Un día tu casa no está tomada
otro día ellos están en tu patio
es más tarde y hace frío
los edificios sin embargo se llenan hasta el enésimo piso con desconsuelo
el sonido de la locura
habrás de llegar al borde del arrebato total
(tantos ritmos, nunca vistos por mí)
¿queda entregarse a ellos?
idolatrías locales
idolatrías totales
entonces oyes que alguien ha decidido abrir
una recogida de firmas en Change.org
después de que le intentaran cobrar cinco mil euros
por los gastos del cadáver de un familiar.
Firman 170.000 personas:
tres días después,
el Gobierno obliga a las funerarias
a aplicar precios previos al estado de alarma.
Antes, habían venido los cielos cubiertos:
la piel de los hombres, lívida, a causa de las heladas
y algunos paisanos se quedan en la nieve
(en la pared, estaba escrito, con pintalabios,
Pregunta a madre).
Y todas esas bailarinas, en este sobrevenido desfile,
alargan las piernas, recién aplaudidas
(sí, a en punto: ha sido a las veinte a las veinte a las veinte).
La mancha roja había ido extendiéndose:
quedaban dos veces,
dos sueños, dos dosis,
dos arrebatos,
dos lo que fuera, pero dos,
“dos”:
cuatro días para el penúltimo resultado y ¿entregarse? a continuación.
¿Queréis un poco de alcohol, acaso?
¿Ofrecieron su indulto, pacientes como, pongamos por caso,
el número 0a, el 0b, el 0c, el 0d, el 0e, el 0f, el 0g,
y en perpendicular el 1a y el 1b,
cuando el 0h, ubicado a modo de cruce de caminos, fue fusilado?
Nunca lo sabremos.
Y, al otro lado,
tras el fondo del pasillo,
la Humanidad, la pausa:
el cómic.
* * *
suicidarse por un reconocimiento,
por una aureola:
cabe considerar a suicidarse,
en pos de hacer carrera literaria,
como acaso sería también para una carrera política,
o un invierno en Lisboa,
como la peor de todas
las sinuosas carreteras:
suicidarse para sujetar a Rimbaud
a la sombra de un Eurobasket
TS Hidalgo
Madrid, España
Aqui no vale una simple lectura; las ideas se resguardan detrás de cada verso, hay que escarbar para descubrir sus significados y ciertas analogías con los mismos.
ResponderEliminarGracias, muy interesante.
Muchas gracias por tu lectura atenta y dedicada, Lina.
EliminarCariños
Analía
La dureza de lo cotidiano, la disparidad de momentos, el torbellino, los sueños, el suicidio, el silencio y hasta las pausas, no son anónimos... Será sólo un pestañeo en vida?. Profundo y fuerte, dejando al lector el desenlace en cada poema. Gracias TS Hidalgo por tus poemas y gracias a Anita por editarlos. Un abrazo a cada uno.
ResponderEliminarAgradezco tus apreciaciones, Ana Lía.
EliminarMi abrazo
Analía
Muchísimas gracias a vosotras, Lina, Analía, Ana Lía. Celebro que os hayan gustado.
ResponderEliminarAbrazos,
ts hidalgo