Desolación
Un viento de cenizas
golpea
sobre las hojas del otoño.
Un aliento de guijarros
roza el horizonte,
taladra los sentidos
y muestra
los dientes fríos de la noche.
Luego, se desbarranca
por los acantilados
hasta llegar
a los páramos salobres
que las lágrimas
sazonan acunando
los insomnios desvelados.
Orden Divino
Es
mágico el jilguero
trinó
para César,
para
Cleopatra,
para
Darío,
para
Agüero
y
para nosotros.
Siempre
la misma armonía,
siempre
la misma magia,
su
trino atraviesa el tiempo
y
se mantiene intacto.
El
hombre,
por
su empecinamiento con la guerra
muchas
veces
dejó
escuchar su amargo llanto.
Tibiezas
¿Quién no guarda a sus hijos
como el palo borracho
entre nubes de algodones
que lo cubren de blanco?
¿Quién florece tristemente
como ese lapacho
que destiñe triste sus flores
ante la casa de la vecina
que se fue al camposanto?
Árbol, si eres casi humano.
Respiras
cada alegría
de los que te amamos
y tienes algo de santo
porque te brindas gozoso
ante la indiferencia del mundano
al que le entregas
fruto, calor, frescura,
perfume
y la belleza inusitada
que proclama la vida
como mágico milagro.
*
* *
Puedo
escribir versos
sobre
soledades heladas
con
palabras cálidas
que
templan el alma
Puedo
escribir versos
como
oraciones rasgadas
para
gente metálica
y para
los de carne
con la
piel agrietada.
Hoy
puedo escribir versos
porque
tengo la mirada
y veo
sin espanto
en el
fondo de las almas.
Puedo
más,
mucho
más
guitarra
destemplada
que con
tus sones agrietados
rasgas
mi alma.
Hilda Augusta Schiavoni
Inriville, Córdoba, Argentina
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