, me voy.
-¡Pará infeliz! ¿Qué te pasa, me tenés miedo?
-¡Soltá la correa de mi mochila! ¡Soltala, soltala!
-No te voy a hacer nada, dale, vamos a mi casa, nos vamos a divertir, vamos a ver chicas desnudas y…¡ay, maricón! ¡me mordiste! ¡vení para acá, hijo de perra! ¡no corras! ¡Pero si serás imbécil! (Mejor me hago humo antes que aparezca alguien).


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Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

Antonio Machado

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Miguel Crispín Sotomayor

-La Habana, Cuba-

No es tu culpa, lo sé…

He golpeado como cántaro en tu frente
y mis pedazos
te han servido de camino,
han sostenido tus pies,
han sido tu pedestal.
He vaciado mis cuencas
y llenado mis oídos con tus palabras
para seguirte, cuando has ido delante.
Mas
¿Cuáles serán los caminos que andaré?
¿Qué distancia habré de recorrer?
Apenas tú lo sabes.
No es tu culpa, lo sé, pero eso
no alivia mi desencanto.


Despecho

Ya no estás
y el viento sopla en la ventana y la lluvia
nubla el cristal, igual
que cuando estabas.
Sólo pocos recuerdos sobreviven.

Ya no estás
y apenas me conmuevo.

Sin embargo,
cada día al desnudarme
veo la cicatriz, y aún sangra.


Me voy a dar de antojos

Me voy a dar de antojos
a rellenarme el gusto
con sabor a luna
y ponientes de sol.
Con ríos turbulentos
y vientos de huracán.
Me voy a dar de antojos
y nadie crea
que será fácil.
En tan terrible realidad
que me circunda
es difícil,
muy difícil,
dificilísimo
reencontrar las utopías.


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La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamin Franklin

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Gustavo Vaca Narvaja

-Córdoba, Argentina-

Apenas…

Apenas, ese lienzo blanco, cubre tus senos
Desertan tus hombros, el contagio de ocultarse
Has renunciado al pudor
Deshojando ambos capullos, del género sedoso
Permites así, emerger en plenitud, sin reticencia
En tu belleza pulcra, original y vanidosa
Con un cuello desnudo, libre de egoísmo
Es un tallo suave e inmodesto, cubierto de un barniz grácil
Quién sostiene la plenitud de tus facciones serenas
Con ojos sensitivos, casi melancólicos, cuando…apenas
Apenas… tus párpados, disimulan el deseo.
Esos ojos…
Han perdido el carácter huidizo, de la mañana
Han olvidado la resistencia al recato
Vencido el temor, florece tu sonrisa tímida
Apenas…
Tu boca, esbozó ese gesto glorioso
Cual si fueras Hécate
Advertidas por aquéllos, que siembran tormentas
La imagen fija, secuestrada de misterio
Espera impaciente la insolencia
Mientras tu espalda desnuda
Etéreamente arqueada, semeja un majestuoso junco
Descansando sobre un lecho de sábanas vírgenes
Y es allí……
En esa penumbra de oasis
Cuando tu cadera sonríe, con sus dos astros mellizos
Conquistando a Germánico, el amante desvelado
Montado en caballo alado
Recorriendo, la suavidad de tu piel
Dibujando la curvatura perfecta de tus piernas
Apenas…
Apenas se aparta, sientes el vacío
Que deja un cuerpo que se aleja sin palabras
Es, tal vez, el momento más doloroso
Disfrazado de despedida
Una máscara difusa
Que apenas…se recuerda en el tiempo
Apenas…
Digo…apenas


Aún…

Cuando estés ausente
Habitarás esa comarca de privilegio
Nadie sabe cuánta es la distancia
Ni cuántas nubes le acompañan hoy
O ayer…O mañana
En esos trayectos silenciosos
Nadie lo sabe. “Es el secreto”.
Pero indiscretamente, la distancia
Se fragmenta…
¿Será que el espacio es un mar?
¿O una larga planicie infinita?
Nadie lo sabe, pero
Como un ardid envuelto en seda
Un lazo de reminiscencias indemnes
Hacen despertar alboradas
Y allí estás…
Con un gesto premiado de pudor
Y la pureza de tus palabras
Aún cuando estés ausente


Pasión

¡Tú…!
Huidiza e insaciada palabra
Sin letras mudas
Sin letras heridas
Sin letras ocultas
Sin una sola escritura desteñida
Juntas
Muy juntas
¡Desafías!
Intimando la eternidad

¡Quién diría!
¡Tú!
Que en un lugar cercano
Muy cercano
El azar revelaría un milagro:
La pasión

¡Ah!
Esa incandescente palabra
Arrolló con brillo de luz
Como si fuese
Un gran resplandor
Rozando una protesta
Al purpúreo vivo de brasa atizada
Es un río de sangre ardiendo
Circulando en venas vivas
Enérgicas y poderosas
Mientras…
Insurrecta, germinas incitando
Urgiendo un ardor
Naciendo de sombras
Esquivando el roce pendular
De evocaciones pasadas

Y…
¡Ahora…!
¡Tú!
Disfrazada de astro
Coloreada de palabras
Bosquejada en finos trazos
Sobre el tapiz sumiso y vidrioso de la oscuridad
Riegas luces destellantes hiriendo caminos
En penumbras increadas
Donde la pasión emerge
Con el aullido salvaje
De indomable animal milenario
Liberado

¡Tú…!
Huidiza e insaciada palabra
Sin letras mudas
Sin letras heridas
Sin letras ocultas
Sin una sola escritura desteñida
Juntas
Muy juntas
Desafiando
Intimando la eternidad


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La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.
George Carlin

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Francisco Garzón Céspedes

-Madrid, España-

Urraca del otro lado del cristal


La urraca roza la ventana. Un ala que toca suave, fugazmente. De inmediato vuelve de amor y da por una milésima con el pico en el cristal. Ha entrenado para conseguirlo sin perecer, sin dañarse afuera. Luego desaparece, no insiste en búsqueda de una apertura, de una caricia, de un intercambio de miradas o de sonidos. Regresará al día siguiente, a la misma hora de intensa luz. Tras la ventana, siete pisos arriba de la desolación, el adolescente ni siquiera espera a la urraca cada mediodía. Es su hora de hallarse junto a esa pared, entre dos destinos. No es capaz del enamoramiento y del deseo del ave, ni tampoco de su creciente desesperanza. Está en los cúmulos protectores de su indiferencia. Si acaso alguna vez, con la perplejidad pensante de quien, sin percibir los riesgos, no comprende roce y picotazo. Ni siquiera repara en la habilidad, en la precisión. Si de niño el adolescente no hubiera sido arrebatado de sí, violada consigo su capacidad de sentimiento, cuando menos se asombraría por la urraca. Por su empecinada elección. Por la intensidad de sus presencias. Quizás como se asombraría el cristal de la ventana si pudiera.


Arquitecto

El contador de cuentos seducía con sus historias. Aquéllas donde una pareja era el comienzo de un océano y no sólo dos maravillosas gotas de agua. Aquéllas donde, al besarse una pareja, en el interior del beso no había saliva, sino miel. El contador de cuentos fascinaba con sus construcciones hechas de personajes y sucesos. Hipnotizaba desde la imaginación y la verdad. Convocaba la confianza y la indefensión. Y, aunque estaba angustiosamente solo, solo volvió a marcharse de la plaza, esa noche como tantas otras, musitando que el amor no juega con las ventajas del encantamiento.


Honra

El contador de cuentos una vez más se negó a incluir, en su presentación, anuncios de mercaderías inservibles. Conocía la diferencia entre comunicar y vociferar. Esa noche se quedó con hambre. Un hambre acumulada por siglos.


