Te doy gracias Amor
por las miradas y caricias
que mantuvieron
a mi corazón palpitante,
siempre pleno de vida.
La risa y el canto,
la danza y mis sueños
buscaron siempre ansiosos
el sendero para llegar a ti.
La amistad,
siempre vestida de primavera,
radiante como la luna,
plena de la fuerza
que nos regala el padre Sol,
alumbró siempre el sendero
para llegar a ti.
Gracias Amor
por las caricias,
por los besos,
por los días y las noches
que viví envuelto
en tus sueños,
en tu piel.
¡Gracias Amor!
Amada mía
A mi Esposa
Ya lo sé, amada mía,
perdóname,
sólo es la etapa
que nos corresponde vivir,
la tolerancia,
qué le vamos a hacer;
para vivir
tenemos que aumentar
la paciencia,
tanta que la vida
se aburra de llenarnos
con sus diabólicas pruebas.
Nosotros lo sabemos,
para superar esta etapa
tenemos que amarnos mucho más,
tanto que las discusiones,
las enfermedades
y los problemas familiares
sean sólo guijarros
que de un puntapié
quitemos del camino.
Amada mía, por siempre,
ven, toma mi mano
y sigamos luchando,
mira que la vida continúa.
Pobres
Es una enfermedad, dicen
muchos, personas que ganan
tantos millones, recibir más
millones en negocios paralelos
a su trabajo, recibir más
millones en coimas y sobornos,
aumentarse la dieta, recibir
sueldos y jubilaciones, tantas
que, para ocultarlas abren
cuentas en bancos extranjeros,
¿para qué?
Para burlarse de los jubilados,
de los cesantes, de los que buscan
su sustento con grandes esfuerzos,
muchas veces hasta tienen que luchar
con las fuerzas del orden
como los comerciantes ambulantes,
¿para qué?, ¿para aumentar la
delincuencia?
¿Dónde quedó nuestra conciencia?
¿el honor?, ¿la justicia?
¿El amor a Dios?
Sí, realmente es una enfermedad,
pero no del cuerpo, sino del espíritu,
que se ha convertido en piedra,
o sea, en nada. Pobres.
Ricardo Ponce Castillo
Coquimbo, Chile
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