-Nació en Buenos Aires. Reside en Catamarca, Argentina-
Una sola palabra
El sol la encuentra meciéndose suavemente, una dulce sonrisa ilumina su rostro. Mágicamente regresa a su niñez, época de oro en que sólo a ella se le permitía hamacarse en la mecedora de esterilla de la abuela. Cuánto la complacía esa mujer de cabellos plateados, mirada tierna, voz cadenciosa y manos repletas de caricias y galletas recién horneadas.
La cirugía fue sencilla, ella está animada y aprovecha para disfrutar de un descanso en esa habitación confortable.
Se abre la puerta y entra él.
Disfruta de la compañía de este hombre de edad mediana, impecable chaquetilla blanca, cuerpo atlético, aire seductor, con algunas canas que lo muestran más interesante aún.
Se saludan afablemente, charlan unos minutos. Él pregunta donde está el informe. Ella señala una mesa y aguarda despreocupada, se mece suavemente y piensa en su niñez.
Manos pulcras abren un sobre cuidadosamente cerrado. Sus ojos quedan fijos demasiado tiempo, su mirada clavada en el papel.
La joven mujer sigue balanceándose y otra vez es pequeña. Rememora la suavidad de las caricias, la ternura de la mirada, el aroma de las galletas, escucha a su abuela llamándola por su nombre.
La voz del médico la trae a la realidad, le dará el alta y retomará su vida habitual. Sin embargo algo extraño sucede: él juguetea nerviosamente con ese pequeño papel, no la mira siquiera cuando habla. Muchas frases salen de su boca sin que ella logre entenderlas, entonces cierta palabra la alerta y empieza a comprender que algo terrible sucede.
El sillón se detiene, se arrima hacia delante y de modo casi inaudible formula una pregunta, la que nunca hubiera querido realizar, de la cual nunca hubiera querido escuchar la respuesta. Sus miradas se cruzan por primera vez desde que él buscara el sobre cerrado. Recibe la certera flecha confirmando sus dudas y luego no escucha nada más.
Él sigue hablando con voz temblorosa aunque ella ya no oye esas palabras, sólo percibe gritos aturdiendo su mente, dagas desgarrando su alma, latigazos desmenuzando sus sueños.
Se siente perturbada. Esa noticia acaba de matarla.
Su juventud, sus hijos pequeños, sus seres amados, sus ilusiones… Su vida destruida por el zarpazo de una sola palabra, una mala palabra, irrepetible, innombrable, devastadora.
El médico se acerca para saludarla, menciona algo de las curaciones y por fin se va.
Sí… por fin se va… Ella sigue con sus ojos húmedos a ese insignificante ser, encorvado, canoso, desaliñado, arrastrando sus pies al caminar.
Vuelve a recostarse en la mecedora, ya en la protección de la soledad. Sus sentimientos la desbordan, sus pensamientos se descontrolan. Se balancea nuevamente aunque ya no piensa en su niñez, la realidad la sacudió con una decisión asesina.
De pronto se siente débil, cansada. Intenta ordenar sus ideas, quisiera saber cómo actuar. ¿Para qué esperar el momento del fin, con todo el deterioro que conlleva, si el destino ya firmó su sentencia?
El dolor lacera sus entrañas. Tembló el piso y todo cayó a su alrededor.
El sillón se mece con suave cadencia. Su mirada se pierde en algún recoveco de su niñez, anhela regresar allí y dormirse protegida por los brazos de su abuela, sin pensar en nada más.
El sol acaricia un rostro sereno, empapado en lágrimas, mientras se enciende una tenue luz en su corazón.
Tal vez es la angustia que acrecienta su fortaleza.
O quizá es la certeza que al fin pronto todo terminará.
................................................................Junio 2002-Septiembre 2010
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Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio.
Paulo Coelho
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miércoles, 3 de noviembre de 2010
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Me emociona Analía, solo decirte eso amiga.
ResponderEliminarSé de dónde viene y me emociona.
Un abrazote Gus.
Gus querido amigo:
ResponderEliminarGracias, muchísimas gracias por tu lectura y tus cálidas palabras, las cuales aprecio muy especialmente porque sos un ser maravillosamente humano.
Gracias
Mi abrazo y mis buenos deseos siempre
Analía
Con lágrimas en los ojos. Sin palabras. Solo quisiera correr y abrazarla.
ResponderEliminarLo estoy haciendo
Alicia Perrig
Mi querida Alicia:
ResponderEliminarEstoy recibiendo su abrazo, su calidez y su amor.
Muchísimas gracias
Analía
Amiga: bellisimo trabajo, felicitaciones y un gran beso
ResponderEliminarLydia Raquel Pistagnesi
Querida Lydia:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por detenerte a leer mi cuento.
Te mando mi abrazo y mis buenos deseos cada día
Analía
Analía, como siempre muy bueno tu cuento, pero ¡cuánta tristeza contenida!
ResponderEliminarEs la vida con sus caras diversas...
Te deseo lo mejor
Un abrazo
Bertha
Querida Bertha:
ResponderEliminarMuchas gracias por detenerte a leer mi cuento.