Desde antes se miran

El hombre y la mujer caminan en sentidos diferentes y se cruzarán. Desde antes se miran y cada uno deja constancia visual al otro de haberlo visto. Se detienen. Se quedan inmóviles en medio del río de transeúntes que forma la corriente a su alrededor. Están a entre cinco y diez pasos. Se recorren con los ojos. Se detallan. El hombre sonríe. La mujer sonríe. Son sonrisas casi imperceptibles. El hombre decide regresarse sobre sus pasos. La mujer no sigue su propio camino sino que también decide regresarse sobre sus pasos. Ahora caminan en sentidos diferentes pero no se cruzarán. Quizás no se han mirado por lo que no han podido dejarse constancia de que se han visto. Quizás el quedarse inmóvil sólo está relacionado con cada uno sin relación con el otro. Quizás no se han recorrido con los ojos ni se han detallado. Quizás nunca se han sonreído imperceptiblemente. Quizás no se regresan sobre sus pasos. No se regresan. Quizás… El hombre y la mujer caminan en sentidos diferentes y se cruzarán.


Categorización

El dragón convirtió de inmediato a sus humanos oponentes en cenizas, lo decidió por no considerarlos auténticos contrincantes con los que jugar de igual a igual, sino criaturas inferiores.


Inseminación artificial

El mono amaestrado escupió sus espermatozoides para introducirlos en las bocas de los espectadores asombrados ante tantas monerías.


Vergüenza ajena

Como reacción tanto a elogios como a insultos, la tortuga escondió la cabeza avergonzada frente a la pobreza verbal de los ajenos asistentes al zoológico.


La indagación

El narrador oral reinventa por primera vez un cuento donde un hombre llora encima de una taza de café. Y el narrador se pregunta: “Cuando el hombre al beber café caliente llora sobre la taza, ¿lo hace porque el humo le irrita los ojos?; ¿lo hace para contemplarse, con mayor nitidez, al aclararlo?; ¿o lo hace con el inconfesado propósito de beberse las lágrimas?”.


Cuentos incluidos en diferentes entregas de la Colección Gaviotas de Azogue, editada por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). Madrid, España.

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Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.
Mark Twain


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Viviana Walczak

-La Lucila, Buenos Aires, Argentina-

Las grullas de Ainola

……………………………………a Jean Sibelius
…………………………………… (1865-1957)

Solo,
con mis pensamientos a cuestas,
le temo a la noche que me anuncia
de la vejez, la llegada.
Vacilante,
me siento al ras del abismo,
impregnado de albas desveladas.
El claror del día le pone luz a mis canas,
entonces, indolente,
inicio la jornada y de tan viejo,
soy joven de nuevo,
entre las risas jocosas y la vorágine,
que atrapa y convoca.
Confuso,
me miro al espejo y cansino,
trato de fluir con las horas que pasan,
ahora veloces,
asediado por el bullicio nupcial de las grullas,
que danzan felices,
sobre el desierto tejado de Ainola.
Será hasta el próximo anochecer,
en tanto rogaré,
nuevamente asustado,
para que los astros no me pierdan de vista.

……………………………………Polígono de Cuentistas y Poetas, 2010


Le gru di Ainola

……………………………………A Jean Sibelius
…………………………………… (1865-1957)

Solo,
con i miei pensieri appresso
temo la notte che mi annuncia
della vecchiaia l’arrivo.
Vacillante,
mi siedo sul bordo dell’abisso
impregnato di albe insonni.
Il chiarore del giorno dá luce ai capelli argentati
allora, indolente,
inizio la giornata e da tanto vecchio,
sono giovane di nuovo,
fra le risate gioiose e la voragine,
che imprigiona e convoca.
Confuso,
mi guardo allo specchio ed affaticato
cerco di fluire con le ore che passano
ora veloci,
assediato dallo schiamazzo nuziale delle gru
che danzano felici
sopra le deserte tegole di Ainola.
Sará fino alla prossima serata,
intanto pregheró,
di nuovo spaventato,
affinché gli astri non mi lascino sfuggire.

……………………………………Polígono de Cuentistas y Poetas, 2010


…… * * *

In profundis

Tiempo fugaz,
castigas con un silencio
que habita y despoja.
Sutil, te alejas,
deshojando los minutos,
todos.
Como ignotos pasajeros
convivimos, abrevando
en la orilla mansa.
Indómitos, desafiamos
al vacío de la nada
que in profundis abissus,
desde la quieta cuna fría,
paciente, aguarda.

……………………………………Creadores Argentinos, 2008


In profundis

Tempo fugace,
castighi con un silenzio
che abita e spoglia.
Sottile t’allontani,
sfogliando i minuti,
tutti.
Quali ignoti passeggeri
abbeveriamo
nella mansueta sponda
sfidando indomiti
il vuoto del nulla
che in profundis abissus
dalla quieta culla fredda,
paziente, attende.

……………………………………Creadores Argentinos, 2008


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¿Y no basta con abrir los ojos y mirar para convencernos de que la realidad es, en realidad, el más auténtico de los milagros?
Oliverio Girondo


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Luis Benítez

-Buenos Aires, Argentina-

Un nombre trabaja mientras cae la nieve


Entre unos cobertizos con pilas de basura en cada puerta
Armados de apuro por la fatiga del caballo y del brazo
Todavía tres días después de la derrota un ciego canta.

De pie sobre una montura que apenas lo eleva del suelo
En la pendiente entre los pinos canosos
Y el indiferente vociferar de los tendidos que piden
Su puchero y su vino y una ramera que vieron
Antes de llegar a Quíos un ciego canta
Al ritmo de su lira de madera.

Sentado en la penumbra su criado deja el ojo asustado
Volar por los rostros cuando los alumbra el fuego
No lo distrae vigilar las mulas sino el cálculo
De la moneda de bronce que el oficial cansado
Le dejará en la mano cuando el ciego calle
Y él recorra los fogones con el sombrero en la mano
Y una sola palabra en la boca: “Caballeros…”

Alguien sale de su tienda remendada absorto
Camina dos pasos y se queda mirando al ciego
Y no ve nada por el peso de una decisión
Que le concierne y no ha tomado.
Una decisión que nada tiene que ver
Con las batallas. Alguien orina y se ríe
Contra un árbol. Otro borracho se calza
El casco de bayas crines de caballo
Aúlla un juramento horrible y se desploma
entre los camaradas de corazón fraterno.

Alguien busca en la radio no sabe qué ni dónde encontrarlo.
Sólo produce una voz multicolor
Sin partes pero su afán es largo.

El ciego tiene un traje nuevo y una voz ya entonces
Ronca donde se quedó el invierno. Hace una pausa
Y bebe lo que le alcanza un interesado -el único-
En volver a escuchar cómo enloquece Ajax
O qué suerte le aguarda a Héctor como si el ciego
Fuera a cambiar el suceder ficticio
Más severo que el otro.

Aunque, ¿quién obliga a esa bella palabra caballo
A referirse a esa sombra plateada?
Entre el sonido y la bestia
Algo contento pasa.

En el derrotado y ruidoso campamento
Donde ya las brasas se consumen
Las brasas que a lo lejos semejan
El dibujo de un archipiélago
En los mares oscuros fulgurante
Mientras la nieve vuelve
Y las otras voces se apagan
En murmullos
Mientras la nieve vuelve
Un ciego canta cerca de su criado
Y de sus fardos y nadie
En la región sabe su nombre.

Un camino insuficiente será posible:
Dividir el mundo entre el ciego y alguien.

“Canta, odiosa, la cólera de Aquiles.
Bueno, desde entonces sólo amo dos cosas:
Los enigmas, las paradojas y los juegos de palabras,
Donde la palabra cazador aguarda inmemorial
El imposible paso de la palabra ciervo
Por el laberinto de la palabra diccionario
Para manchar de repetidas palabras sangre
La palabra verde. Queda claro mortales
Que yo no me visto para los otros
Sino solamente para mí.”


