jueves, 17 de agosto de 2023

Gerardo Molina

Del Olvido 

De la trágica sombra del olvido 
en tropel me llegaron tus palabras, 
sólo tres en tu voz permanecieron: 
               “¡no te vayas!” 

En un cielo olvidado, 
como mi corazón, la noche calla. 


Una travesura

Igual que una travesura
De niño, una travesura. 
Suelo componer mis versos
A escondidas. En la bruna 
Hondura del monte en flor, 
A pleno sol, en la lluvia
O bajo el sutil polvillo 
De la pedrería nocturna. 
Y en soledosos paseos 
Por el campo. ¡Ah, la rubia 
Esbeltez de los trigales 
Que se espeja en la laguna! 
Igual que una travesura 
De niño, una travesura… 


El viento… 

El viento suele traer 
ecos, pretéritas voces 
con ansias de inmensidades 
y de paisajes insomnes. 

Se regocija y expande 
la luz plural de los montes, 
la impregna de sus efluvios 
y a sus amores responde. 

Sabe que es un peregrino 
y seguirá ¡sabe dónde! 
Mensajero impenitente 
y seductor de horizontes. 

Como al pasar atesora 
suspiros en los balcones, 
el tañer de una guitarra 
y fulgores en las noches, 

no le faltan armonías 
para deshilar canciones 
ora frágiles y efímeras, 
ora eternas como el bronce. 

Cosa nimia es la distancia 
si el viento es aliado y cómplice 
y nos suele regalar 
ecos, pretéritas voces.

Está entre ellas, la tuya 
-mi alma la reconoce- 
y me cuenta de ternuras, 
de infinito amor y goces. 

Y confío a su hidalguía 
de chasque sin condiciones 
la certeza de un regreso 
y de un amor siempre joven. 


La “bici” 

La “chiva” te llamaban los “botijas” 
y “bici” era el consentido apócope. 
“Prestada” te acaricié de niño 
y acompañaste luego 
mi premura y fervor adolescentes, 
para llegar -alado- al balcón de la amada, 
en azul clavileño lanzado a la aventura. 

Años después, inmerso 
en mis ensoñaciones de poeta
toda una noche te quedaste sola 
junto a la pared amiga 
del último almacén. 

Y al otro día, 
con la indulgencia de las novias fieles, 
estabas esperándome 
tan leal como una rosa fresca 
bajo el rayo fecundo de la mañana en flor. 

¡Cuántas veces seguimos 
enamorando musas! 
Y oías y aprobabas en silencio 
cada página nueva de inédito lirismo. 

No dejarás, seguro, 
de acompañarme, cómplice, 
de ofrecerte a los sueños, 
al trabajo, al remanso, 
por lueñes u olvidados caminos 
atesorando estrellas. 


Poemas del E- Book del autor: Oda al árbol y otros poemas. Primera edición: Uruguay, agosto 2020 
Gerardo Molina 
Canelones, Uruguay 

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