Hay un duende en la cocina,
que se cuelga en las cortinas.
El duende que está en la cama,
duerme toda la semana.
Y el que usa mi sillón,
mira la televisión.
Un duende con zapatillas,
dice que tiene cosquillas.
El que vive en el jardín,
pasea en monopatín.
El duende de la vereda
sale siempre que no llueva.
Un duende canta en la ducha,
como canta, no me escucha.
Sufre de fuerte ronquera
el que juega en la escalera.
Hay tantos duendes paseando
de la sala al comedor.
Salen en noche de luna,
y se duermen con el sol.
Los árboles cantores
Por la calle de la Luna,
un árbol quiere cantar.
Y la Luna no lo deja
por no dejar de brillar.
La calle de la guitarra
tiene un árbol por cantar,
pero la música quiere
que el árbol sepa soñar.
La calle de la aventura
que de tanto navegar,
olvidó sembrar un árbol
para que pueda cantar.
Hay un árbol que solloza
junto a la calle del mar.
Las flores van perfumando
con el sabor de la sal.
Un árbol redondo y alto,
creciendo en el mundo está.
Sus flores en primavera,
pronto saldrán a cantar.
Susana Solanes
Rosario, Santa Fe, Argentina
Me han gustado mucho sus poemas Susana Solanes; son juguetones y saltarines.
ResponderEliminarNunca fui fan de la poesía hermética; me gustan los poemas que me hacen sonreír y me aligeran el alma.
Este, su estilo, me recuerda a grandes escritores que optaron por lo profundo de la simplicidad. Desde Alberto Caeiro a nuestra ... ¡vaya, no me viene el nombre!, pero creo que todos sabemos de quién hablo.
Muchas gracias por tu lectura y tus conceptos, Max.
EliminarMe reconforta saber que estos poemas han sido de tu agrado. Al seleccionar textos en cada edición, intento buscar escritos que resulten atractivos para los lectores.
Te envío un abrazo
Analía
Ambos muy graciosos.
ResponderEliminarEl primero me recuerda a Ma. Elena Walsh.
El segundo a los romances del siglo 16.
Se agradece.
Antonia Silva.
Muchas gracias por tu lectura y tus conceptos, Antonia.
EliminarCordiales saludos
Analía
Bello estilo en cada una de las poesías, donde la hilaridad y originalidad en la metáforas, son merecedoras de aplausos. Gracias por este momento de aprecio y distensión y gracias a Anita por editarte. Abrazo a ambas
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, Ana Lía, aprecio tus comentarios.
EliminarCariños
Analía