Tiempo I
De pronto
sin quererlo casi
por los senderos del aire
se me aparecen Gerónima y su caja.
Y en ese espacio plural
de la montaña a sus manos
mi voz se encaracola con el viento
en un tiempo solidario.
La imagen de su espalda encorvada
donde sus hijos se aventosan
es algo que nos viene desde siglos.
Se hacen uno
viento y canto
y en la caja acurrucada
va la voz de la montaña.
Tiempo II
Me doy cuenta de
que este tiempo del valle
no es el mío.
Igualmente
me tomo a las manos de Gerónima.
Mientras ando
me acompañan en el hueco del bolsillo.
Voy mirando
las vidrieras con sus trapos de colores.
El bullicio de los autos
sobresalta mi silencio.
Es difícil.
Unir ambos tiempos constituye un desafío.
Desalienta
ver cómo se desfleca la voz de la montaña
entre la gente distraída
que mira
la piedra
el palpitar del río
los pinos enlunados
e ignora
el frío afilando sus mejillas
la queja de una raza.
Ha llegado el tiempo:
Siento cómo Gerónima está golpeando
la caja de mi pecho.
Bertha Carou
Lincoln, Buenos Aires, Argentina
Me encanta ese 'alter ego' que Bertha proyecta en estos poemas, esa íntima Gerónima que mueve sus sentimientos.
ResponderEliminarUn par de abrazos para ambas.
Querida Lina gracias por tu lectura e interpretación del poema. Un abrazo
Eliminar¡Qué hermoso, Bertha! Como todo lo que escribís. Un remanso para el alma y una invitación a no abandonar nunca la palabra.
ResponderEliminarGracias estimada/o lector
ResponderEliminarSi alguien quedò sin mi agradecimiento por la lectura, ruego me disculpen.
ResponderEliminarUn abrazo en poesìa