-Olavarría, Buenos Aires, Argentina-
Poemas breves
Hay una costumbre de nacer todos los días
salgo a una hora de la tarde
para sentir que sigo naciendo todavía.
…… * * *
No te aferres a la última palabra
es un montoncito de sílabas que nombran a la nada,
elegila, enfilala
y entre ecos y plurales
renombrala.
…… * * *
Comprendí entonces
que el silencio del amanecer
es dejar dormir mis manos adentro de tus alas.
…… * * *
Dejame encontrar ese lugarcito
adonde perdiste las alas
dejame a la vuelta de la herida echar toda la sangre
y morirme hacia adentro solamente.
…… * * *
Dónde dejé el olvido?
Tan callado se fue esta primavera
que los naranjos se asombraron
como tus ojos sin memoria.
…… * * *
Quién finge el silencio?
la mirada del otro va horadando
la forma de los huesos
y encuentra consonantes y vocales
adentro de los ecos.
…… * * *
A veces sin nombrarte se carga mi garganta
con los tajos de piel
que me tembló en la noche.
…… * * *
En el crepúsculo hay vuelo de gaviotas
pasan lejos de todas las orillas
para no dejar restos de sueños en la arena.
…… * * *
Brindamos en la noche
por la forma de estos besos nuevos
que esperaron en la fila de los que pudieron ser alguna vida.
…… * * *
A veces es muerte el silencio,
sólo a veces…
en la memoria es una forma de olvido.
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Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurio, a la verdad y al error.
Ramiro de Maeztu
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miércoles, 3 de noviembre de 2010
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Bellos poemas que invitan a la reflexión, un abrazo Gus.
ResponderEliminarGracias mi querido Gus.
ResponderEliminarUn abrazo y todo mi cariño
Analía