Cuarto Piso: Maurice y Miriam Podolski

Las antigüedades no tienen lugar
En nuestro piso, son sólo para vender,
De 8 AM a 8 PM ocupan nuestras vidas
Y luego, al abordar el metro tomados de la mano,
Como lo hacemos desde hace 45 años,
Las olvidamos en el negocio cerrado.
En la casa postales de nuestros hijos,
Venidas de Israel, de Missouri y de Idaho,
De Venezuela, de Salt Lake City y de Baviera,
Desplazan a las lámparas firmadas,
Los camafeos, las espadas y los jarrones.
Todas las noches, después de cenar,
Solos en la sala, contemplamos
Esas cartulinas resquebrajadas,
donde la tinta ya se desdibuja,
donde las palabras se transforman,
como lo hicimos la primera vez,
Cuando todavía alguna de ellas
Era echada por debajo de la puerta.
La vida es algo que siempre
Hay que cuidar de las polillas.


…………Del libro Manhattan Song
…………Editorial El fin de la noche, Buenos Aires, octubre 2010


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Tal vez sirva de consuelo a los desgraciados saber que uno como ellos, a pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, hizo todo lo que estaba en su poder para ser aceptado entre los artistas y hombres de valor.
Ludwig van Beethoven

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Analía Pascaner

-Nació en Buenos Aires. Reside en Catamarca, Argentina-

Una sola palabra

El sol la encuentra meciéndose suavemente, una dulce sonrisa ilumina su rostro. Mágicamente regresa a su niñez, época de oro en que sólo a ella se le permitía hamacarse en la mecedora de esterilla de la abuela. Cuánto la complacía esa mujer de cabellos plateados, mirada tierna, voz cadenciosa y manos repletas de caricias y galletas recién horneadas.
La cirugía fue sencilla, ella está animada y aprovecha para disfrutar de un descanso en esa habitación confortable.
Se abre la puerta y entra él.
Disfruta de la compañía de este hombre de edad mediana, impecable chaquetilla blanca, cuerpo atlético, aire seductor, con algunas canas que lo muestran más interesante aún.
Se saludan afablemente, charlan unos minutos. Él pregunta donde está el informe. Ella señala una mesa y aguarda despreocupada, se mece suavemente y piensa en su niñez.
Manos pulcras abren un sobre cuidadosamente cerrado. Sus ojos quedan fijos demasiado tiempo, su mirada clavada en el papel.
La joven mujer sigue balanceándose y otra vez es pequeña. Rememora la suavidad de las caricias, la ternura de la mirada, el aroma de las galletas, escucha a su abuela llamándola por su nombre.
La voz del médico la trae a la realidad, le dará el alta y retomará su vida habitual. Sin embargo algo extraño sucede: él juguetea nerviosamente con ese pequeño papel, no la mira siquiera cuando habla. Muchas frases salen de su boca sin que ella logre entenderlas, entonces cierta palabra la alerta y empieza a comprender que algo terrible sucede.
El sillón se detiene, se arrima hacia delante y de modo casi inaudible formula una pregunta, la que nunca hubiera querido realizar, de la cual nunca hubiera querido escuchar la respuesta. Sus miradas se cruzan por primera vez desde que él buscara el sobre cerrado. Recibe la certera flecha confirmando sus dudas y luego no escucha nada más.
Él sigue hablando con voz temblorosa aunque ella ya no oye esas palabras, sólo percibe gritos aturdiendo su mente, dagas desgarrando su alma, latigazos desmenuzando sus sueños.
Se siente perturbada. Esa noticia acaba de matarla.
Su juventud, sus hijos pequeños, sus seres amados, sus ilusiones… Su vida destruida por el zarpazo de una sola palabra, una mala palabra, irrepetible, innombrable, devastadora.
El médico se acerca para saludarla, menciona algo de las curaciones y por fin se va.
Sí… por fin se va… Ella sigue con sus ojos húmedos a ese insignificante ser, encorvado, canoso, desaliñado, arrastrando sus pies al caminar.
Vuelve a recostarse en la mecedora, ya en la protección de la soledad. Sus sentimientos la desbordan, sus pensamientos se descontrolan. Se balancea nuevamente aunque ya no piensa en su niñez, la realidad la sacudió con una decisión asesina.
De pronto se siente débil, cansada. Intenta ordenar sus ideas, quisiera saber cómo actuar. ¿Para qué esperar el momento del fin, con todo el deterioro que conlleva, si el destino ya firmó su sentencia?
El dolor lacera sus entrañas. Tembló el piso y todo cayó a su alrededor.
El sillón se mece con suave cadencia. Su mirada se pierde en algún recoveco de su niñez, anhela regresar allí y dormirse protegida por los brazos de su abuela, sin pensar en nada más.
El sol acaricia un rostro sereno, empapado en lágrimas, mientras se enciende una tenue luz en su corazón.
Tal vez es la angustia que acrecienta su fortaleza.
O quizá es la certeza que al fin pronto todo terminará.


................................................................Junio 2002-Septiembre 2010

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Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio.
Paulo Coelho

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Marta Zabaleta

-Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterra-

Insomnio
………………A mi padre

La noche
vende un tumulto
de fantasmas.

El día
llueve
una legión de sueños.

Tu muerte
no es más
que este silencio.

………………………Exilio, 16 de junio (1984-2009)

…… * * *

Poema a la ausencia de mi padre

muerte
que sin prisa
ni mesura
se da vida
en las gotas
que escalan
el salto del pescado
al cazar
una mosca.

………………………16 de junio 1984, Rosario-Epping 2009


…… * * *

un huevo se quiebra
al caer del árbol
vuela un trino

………………………………17 de junio 2009, Inglaterra

…… *
en caure de l'arbre
un ou es bada
un refilet va i se'n vola

………………………………Traducido por Pere Bessó


…… * * *

Fusilaron a mi teddy bear

26 de Marzo, 2003, 6.00 am
Londres, séptimo día de la guerra.


Dos hombres
vestidos de amarillo
sin pecho y con medallas le dispararon
en el aire estalló hecho pedazos.
Lo había escondido dentro de una maceta, debajo de una planta de menta
pero le capturaron en el patio de casa
cayó despedazado.
En la vereda de enfrente tres niños nos miraban
mi abuelo, mi padre, mi marido, y ninguno hizo nada
pero mi suegro lloró
cuando mi osito murió descuartizado.
En mi jardín es primavera y el rosal está cubierto de hojitas
que transpiran sangre y petróleo iraquí. En mi cama hay velorio
porque a mi teddy bear ayer lo destriparon
Dos hombres con uniforme
lo habían violado
en Chile en un estadio
antes de que un cónsul argentino le rescatara:
cruz, familia y partido lo decretaron
inservible, y murió repudiado.

En la plaza de Castelli en Buenos Aires se columpiaba
cuando dos metralletas le apuntaron al alma. Ni protestó siquiera
pues ya para entonces había perdido el habla.
Partió para Europa con asiento pagado
aterrizando en Río y en Madrid, ya refugiado
cuando con balas verdes en Londres lo perforaron.
Tenía mi osito chileno lana de oveja mapuche y ya la trompa toda
desarmada de besos, sombrero de payaso y una bufanda celeste y blanca, tejida por mis manos
para salvarlo de las nieves de Glasgow.
Pero era todo aserrín cuando estalló en pedazos.
Guerras de golpes, golpes de guerras: ya por fin 'liberado'
su sonrisa se escondió en el sol cuando le apuntaron
y con su amor calienta
esta mañana. Pero al sol: ¿nunca irán a matarlo?


