Reclamo de la lluvia
Bueno,
pónganse de
acuerdo,
para qué
tantas plegarias
y machitunes
clamando por
mi llegada,
si cuando
llego
se enojan
conmigo porque:
se les inunda
la casa,
se les corta
la luz,
se quedan sin
agua,
más encima
me hacen
responsable
de los
resfríos
y otros achaques
que sufren
producto de
los años,
no por mi
llegada.
Bueno, hasta
cuándo,
si el año
pasado
les pasó lo
mismo
¿qué quieren?
¿Que venga yo
a reparar
sus casas o
tengo que pagar
indemnización
por los daños que les causé?
Pónganse de
acuerdo
antes de
invocarme, ya.
El legado
(A mi
madre)
Madre,
la batea
silenció su trajinar,
la plancha
mientras dormita
va apagando su
calor,
la cocina
siempre bulliciosa
dejó de cantar
y bailar,
le echan de
menos
a las caricias
de tus manos.
Como uno, solo
escuchaban tus
oraciones,
tu modo de
santiguar,
de pedirle al
padre Dios
para tus hijos
su bendición.
Dura fue la
lucha, lo sé,
siempre de tu
mente
bullía tu
trabajo:
lavar,
planchar, cocinar
Acariciar.
Gracias a
Dios,
mis hermanas,
siguiendo tus
pasos,
se integraron
a la vida
gracias al
legado
que mi Madre
supo dar.
En la nada
Su caminar era
extraño,
en el colegio
siempre
fue motivo de
burla
de los que
decían ser su amigo,
lloraba su
vergüenza,
ya no podía
resistir más.
Cuando se cayó
en las
escalera del colegio
todos se
rieron,
se burlaron de
ella,
nadie la ayudó
a levantarse.
Cuando faltó
al colegio
nadie preguntó
por ella,
era lo menos
importante,
sólo se
acordaron de ella
cuando la
veían caminar
con su paso
lerdo.
Cuando
supieron de su muerte
el resentimiento
sólo fue
pasajero,
pronto la
olvidaron,
ya no había
sentimiento,
vivían en la
indiferencia,
en la nada.
Ricardo Ponce Castillo
Coquimbo, Chile
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner