martes, 21 de septiembre de 2021

Marta Zabaleta

Al lado de ese río en la pradera 

Me resulta doloroso escribir 
con estas mismas manos 
que estoy sola 
con la luna. 

Pero ya lo he estado, 
lo he estado hasta contigo 
y he vivido, al lado de este río, 
en este mismo 
atardecer de la mañana, 
en este siempre decirte 
sin que escuches, 
en los mismos rumores pasajeros 
adonde fui a escucharte. 

No te encontré, no estabas. 

Te recorrí, río Maipú, 
por aquellos años, incesante. 
Me llamaba Neruda, 
me presentó a Guillén, viajamos al espacio 
con la primera astronauta comunista y rusa 
y de vuelta 
me apoyé en lo más alto de Los Andes 
y dormité en los cantos: 
ni yo paré de hablar 
ni su carro desvió su camino 
ni las cadenas apartaron 
la marcha de las pistas nevadas. 

Y sin embargo al final 
mano con mano, 
pelo con pelo 
yo con cigarro, 
Tú con mis pestañas en tus labios 
Yo con tus lágrimas 
y entre los dos, 
la sombra de una orquídea 
y una balada. 
Un silbo y en Costa Rica 
nos fumamos el volcán: 
nací en Santiago. 


Tres 

Tres gotas de rocío 
desnudan tu rosa 
y suave desgrana tu frente 
tres gotas 


Sonrisas de una mañana de tinieblas 

Egoísta: el cielo cuando se enmudecen las estrellas 
Agresiva: la noche cuando el cielo se hace agua 
Ingrata: la rana cuando se bebe el agua del estanque 
Manipuladora: la fricción del pecíolo sobre la abeja 
Generosa: la soledad de una flor en una copa 
Extraordinaria: una mujer que se desnuda ante un rosal 
Irrespetuosa: la fragancia del heno en la cachaza 
Valiente: la verdad dicha por una voz amiga 
Generosa: la olla con ravioles hervidos 
Solidaria: la ola con los pingüinos cuando nadan porque están despiertos 
Silencio: el cajetear de los sentidos 
Tortura: una sorpresa encerrada en una caja 
Fatiga: la verdad por afuera y en la vida 
Cansancio: asomarse a la ventana de las cosas 
Corbatas: sinfonía de notas sin acordes 
Dulzura: el ruido de una pluma que se cae 
Muerte: destellos de una vida que se abre 
Sencilla: la vida si se aceptan sus mentiras 
Mujer: cada una de las cinco letras de mi nombre 
Extraordinaria: una hormiga borracha que sin embargo escucha 
                          …cuando así su amor le llama… 


Marta Zabaleta 
Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterr

7 comentarios:

  1. Sumamente gentil de tu parte recoger en el seno de tu fabulosa revista, estos pedazos casi olvdidados de mi vida,que sin embargo, me suenan al leerlos tan actuales. Te abrazo y con cariño, te agradezco que me entregues este espacio de luz y de alegrias.Marta

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    Respuestas
    1. Soy yo quien te agradece, querida Marta, por palabras tan elogiosas y alentadoras. Siempre es un placer compartir tus poemas.
      Mi abrazo y mis mejores deseos siempre

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  2. Marta querida qué alegría poder seguir leyéndote, ahora también desde este espacio. ¿Qué más podría decirte de tus maravillosos poemas, que ya no e haya dicho a lo largo de los años? Un gran abrazo, Ri
    Dr. Ricardo Rodríguez Pereyra, CONICET, Buenos Aires

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  3. Me han gustado mucho sus poemas, gracias por compartirlos y a Analía por haberlos publicado.

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  4. Fue un gusto encontrar estos poemas de Martita Criolla, no los conocía.
    Un abrazo grande allende los mares y otro para vos, Analía.

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  5. El recuerdo, pide permiso a la espada de la voz.
    felicitaciones

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  6. Lina, Ricardo, Max, Gustavo:
    Muchas gracias
    Mi abrazo

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