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El ser capaz de vivir en paz y tranquilidad durante algún tiempo es testimonio de madurez.
Irvine Page

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María Manetti

-Olavarría, Buenos Aires, Argentina-

Poemas breves


Hay una costumbre de nacer todos los días
salgo a una hora de la tarde
para sentir que sigo naciendo todavía.


…… * * *

No te aferres a la última palabra
es un montoncito de sílabas que nombran a la nada,
elegila, enfilala
y entre ecos y plurales
renombrala.


…… * * *

Comprendí entonces
que el silencio del amanecer
es dejar dormir mis manos adentro de tus alas.


…… * * *

Dejame encontrar ese lugarcito
adonde perdiste las alas
dejame a la vuelta de la herida echar toda la sangre
y morirme hacia adentro solamente.


…… * * *

Dónde dejé el olvido?
Tan callado se fue esta primavera
que los naranjos se asombraron
como tus ojos sin memoria.


…… * * *

Quién finge el silencio?
la mirada del otro va horadando
la forma de los huesos
y encuentra consonantes y vocales
adentro de los ecos.


…… * * *

A veces sin nombrarte se carga mi garganta
con los tajos de piel
que me tembló en la noche.


…… * * *

En el crepúsculo hay vuelo de gaviotas
pasan lejos de todas las orillas
para no dejar restos de sueños en la arena.


…… * * *

Brindamos en la noche
por la forma de estos besos nuevos
que esperaron en la fila de los que pudieron ser alguna vida.


…… * * *

A veces es muerte el silencio,
sólo a veces…
en la memoria es una forma de olvido.


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Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurio, a la verdad y al error.
Ramiro de Maeztu

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Julio Carabelli

-Poeta nacido en Buenos Aires. Reside en Tucumán, Argentina-

En vano


…………………a Norberto Corti

John Lennon canta un blues en la estación de subte
Un policía observa obstinado en su aprensión
A una muchacha negra de increíble belleza
Que quizá lleve un kilo de anarquista pasión
En su gran bandolera vacía de certezas
Vacía como los rieles de su preocupación
Ella lleva el mensaje de su lápiz cereza
Sin ver al policía ni escuchar la canción.

John Lennon canta un blues en la estación de subte
“Ayúdame
Ayúdame a ayudarnos” reitera en su oración
La guerra
Sucede en otra parte pero nace en nosotros
La vida
Viaja en un tren de carga que nunca ha de llegar.

John Lennon canta un blues en la estación de subte
Sabe que para nada servirá su canción
El Hombre es un desgaste una ruina que piensa
Sin más alternativa que su propia ambición
Muchas veces la muerte parece el objetivo
Y la vida un fatídico capricho de ese dios
Absurdo pasajero de trenes que no llegan
Por mucho que John Lennon suplique en la estación.

Este poema pertenece al libro El color de Harlem, septiembre 2005


…… * * *

Globalizando

La crisis global que nos engloba
Tiene tantas definiciones como pesadillas o soluciones
Soluciones tardías como el paso de la anciana
que comprará dólares en una ciudad vacía
porque no hay un ruido ni un gato ni un simple cocodrilo
como aquél que cantaba bajo el brazo extendido del teniente

creo que debo englobarme definitivamente dentro de la jaula
me dicen que va a estallar la central atómica
atónito creo todo lo que leo en el nombre del padre
pensando que el misil disparado no llama dos veces
y conviene bajar la velocidad si una morocha te espera
dentro de la nube de tu último cigarro

nuestros soldados han logrado combatir la fuga de los oficiales
los oficiales juran que no hay nada más estúpido que un soldado
y por eso se hacen tumbas colectivas en campos de cemento
en plazas de cemento donde vos caminabas ajena a mí
preocupado por saber cómo sobrevivirán los condominios
aquellos en donde no nos conocimos

si uno se globaliza atenta y educadamente sobrevive
aunque el kiosco de la esquina esté cerrado por clausura
cuentan los vecinos que de noche hay muchos puños
y es que los personajes quieren salir a globalizarse
eso no lo entienden los milicos que colocan otra faja
es una suerte estar en la más pura libertad


Jurisdicción del revoque

Frente a mi puerta
hay una pared que me saluda
todas las mañanas.
No tiene azulejos
ni un árbol que le dé la espalda.
No tiene las patas de un pájaro
verdes salamandras
ni conjuntivitis.
Está desnuda la pared saludadora
atrincherada y presa en su trinchera
esperando
un mensaje de amor
una puteada
el fruto de una brusca calentura
algo que la vuelva diario
para tener todos los días hojas nuevas.
Sin embargo me saluda
cada sol
con su pesada gota de revoque
y por algún retazo
me muestra el rojo vivo de su entraña.
No me va a convencer
por mucho que haga
me cuesta creer su corazón de piedra.

………………Último poema pertenece a Jurisdicciones

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Las malas leyes hallarán siempre, y contribuirán a formar, hombres peores que ellas, encargados de ejecutarlas.
Concepción Arenal

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Araceli Otamendi

-Buenos Aires, Argentina-

Lucía y la adivina

Acompaño a Lucía a la casa de una adivina. Lucía es una mujer relativamente joven, estará cerca de los cuarenta, no los aparenta salvo por el gesto demasiado serio que permanece invariablemente en su cara, casi nunca se ríe.
En realidad la adivina es una mujer que tira las cartas. Proliferan en Buenos Aires. Nunca había ido a un lugar así. No sé por qué Lucía me eligió a mí para que la acompañe, no creo en ese tipo de cosas, tal vez se sienta más segura si va con alguien.
El problema de Lucía es que el marido, más joven que ella, buen mozo y simpático es un hombre con suerte. Le va bien en su profesión y Lucía está siempre expectante. Teme que se lo roben. Teme que le hagan algún maleficio, que alguien con poderes mágicos y no tan mágicos lo aleje de ella.
La casa de la adivina queda en un barrio de Buenos Aires, algo alejado, es un departamento antiguo, modesto. Cuando entramos hay una cantidad increíble de mujeres esperando turno. Casi todas están bien vestidas, con aspecto de profesionales, bien peinadas, bien maquilladas.
Se escuchan algunas conversaciones. Hay una mujer vieja que recibe a las visitantes. Es una mujer gorda, tiene aspecto de cansada, de gastada, de haber perdido hasta sus más recónditos sueños.
Lucía, como siempre, está expectante por lo que le depara el porvenir, por saber si su marido la engañará, si alguna mala mujer se lo quitará de su lado. Teme que él la deje y ella se quede en la calle.
La mujer que se ocupa de recibir a las clientas de la adivina es una eximia profesional, podría ser la secretaria de un médico o de un dentista si no tuviera ese aspecto tan desaliñado. Se defiende hablando.
Las horas van pasando, en la antesala del consultorio de la adivina habrá unas quince mujeres con aspecto de preocupadas, temerosas del destino, confiadas en las artes mágicas.
Me dedico a observar a esas mujeres, a escuchar algunas conversaciones mientras Lucía se retuerce en el asiento con sus miedos, sus ansiedades, su inseguridad.
La secretaria de la adivina adquiere con el correr del tiempo un tono seguro, escucha y también da consejos. Pienso si no será como en algunos programas cómicos y films que he visto en mi infancia: siempre hay alguien que se entera primero de los secretos para después confiárselos al adivino. Es posible, ¿por qué no?
—¿Y vos, por qué venís? -Se intriga la secretaria.
—Acompaño a mi amiga.
—Mirá que la Adelaida es buena, la consultan médicas, abogadas, contadoras…
—¡Qué bien! —digo, y pienso, no alcanza con ser profesional, con haber estudiado para tener certezas, la magia también es posible. Pero no lo digo.
—¡Que pase el que sigue! —dice la voz de una mujer desde adentro de una habitación.
Ha llegado el turno de Lucía. Ahora tengo tiempo de escuchar con más atención las conversaciones. Han quedado cuatro o cinco mujeres, nada más. La conversación se anima con la secretaria.
—¿Y saben por qué vienen principalmente aquí? —dice la secretaria.
—No —digo.
—Por problemas familiares. Casi todas tienen problemas familiares, con el marido, los hijos, el amante, el novio. Las que son casadas casi todas tienen problemas. Hay muchas que se quieren divorciar y tienen problemas con los hijos porque se divorcian entonces los chicos andan de aquí para allá como paquetes. Y los problemas son porque no hay amor, porque si hubiera amor no habría problemas. Ahora yo digo una cosa, si hubiera amor no harían eso con los hijos. Y si tuvieron hijos ¡banquenselá!
Casi todas asentimos, es una lección de sentido común. La maestra ha dado la lección, ¿para qué consultar a la adivina? Mientras espero a que Lucía salga de la consulta, observo como la secretaria sonríe satisfecha.