Y como bien expresás, siempre hay tristeza contenida en la vida misma, verdad?
Agradezco y retribuyo tus buenos deseos con cariño
Analía
Analía, amiga querida, FELICITACIONES por este profundo y conmovedor relato que logra conjugar magistralmente originalidad y sentimiento!!!
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Viviana
Mi tan querida Viviana:
ResponderEliminarMuy agradecida por tus conceptos, por tu tiempo para leerme, por tu amistad, tu compañía, tu afecto.
Muchas gracias.
Mi abrazo y mi cariño, siempre
Analía
Estimada Analía: tu relato me ha conmovido por su forma de trascender el dolor a través de la belleza. El lenguaje nos va llevando hacia la intimidad del personaje que se debate entre el pasado y el presente, encarnado en una palabra que sin nombrarse lo dice todo.
ResponderEliminarFelicitaciones por el texto y por los cuatro años de tu valiosa revista.
Cariños
Horacio
Apreciado Horacio:
ResponderEliminarEstoy especialmente agradecida por tus conceptos acerca de mi cuento (primera vez que ve la luz), y por tu tiempo para detenerte a leerlo. Muchas gracias.
Y también agradezco tu saludito y tus palabras alentadoras respecto a la revista literaria.
Mi cariño
Analía
Querida Analía: en este cuento se percibe el cambio que se opera en la visión del mundo de una persona a partir de una noticia que cae como una flecha. Hasta la figura del médico se deforma.Así es el dolor, la desesperanza que surge cuando el rayo de la muerte cercana nos anuncia nuestra finitud. Este cuento es desgarrador, pero de gran realismo, ya que toma un momento esencial y terrible y a partir de ahí se plantea la crisis y la conciencia lúcida de que todo es relativo. Excelente cuento Irene Marks
ResponderEliminarMi querida Irene:
ResponderEliminarValoro muy especialmente tus palabras, tus observaciones tan precisas. Siento que has captado el dolor que intenté mostrar en esa joven mujer.
Muchas gracias.
Mi abrazo y mi cariño
Analía
Me sumo a los comentarios anteriores, y como te lo dije ya por carta: un gran esfuerzo que traspasa y conmueve.
ResponderEliminarbesos, besos, besos
Marta Zabaleta
Marta querida mía:
ResponderEliminarGracias, muchas gracias por tus palabras, por tu cercanía, tu tiempo, tu cariño, tu amistad.
Gracias querida Marta.
Te abrazo fuerte fuerte.
Analía
Hola Analía, pasó a saludarte. Espero que estés bien. Te comento que al final me decidí por éste cuento para mi trabajo final. Me encantó y me hace sentir sensaciones parecidas a las que ya viví en cierto momento de mi vida.
ResponderEliminarTus escritos me llegan al alma.
Querida Eliana:
ResponderEliminarMe halagan tus palabras tan elogiosas, muchísimas gracias.
Tal vez somos parecidas, no? por eso mis escritos te llegan tanto.
Ya sabes que podés escribir a mi correo siempre que lo desees.
Muchas gracias por tu tiempo.
Analía
es muy hermoso como utilizas todas esas palabras adecuadas para escribir una situación por la cual nadie quiere pasar, sin embargo cada oración tiene ese sentimiento que hace que uno pueda entender como se siente aquella persona.. no es fácil plasmar algo que solo siente el corazón y que las imágenes solo están en tu mente, es por eso que me sorprende tu forma de escribir, dice mucho de vos y te felicito
ResponderEliminarApreciada Ceniciienta:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus conceptos y apreciaciones. Me reconforta saber que este cuento te agradó.
Muchas gracias por tu tiempo para leerme.
Un saludo cordial
Analía
Muchas felicidades para este año, dale vida a tus sueños y que la crisis económica pase de largo.
ResponderEliminar¡¡Feliz año 2011!!
Un abrazo.
Apreciado Ricardo:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus buenos deseos. Los retribuyo para vos y tu gente cercana, que sea un año con paz, trabajo y bendiciones.
Un saludo cordial
Analía
Querida Analía: De que manera tan mágica tu pluma se desliza tan sutilmente describiendo un hecho tan terrible, como la muerte anunciada.
ResponderEliminarEste cuento me llegó muy hondo.
¡Felicitaciones querida Analía! Este cuento es magistral.
Besos con cariño
Xenia
Muy agradecida por tus observaciones alentadoras, querida Xenia. Me agrada saber que este cuento te conmovió, gracias por expresarlo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño y siempre mis buenos deseos
Analía
Me ha gustado mucho tu cuento, Analía. Yo no sé de
ResponderEliminardónde viene, como dice Gus, pero me emociona.
Es buweno que suavemente se toquen los extremos, los límites, y todo con esa delicadeza.
Un beso
Isabel
Mi querida Isabel:
ResponderEliminarValoro tus palabras acerca de este cuento.
Muchas gracias por tomar tu tiempo para leerme, gracias.
Mi abrazo y mi cariño
Analía