Noche en Petra
En la inmensidad
del desierto de arena rosada
el oasis de una
noche se llevó
antiguos besos
dolorosamente irresolutos
en los
acogedores brazos de mi amigo beduino.
Sabiendo que el
principio y el final eran lo mismo
nos amamos
sin otros
laberintos que los de nuestros cuerpos.
Renacimiento al
amor en el país que recorre el Jordán
y en el que un
mar se llama Muerto.
Como muertas
están aquellas otras caricias
que en otro país
y en otro tiempo llamaba a gritos
y a las que tú
también llamabas.
Ni las tuyas ni
las mías acudieron
presas del miedo.
Tu beso
Los versos que
suenan con abrazos
en estrofas se
ven entrelazados
en labor de
suspiros y requiebros
en susurros
atentos
desperezan al
sueño.
Con el
atrevimiento de las manos
en el fragor las
líneas amorosas
como un eco
repite mi memoria
los versos de tu
recuerdo el eco
y es todo sólo
por tu beso.
Flores de sal
Recogíamos flores para un ramo por las salinas
en el comienzo de la tarde ese verano.
Con riesgo de una multa,
especies protegidas en las manos
tras años olvidadas, pisoteadas, desconocidas.
Nuestras brazadas por aquel mar silvestre
las iban descubriendo precoces y termófilas,
en inflorescencias,
asilvestradas y autóctonas,
de corolas espléndidas:
rojo, azul, malva, naranja, fucsia,
amarillas, rosas,
negras de sol…
Dialipétalas y de terciopelo,
de plumas blancas e indehiscentes,
frágiles, fuertes,
frugales, duraderas,
xerófilas y diminutas en un manto.
Las rozamos con los pies en la laguna rosa,
ellas blancas de sal,
submarinas,
una ilusión a nuestros ojos,
no las pudimos llevar con nosotros
sino apenas pixeladas,
en nuestros sentidos impregnadas.
Recogíamos flores para un ramo por las salinas
en el comienzo de la tarde ese verano.
Con riesgo de una multa,
especies protegidas en las manos
tras años olvidadas, pisoteadas, desconocidas.
Nuestras brazadas por aquel mar silvestre
las iban descubriendo precoces y termófilas,
en inflorescencias,
asilvestradas y autóctonas,
de corolas espléndidas:
rojo, azul, malva, naranja, fucsia,
amarillas, rosas,
negras de sol…
Dialipétalas y de terciopelo,
de plumas blancas e indehiscentes,
frágiles, fuertes,
frugales, duraderas,
xerófilas y diminutas en un manto.
Las rozamos con los pies en la laguna rosa,
ellas blancas de sal,
submarinas,
una ilusión a nuestros ojos,
no las pudimos llevar con nosotros
sino apenas pixeladas,
en nuestros sentidos impregnadas.
Último poema de https://metapoesia.es.tl/Aurea-Lucrecia-Lopez-Quiles.htm
Áurea López Quiles
Alicante, España
Esta autora nos envuelve en un despliegue de sensaciones como paisajes y pasión, aunque también en una profusión de imágenes con variedad de colores y términos afines a la botánica.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura atenta y tus conceptos, Lina.
EliminarMi abrazo
Analía
Qué bien construída Noche en Petra. Un espacio para el renacimiento del amor con todo lo que conlleva y otro para el olvido tan temido. Claro y contundente, como "tu beso". Y en Fores de sal, increíble el vocabulario y ese descubrimiento lento de la flora del lugar, el sol y natura a pleno, con sensaciones personales, excelentemente versadas. Gracias Áurea por tus poemas, por su originalidad y por compartirlos, y gracias Anita querida, por haberlos seleccionado. Abrazo a las dos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura dedicada y tus conceptos, Ana.
EliminarMi abrazo
Analía