Este texto corresponde a la serie de cuentos Tardes de madres, de la autora
Tomado del blog de la escritora: http://archivosdelsurnarrativa.blogspot.com/


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La vida nos enseña que no podemos ser felices sino al precio de cierta ignorancia.
Anatole France


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Gustavo Tisocco

-Buenos Aires, Argentina-


Que mi calle
tenga tu nombre,
que claven en ella tus banderas,
los números de tu suerte,
la fronda de tus pinos.

Que todos los peatones
me hablen de ti,
que los perros aúllen tu presencia,
que duerman cobijados
los niños tristes
y que renazcan como enormes labradores.

Que denuncien en mí
tu posesión,
las cartas marcadas,
los designios de tu mano,
la gloria de ser casa entre tus barrotes.

Quiero que mi calle lleve tu nombre.


…… * * *

Quieta
como la palabra
en boca del muerto,
distante y sola,
empedernida como madre
que llora al hijo,
así
transitas
la osadía de vivir
entre huracanes.

…… * * *

La Huída
…………………A quien decidió partir antes de tiempo

Todavía se huelen las tostadas del desayuno,
se escucha la vieja radio
y en el techo brilla aún la telaraña.

El crisantemo se viste de fucsias,
el sillón se zarandea –como premonición-
y en la aldea hablan de ti.

Un sol despiadado seca las uvas,
la virgen de la gruta se torna triste
y en el piano enmudece la espera.

Partiste dejando el tendal de ropas,
tus anteojos en la mesa,
tu misteriosa culpa.

Ahora ramas quebradas denuncian la huída.


Final retorno

No debe ser en esta sombra,
en este árbol,
en ese nido
que naufragué mi vuelo.

Pero este silencio
me habla de raíces,
de otoños que pasaron,
de hombres ausentes.

Entonces me torno bosque
y soy viento
…………………final retorno.


……Del libro Desde todos los costados, tomados del blog del autor:
…… http://poemasdegustavotisocco.blogspot.com/


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Haz lo que consideres honesto, sin esperar ningún elogio; acuérdate de que el vulgo es un mal juez de las buenas acciones.
Demófilo


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Irene Marks

-Buenos Aires, Argentina-

Carmen Bruna, la poeta de los abandonados


………………………………Dedicado a la poeta Carmen Bruna

Sangra la luna llena
en la playa de las abandonadas
Es un canto de mujeres que se desnudan
y se arrancan los cabellos
que flotan en la espuma
entre los peces de la marea entrante
como un rito
donde sus ojos se mueven en círculo
Las mujeres
se cortan el cuerpo
con las rocas
y sale sangre negra
de dolor aterido
pasado que se agolpa
en un eco vibrante
como el sonido que estalla
dentro de los caracoles
Su abandono es un eterno viaje
donde la esperanza se ha extraviado
en un país sin nombre
al que acceden
cuando las heridas se renuevan
e inundan el mar de rojísima sangre
Sólo por ellas la luna
toma el color del tiempo detenido
para que rían entre los caracoles


A Elena, en su ruta de dolor

………………………………Dedicado a la poeta Elena Eyheremendy

En carne viva está la noche
suenan lágrimas estelares
cuando Elena inicia
el descenso a los infiernos
Porque el dolor se abisma
remontarlo
tiene muy alto precio
Lloran tangos los pianos
y pesa
la ternura infinita
de los lobos
que hieren
a su pesar.
Sin embargo,
aman amarán amarían
como el vampiro
al que se ofrece el cuello
dulcemente
y el funámbulo
a quien Elena abriga
dentro del corazón
(En el sótano
hay una bruja antigua
que avanza
con palabras hirientes)
Esta noche caen
sobre su mirada
rosas
de suavísimos pétalos
Lo que una vez fue luz
se convierte en espinas
en las manos del tiempo
Elena toca fondo
y se abandona
al aullido del lobo.


Canción para la magia de Paulina

………………………………Dedicado a la poeta Paulina Vinderman

Escribo esta canción
para la verdadera Alicia
que vive en Buenos Aires
y conoce al conejo
También
ha encontrado la manera
de confundir
a aquella Reina Roja
que la acechó en la infancia
En su reino
no existe la resignación
sino el eterno viaje
por los hilos
que tejen
las palabras,
el camino
de los exploradores
de la voz amarilla
donde el viento
es un río
que recoge
sombreros olvidados.


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Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión.
Thomás Carlyle

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Sergio Borao Llop

-Zaragoza, España-

Antes del fin


Cuando subía la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Se lo di todo. Ella protestó. Yo insistí. Ustedes, malpensados, creerán que lo hice porque era joven y rubia. Porque a pesar del pelo enredado me resultaba atractiva. Ante eso me encojo de hombros y, si aún pudiera sonreír, sonreiría. Durante unos instantes, contemplé cómo se alejaba. Luego terminé de subir la cuesta, llegué al puente, me aseguré de que nadie estuviera mirando -actitud ésta un poco ridícula, si se piensa en ello-. Después, lentamente me asomé por encima del pretil de piedra. Respiré hondo. La corriente, imparcial, discurría allá abajo, como un firmamento líquido.


Antes del fin 2.0

Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Se lo di todo. Ella protestó. Yo insistí. Finalmente aceptó y se fue cuesta abajo, balanceando un pequeño bidón de plástico y canturreando algo que no supe identificar. La miré mientras se alejaba. Un par de veces se volvió, agitando la mano libre en señal de despedida. Parecía feliz. Su horizonte era el lugar donde su moto la pudiese llevar con ese euro de gasolina. Sentí que el escenario había cambiado, que ya no podía hacer aquello para lo que había venido hasta el río. Que no tenía derecho mientras esa mujer siguiese caminando por el mundo con su bidoncito para gasolina y esa tonta canción germinando obstinada entre sus labios.


Antes del fin 3.0

Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Entonces oí una voz a mi derecha: No le des nada. Es para drogas. Miré hacia esa voz. Provenía de un banco cercano, donde se amontonaban algunos esqueletos sentados. Sus cuencas vacías nos contemplaban. Uno de ellos hablaba y gesticulaba en dirección a mí, pero yo ya no le escuchaba. Había vuelto a concentrarme en el recuento del dinero. Por debajo de las monedas vi mi mano: Estaba empezando a descarnarse. Entonces miré de nuevo los ojos de la chica. No hubo necesidad de decir nada. Ella asintió y, juntos, echamos a andar hacia la gasolinera más cercana.


