miércoles, 3 de octubre de 2018

Rocío Bragaioli


Somos

Porque somos la luz del día,
a veces aparecemos nublados
y otras, ferozmente soleados,
invadimos todos tus sentidos.

Porque somos los nidos del amor,
esparcimos las miradas que derriten
por las noches solitarias,
aclamamos la esperanza de tus ojos.

Porque somos un ovillo de lana, 
que toma caminos equívocos
pero sabe desenredarse,
estamos en medio de tu jardín.

Porque somos las flores,
conmocionadas de belleza
nos disputamos el límite,
aún sobrevivimos en tu florero.

Porque al final somos el atardecer,
derrochamos magnificencia
en un infinito absurdo,
saludamos a todos los olvidados.

Me pregunto si siempre somos
o si por momentos dejamos de ser,
tal vez escribí esto siendo
pero tal vez ya no soy. 


Eternas Lunas

Eternas lunas, que me otean
en pleno torbellino de tu primavera,
aún siguen siendo cómplices
tus brújulas almendradas.

Secreto de mi pensamiento revuelto,
tu espíritu optimista
es el café de mi alma.

Tú, mi eclipsado invierno vespertino,
que irrumpe contra la soledad,
si tan sólo supieras,
que eres el oasis de mi existencia.

Tu mirada o tu alma,
es la mayor pesquisa
del presente de mi vida.

En tu compañía,
los diminutos granos de arena
del reloj de mi corazón,
se desploman apresuradamente.

Es tu risa una dulce melodía
y tu sonrisa está por las estrellas;
labios de jade, dibujan mi nombre.

El viento mece tus cabellos
con la misma naturalidad
que con el ambiente
tu simpatía se mezcla.

Bendito es el momento
en que te iluminas y me abrazas;
tú, paraíso de mi eternidad. 

3 de agosto de 2018


Carnaval de mi niñez

Por aquellas noches,
había aroma a carnaval
entre el apretujante calor
y el bullicio de la vida.

La plaza atiborrada
de corazones alegres,
junto al pochoclo
y la estaca de juguetes.

Colosales carrozas
desfilan para nosotros,
absortos y boquiabiertos
dejaron a los niños.

Tantos son los colores
que me tiñen la visión,
tan potente es la música
que me sacude la razón.

Por ínfimos momentos
la calle es de los chicos,
agitando espumas
y revoleando serpentinas.

Sobre el final se oirán
los llantos de caprichos
y las risas de amor,
es el gran regocijo.

Sin saberlo, aquél fue
el último descabellado
febrero de mi infancia…
y yo que soñaba despierta.


Rocío Bragaioli
Inriville, Córdoba, Argentina

6 comentarios:

  1. Adoro tu sensibilidad!!!!! Te quiero mucho❤

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  2. Me encantó, son muy buenos poemas, seguí con esto, qun vas a llegar muy lejos así

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  3. Muy bellos Rocío.... vaya sorpresa... Siga adelante y también con la dramaturgia. Un besote

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    Respuestas
    1. Luis!!! Me alegro que te haya gustado. Espero volver a encontrarnos pronto con todo el grupo!!! Beso enorme

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    2. Gracias por tu lectura, Luis.
      Saludos cordiales
      Analía Pascaner

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