lunes, 10 de octubre de 2022

Rubén Pérez Hernández

A Pablo Neruda

¡Qué melancólica 
sonó tu voz marina, 
allí donde Pablo miró 
sobre las crestas enloquecidas! 
Altiva, 
su mano tocó 
en la orilla
ese rompiente 
de sal y espuma fría. 
Tal vez él sintió 
como me sucede hoy: 
ese amor… 
atracción femenina 
que nos seduce
con su abrazo 
de bruma dormida.
Igual sonó melancólica tu voz, 
En ese pedazo de tierra mía, 
que moja sus pies 
en las aguas del Plata, 
en estas aguas queridas. 


¿Dónde están las estrellas? 

A veces pienso: 
¿dónde fueron a parar 
las estrellas, 
luego de la tormenta? 
Cada mañana 
me asomo a la ventana, 
miro el sol en el jardín 
y espero… 
Después de la lluvia
sólo quedará el recuerdo, 
sólo eso 
y nada más. 
Mis pasos me llevan 
por caminos secretos 
pisando charcos, 
mirando el cielo.
Luego de esto 
sólo queda el silencio, 
sonrisas opacas, 
oscuras, solitarias… 
El día pasa junto a mi ventana 
veo el sol en el jardín 
y otra vez pienso: 
¿dónde fueron a parar las estrellas 
luego de la tormenta? 


Rubén Pérez Hernández 
Uruguay

2 comentarios:

  1. Tu poesía refleja el momento que vivimos como sólo lo puede hacer un poeta. Gracias

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu lectura, Cleide.
      Mi abrazo y mis mejores deseos

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