Antes del fin 4.0

Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Se lo di todo. Ella protestó. Yo insistí. Finalmente aceptó pero se quedó allí quieta, mirándome, como si aún hubiese algo por decir o no supiese muy bien qué hacer. Miré hacia el río. Vi al otro lado las torres, las antenas, la ciudad extendiéndose infinita, asfixiante. Igual que ayer, igual que mañana. Pero esos ojos curiosos, expectantes, representaban un cambio, una suerte de túnel secreto por donde escapar a ese marasmo. Me ofrecí a llevar el bidoncito, a acompañarla en la búsqueda de una estación de servicio, a ser una mínima etapa en su camino y aceptar su presencia en medio de mi nada. La corriente lo entenderá, sabrá esperarme; a lo largo del tiempo diríase que no ha hecho otra cosa.


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Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva.
Friedrich Hölderlin


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Julio Bepré

-Poeta de Córdoba. Reside en Buenos Aires, Argentina-

Ahora mismo

¿Vives aún las horas de sol enardecido?

¿Aquéllas de plena realidad y ninguna penuria
desgajada e inerte?

El mundo se ofrecía con un distinto idioma
y el miedo se atascaba en un lugar ignoto.

Ahora no existe la certeza de volver a ensoñarte
con ideas propicias pero
como ayer y hasta hoy diversas e imposibles.

Preserva con premura unos pocos segundos
y hazlos bellos y tuyos con verdad en tu alma.

Que se aleje impiadosa con su prisa la vida
y crezca virginal lo que hoy es eterno.

Te sorprende un llamado en esta hora gélida.
No dudes ni demores.

Algo regresa. Abre.


Aquel otro vivir

¿Cómo era un día entre tantos vividos
y en aquella ventura primigenia?

La realidad se hacía en el asombro
y siempre hablaba con verbos fervorosos.

Alguien al mundo se arrimaba para
tender los sueños más propicios.

Y el instante nacía sin premura
entre imágenes de colores airosos.

La ocasión corría solazada a la par
de un aire atemperado.

Recuerda. Lo ingrato era vil copia
de maneras adultas y raídas.

Los actos ofrendaban a cualquiera
variados temas y sus mil prodigios.

¿Hablas acaso de un ayer o de un acoso
e indeseado futuro?

No. La vida era segura eternidad
y descubrir la gracia de un momento.

Algo inmenso era y adyacente
a incontables mudanzas repletas de alegría.


En la certeza

Pronto llegará la penumbra
y rodeará al instante.

Luego arrollarán las sombras.
y todo quedará lleno de ausencia.

Pero puedes hablar y recordar
la fronda de la plaza,
tu cuerpo mismo y las líneas
cimbreantes de alguien
que aún rehace con amor
tu marcha zigzagueante.

Largo se ofrecerá pleno el estío
en un mes de latitud ansiada
para baldar los gélidos sucesos.

Después el cielo atronará
y en seguida la lluvia
esparcirá el suspicaz aroma
que libera con júbilo la tierra.

Mira el descenso rítmico del agua,
siente el atabal del trueno
y el súbito destello del relámpago
llevándote con brío a otra mirada.

Todo ahora parece prometerse
y sonríes porque al fin pudiste
vivir una certeza no esperada.


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No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.
Friedrich von Schiller

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Carlos Kuraiem

-San Justo, Buenos Aires, Argentina-

Lírica

todo lo hacés bien y cantando
como si no tuvieras que cargar
con el peso de un hombre a tus espaldas
o como si llamaras a otro con tu canto


epigrama

ahora que me dejaste
prometo no reírme de los poemas de amor


el corazón sabe

no está el sonido de los besos
no cruje el catre en sus caderas
ni se desata el deseo
no nos enjabonamos juntos
no comemos algo y salimos
entrelazando las manos
el corazón sabe
el día no habla
la noche no ve
las horas decantan
la casa cierra sus puertas
¿cómo remontar
este desgano?

la vida no va contra nosotros


el hermoso Campeador

en invierno respiro
con los árboles
la noche y las piedras
acampan junto a mí
vacía cueva los brazos
enroscados
en dignísima soledad
queso aceitunas y vino
el alimento del guerrero
ninfas aéreas
me rodean con sus alas
puedo contarles
la vez que el amor
golpeó a mi puerta


el hilo de Ariadna

sé que no puedo olvidar
pero seré olvidado
sé que nací para unir
y seré abandonado
sé que cada día me invento
una muerte diferente
no hay caso
este hilo de Ariadna
se hace interminable


……Del libro inédito El hilo de Ariadna, poemas de amor. 2010

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Ángeles buenos o malos, que no sé, te arrojaron a mi alma.
Rafael Alberti

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Nerina Thomas

-Rosario, Santa Fe, Argentina-

La Paz


Sabía que un día, iba a coronarme.
Disfrutaba de toda la existencia
conociendo el milagro de la vida.

Agradecía el despertar, cada mañana
el trino de los pájaros en mi ventana
y me dibujaban una sonrisa, cada paloma
de la plaza.

Crecí, sabiendo que es un paseo el camino
y he construido puentes, cada día
sin mirar a quien los regalaba.

Bendecí el talento recibido
éste, de escribir y leer para cultivarme
como el de ser madre y educar con ejemplos
a mis dos retoños.

Viví para ellos y descubrí también
que no hay amor más grande
que el de un hijo.

Una mañana, mi niña partió de la tierra
y comprendí, que todo lo que empieza termina.
Allí, en ese instante recibí la corona
pues su regalo, fue "La Paz"
por haber amado sin límites.


Un día pleno

Abrigó este día
sólo con su presencia.
Estacionó su coche
llenó de besos a su madre
y la invitó a almorzar juntos.

El otoño
brindó sus mejores tonos
y caminaron por la arboleda
de ese campo donde vive.

El sol entibió el encuentro
con sus rayos
hasta luz irradió en ellos
y fue un mediodía pleno.

Conversaron de sueños
viajes
cambios
hasta de recuerdos
cuando era él un niño
y ella una madre joven.

Preparó el almuerzo
con sus manos ya de hombre
e hizo del encuentro
un momento íntimo
entre madre e hijo.


Encuentro

Llegaste de sorpresa,
como llegan las tormentas.
Tu mirada hizo estragos
al mirarme
y mi ser fue un río revuelto.

Estaba distraída
y me ruborizó el hecho,
lograste sacarme de mi eje
y mis manos
no lograban, quedarse quietas.

Tu presencia
hizo en mí
una fiesta.

No sé aún, si fue el miedo
a cerrar ese mito del recuerdo,
esa ausencia
que no te permite
seguir viviendo a pleno.

Llegaste
y hoy...
me encuentro
con tu ausencia.


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El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.
Charles Dickens

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Elisabet Cincotta

-Buenos Aires, Argentina-

Epístola I


………………Y después de la lluvia…tal vez asome un nuevo color.
………………Liliana Varela

………………………………Tierra de tiempos, 2 de enero de 2010

Fue un tiempo y una tierra donde anclamos la memoria entre luciérnagas de besos y roces lujuriosos. Allí fuimos esperanza para poder seguir marchando en senderos diferentes, pautas sin voz marcaron cada encuentro. ¿Los recuerdas?
En ese tiempo la tierra era de nadie, entonces la tomamos, la llamamos nuestra y alborozamos las cándidas estelas que la ciudad nos regalaba, el cuarto, la luz vedada y el camino por tu cuerpo-mi cuerpo.
No teníamos permitido el amor etéreo, sólo aquél que martirizara el goce con los reflectores de los dedos recorriendo zonas subyacentes de deseo.
Y después la lluvia y otro color asomó junto a ella, y te amé, glorioso amor, te amé.
Entonces me fui, no debía amarte. Nunca lo comprendiste, ahora, seguro que tampoco, porque para comprenderlo hace falta sentir al amor inundando los sentidos y más allá, el recuerdo.
Hoy te sueño entre espumas solitarias, incomprensible ¿no?
En la tierra de los tiempos se puede amar y besar la imagen sin sombra, se puede decir un nombre, gritarlo, arrancarlo de la garganta y sucumbir íntegro… pero tú no lo sabes, no puedes… la razón es muy sencilla: no has amado.
En esta tierra, cuando llueve, la algarabía trae nostalgia, palabra y la silueta de quien se ama, esta tierra es mi cuerpo que conoce el amor y por eso es feliz desde el tiempo hasta los tiempos, siempre…

………………………………Yo, la que se bendice


…… * * *

Al alba

………………y todo tiene sentido… incluso la muerte
………………Liliana Varela

Al alba el horizonte enrojece las pupilas. Somnolencia y sueños se yuxtaponen en objetivos, a veces, inalcanzables.
Al alba nada importa, el camino es sinfín de oportunidades. Vuela el pensamiento en la rueca del tiempo. La libertad perfuma el cuerpo.
Todo adquiere sentido en infinitas variantes y pocas encrucijadas.
Es allí el renacimiento que da sabores al nuevo día.


…................……… Textos tomados del blog de la autora:
…….................…… http://historias-sencillas.blogspot.com/

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Hoy sufres una pena, pero mañana recibirás la recompensa de haberla superado.
Pedro Pantoja Santiago


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Alicia Perrig

-Villa María, Córdoba, Argentina-

Los 15


Ahora con la nona
dijeron

ella hizo las empanadas
y cosechó las flores
para perfumar la mesa

todavía teníamos los ojos hinchados
las dos
azules y rojos

que se saque los lentes
dijo el fotógrafo

y aquí estamos
ella y yo
en el living de mi casa

me sonríe con esa tristeza suya
esa tristeza de pequeñas violetas
en el vestido de piquet
que aún guardan las yemas de mis dedos
sobre su hombro izquierdo

esa tristeza nuestra
en blanco y negro.


Muñeca ciega

El largo vestigio de su infancia
arrastró una muñeca
que tardó una vida
en cegar
el vidrio de sus ojos.


Llorar de risa

Lava los platos
yo los seco
los guardo en el aparador verde
y limpio el piso de la cocina

después
jugamos a atraparnos las manos
entre las sillas
amontonadas patas para arriba
sobre la mesa larga

se cansa
y me declaro su prisionera

anuda las trenzas alrededor de mi cuello
y lloramos
lloramos tanto

es difícil reír
en silencio
y a escondidas.


Poemas anteriores tomados de Mis poetas contemporáneos, blog dirigido por Gustavo Tisocco: http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com

…… * * *

De noche

Despilfarro de noche en la sutura de su pecho
pasos de paloma entre las camas

un llamado casi muerto
quizá un sollozo
y el grito del que enfrenta a solas su destino
pasadizo inaccesible
eterno giro

apretará fuerte los ojos
cuando la mañana enfrente
otra vez
la luz del día.


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Pequeñas cosas parecen nada, pero dan la paz, como las praderas de flores que parecen poco, pero todas juntas llenan el aire de perfume.
Georges Bernanos


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Francisco Cenamor

-Leganés, España-

duerme despierta


duérmete mi niña al invierno
sueña que no entierra sus minas el malo
en las venas de las niñas

duérmete preciosa a la ambición
sueña que en áfrica no lloran las miradas
porque aquí hemos empezado a adelgazar

duerme mi nena también a los hombres
cuando pasean sus colas de pavo real
sumiendo a las lunas en la oscuridad

mas despierta tus ojos a la primavera
vive con quien no tiene ganas de vivir
porque otros les soñaron pesadillas

despierta como una niña que despierta
en el mundo de las caricias
no en el de las balas y la deuda externa

desperézate de las palabras que atan
y suéñame enredado en tus senos
donde la vida nos encuentra mañana


el fin de la historia

ya no tiene sentido la normalidad
ha llegado el momento de los disturbios espirituales
de cortar la calle con macetas

plantar magnolias en las autopistas
arruinar el futuro sembrando esperanzas
poner comas entre sujeto y predicado

correr de espaldas palpando el presente
condenar sin juicio, enjuiciar sin condena
subir de dos en dos las escaleras

abrir de par en par las ventanas
de los viejos aposentos modernos
vaciar las estanterías metálicas

acudir silbando a la biblioteca
enarbolar banderas transparentes
que no nos amordacen los ojos

sorprendernos abrazados al paria
al que vino de lejos, a la prostituta
matar de risa al desamor

ir a la oficina de empleo cantando a puccini
pagar la ópera con la cartilla del paro
recitar poesía desde el patíbulo

construir con firmeza en las nubes
y cada noche, soñarse escondido en el jardín
ignorando elecciones generales y tarjetas de crédito


…………Del libro Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999)

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Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía, es más agradable.
John Lennon

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María Pugliese

-Muñiz, Buenos Aires, Argentina-

………… II

Un índice desliza en línea descendente y el único estremecimiento fija la presión de una derecha hacia la otra. Así comienza a tejerse un trasmallo de sendas sin espacio que puebla superficies y anula los relieves. Una línea continua que transita los bordes de figuras geométricas. Esta recorre en abanicos azahares de ternura…¿de ternura? No, yo no siento ternura, la ternura es de un adentro y yo siento el afuera de la brisa, del calor, de la luz. Esa impulsa un torbellino de aguas que olean giros tersos. Estas bajan a contrapelo, esas acopian los erizos. Viene de la trama de redes que esconden lo imprevisto. Va hacia el cimiento equilibrado e inerte. Sale para captar el arco tenso de algún gemido. Es el instante de las paralelas en garras al final de la nuca.

Ya enhebran los collares sus cuentas en múltiplos de cinco, un hombro, el esternón, otro hombro; más vueltas y las vértebras; una más y el círculo declina entre los flancos.

Almohadillas de sangre que despiertan las sienes con sueños tan lejanos que nacen al adentro. Así...así... con esas me cubría papá. Ellas recibieron el temblor de mis hijos. Fue con este pulgar que borré las lágrimas de lo irreparable. Su anular se enredó con el mío por no decir adiós.

Recorren en abanicos azahares de ternura.

Todas contienen cántaros frágiles e inasibles, deformes, vacíos, llenos, arcillosos.

Una caricia siempre busca sin saber qué.

…… * * *
En el acto de escribir una palabra se presentan dificultades de índole mecánica, por ejemplo, sostener en la mano un instrumento de escritura y manejarlo con soltura y ligereza; hay después otra dificultad mecánico-motriz que consiste en llevar la mano de tal modo que se reproduzca la forma de la letra necesaria para la composición de la palabra. Una dificultad de otro género consiste en ordenar las letras, unas después de otra, de modo que compongan precisamente la palabra buscada y que resulte de esta palabra un sentido; éste es un trabajo de la inteligencia que se hace del todo independiente del acto mecánico de trazar la escritura.
María Montessori (Italia, 1869-1952) *
…… * * *

Las enfrento a mi rostro y ellas son ahora la otredad. Reconozco en su grosor la textura levemente ajada por el paso del tiempo. Modelaron con paciencia lo que podría haber concebido tan sólo como una carta echada.

Esta condena de mirarlas hasta envejecer-.

Unieron y apartaron. Suplicaron y dieron. Arrancaron y hundieron.

Con ésta, sí con ésta, junté la tierra y la arrojé sobre los muertos en carne y sueños. Con ésta sellé cada eslabón de la cadena amarrada a la sien. Ésta quedó estancada al tibio temor de sus trece años y en un instante apenas renueva la esperanza que me eleva al cuenco de tu vientre. –Nunca pronuncia mi nombre en el enlace, y sin embargo intenta atarse a mi mirada y sin embargo permanece a mi costado hasta la leve brisa y la vuelta a la luz. Tal vez en represalia no pronuncio su nombre.-.

Se extiende esta derecha a tu cintura con un temblar ingenuo e inquieto, como la primera vez. .Pero más hondo. ...Más hondo.


………………Del libro Cripta de amor. Inédito, 2004
* María Montessori, Ideas generales sobre mi método. Editorial Losada S.A. Buenos Aires. 1965. 3ra. edición

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Sin padres, sin infancia, sin pasado alguno, no nos queda otra posibilidad que afrontar lo que somos, el relato que llevamos para siempre.
Osvaldo Soriano

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Omar Darío Ruiz

-Buenos Aires, Argentina-


¿Por qué el cielo es azul?
¿Será porque el mundo
se nos muestra abierto?

¿Espejo de otra vida?

¿O será que vemos desde la tierra
el reflejo de un dolor
profundo y sereno?


…… * * *

Somos una ilusión del pensamiento.
Imaginamos que vivimos
a través del pensar.

El pensar se sale del ser.
Escapa por los orificios
imitando al espíritu.

Todo espíritu que vive
tiene como núcleo un sueño.


El tiempo en dos tiempos

1000


El paso del tiempo señala
su resplandor y penumbra.

Ritmo vacío en río hueco

confluencia de cuerpos
unidos
por un solo tiempo.


2000

Antes de todo
el tiempo había dado
su carácter al tiempo.

A través del espacio
el instinto pulsa la nada

movimiento
sobre una calle abierta. Universo.


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El genio en el arte consiste en saber hasta donde podemos caminar demasiado lejos.
Jean Cocteau

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Liliana Céliz

-Rosario, Santa Fe, Argentina-


como árboles plagados de parejas en sus bordes (aletean de las ramas
en el aire al inferir los bordes de belleza) en troncos descosidos
y en lo inerte de la noche sin el tiempo (en su raíz el tiempo detenido)
en sus bisagras (aros de la noche al contraer el fuego de los ángulos celestes)

…… * * *


“una esfera de cristal con el sol adentro” de los ojos que tiritan
nuestros nombres /el incienso (ver y oír caer el filtro incierto
de la noche entre las sombras que no duermen, aplacadas de
distancia en la pared que cunde nuevamente: el río ir a traer
los nombres desde el río en la emulsión de páramos frecuentes
dados vueltas de sí mismos en el aire -allá en el arco entre las aguas-
donde nace la esfera del crepúsculo cayendo o ver y oír el nombre
entre las olas en los arcos de olas deviniendo) ir y beber el agua
por los pechos exaltados de caricias (pasajeras) entre sombras
en lo opuesto de la gama de los nombres infinitos en el río
(y ver y oír el nombre)

…… * * *


se espera que las fuentes caigan con los nombres arraigados
como soles empotrados en el agua/ "se espera, se dice"
hablo solo a la manera de los duendes de la noche en tornación
de los colores a la inversa (la oquedad de los colores a la inversa)
en el tiempo estrangulado de los nombres que no caen con las
aguas, se deslizan en las ligas de mi cuerpo (en estallido el nombre)
a borbotones en el plano terrenal del cuerpo ( )


…............……………Del libro inédito El quiebre allá en la hoja

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Una persona fuerte no es aquélla que tira al suelo a su adversario. Una persona fuerte es la persona que sabe contenerse cuando está encolerizada.
Mahoma


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Victoria Asís

-Nació en Entre Ríos. Reside en Magdalena, Buenos Aires, Argentina-

Esa tarde

Hay una cierta tarde en la memoria,
momento sin igual en que te encuentro.
Intento escapar de ese recuerdo

pero tu música, la métrica, el encanto de tus letras
me dejan sin respiro en el intento.
Mis ruegos no llegan a los dioses, la cordura
se escapa entre palabras que sólo están para nombrarte.

Me abraza este tiempo de fríos y de escarchas
mas el calor de tus manos
todo lo vuelve tibio y llevadero…
En este secreto extraño que nos une
puedo sentir el don de tu presencia, mezcla de amor
significado, mensaje amoroso que llena nuestras vidas.


Resplandor

Cómo conmueve la visión del ocaso,
intemporal…
Derritiéndose en esa línea, que ilumina
el horizonte.

Y más aún ese final que dicta la luz,
cuando desaparece
dando lugar a la tediosa noche, interminable.
Con ella se acerca otra presencia

tirante y distinta cada vez,
ella anonada mi estar cuando la descubro
repetida en el espejo.

Distante figura vestida de ocres,
acompañando las tardes de otoño,
arrebujada y sola permanece
en esa estancia, en soledad…


(1973)

La mano que escribe me trastoca, levita
mis decires, transmigra junto a mis deseos
de aire, sol y cielo.
Y el mar siempre junto a mí, con su forma
y sus olores.

Cada sonido de este ocaso trae su voz,
con la sonoridad del grillo que no duerme.
Todo rumor es música y espuma y oro
esperando la aurora de otro día.

Toda yo soy silencio que se esparce
y doblega la nostalgia, que renueva con
ardor, los sueños que no fueron
perdidos en el tiempo gris de la memoria.

En mis letras hallarás el nombre, que es
el tuyo porque con él hice el poema,
con la grafía y los símbolos que siempre
te dibujan…

............................De Cuaderno de Poesía, 2010

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Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.
Fernando Pessoa


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Rubén Vedovaldi

-Capitán Bermúdez, Santa Fe, Argentina-

Niña del día


Cuentan que en el tiempo de los tiempos y en un lugar de los lugares, entre unas pequeñas vidas de la vida, una niña derviche se ganaba su día cantando cuentos de niñas derviches que se ganaban sus vidas contando y cantando cuentos sin cuenta.
Uno de esos cuentos recuerda que una niña derviche se sentó en el suelo y puso siete piedras delante suyo formando un anfiteatro en un claro en medio de la pradera y les contó siete historias.
Y cuentan que las almas de esas piedras se conmovieron hasta la risa y las lágrimas e hicieron con sus lágrimas de felicidad el más bello lago en medio de ellas.
La niña asomó su rostro y se vio reflejada como una luna azul en su decimocuarta noche. Sacó su preciosa lengua y se vio un signo lingüístico en medio de la lengua.
Al ser felizmente descubierto, el signo lingüístico despertó como un genio mágico, y se puso de pie y abrió sus alas y cantó el himno de las siete lenguas.
Y las piedras se volvieron siete peces de siete colores diferentes y entrenadaron en el lago de sus felices lágrimas. Y otras siete piedras vinieron a oír el himno y entrebailaron con los peces y se volvieron siete pájaros de siete colores cada uno y bebieron del lago y volaron a buscar néctar de luz y polen en el prado y llevaron la vida de los árboles frutales y las flores más allá de los siete mares.
Y aunque no todo era feliz en el universo y la niña y los peces piedra y las aves piedra sabían que en la convivencia hay lucha y en el cielo hay amores y guerras, nacimientos y muertes, luces y sombras, ese día todos se durmieron soñando los mejores ecos del signo.
Al otro día las aves eran piedras otra vez y los peces eran piedras otra vez y ya se había evaporado el lago de las felices lágrimas pero la niña derviche amaneció con ganas de salir a caminar, a cantar y a danzar el signo por donde el día la llevara.
Para que el día nos traiga, -dijo- vamos al día con nuestra renovada voluntad de amor.
Para que este día y cada día den también de su hambre y su fruto, su sed y su agua, vamos a despertar el signo-ordenó-.
Si la piedra puede ser pez o pájaro, -se dijo- ¿Por qué no podría yo volver a despertar y volver a salir a la convivencia creativa, aún cuando no todo sea luz y calor, amor y alegría, canto y danza?


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Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error.
Alessandro Manzoni


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