martes, 26 de septiembre de 2017

Cristina Pizarro

Linaje

                   A los árboles y a los pájaros de la tierra riojana

Mi canto es un homenaje de la sangre a aquel herrero
nacido en los llanos  impenetrables
en una tierra  sin mapas ni ciudades

Los pobladores con los pies descalzos
alabaron a Inti
y ofrendaron
                a los dioses
el maíz del Inca Viracocha

Allí, Rafael Pizarro, mi tatarabuelo, natural de La Rioja,
hace más de dos siglos,
anduvo por Polco, Olta
                           y por Tama
junto a los osos del madroño  grabados en el escudo
allí se unió al barro original
que vio nacer al   Chacho Peñaloza

Aquel fundador de mi linaje
-cuyo apellido llevo
                      burilado en el espejo
remedó al hornero
escuchó el coro de urracas
contempló al zorzal de enlutado plumaje
percibió la señal del halcón con ojos avizores
caminó entre lanceoladas cañas
        por el sendero serpenteante
                         rodeado de juncos y nogales

Y en un remanso
donde ocres raíces
                      surgían de la tierra
celebró con los dioses vegetales
el ritual de las calandrias

Alrededor del fuego
                       bebieron la aloja fresca
                                           añejada en un cántaro
entre valles y cardones
entre la música y el polen
                          comieron la mazamorra
al  pie de la peña
                          inclinada hacia el río.


Alquimia

El sabio se une al pájaro del delirio.
En la danza alcanza el amor,
encuentra una llave de diamante;
y huyendo de los demonios del tiempo,
penetra en un recinto solitario.
Abrazado a esa ligera espuma,
conquista un ejército de luz.

Apenas un murmullo
sobrecogió a la hierba reseca.
Aquel grito de gozo
le confirmó la vida.


Piedad

La orfandad de orgías letales
atraviesa los estigmas de mi cuerpo.

Recorro calles endemoniadas
veo escombros desairados
que mutilan mis pupilas.

Las limosnas conspiran contra el odio
y un conjuro de promesas
se adormece
en la pena de un pordiosero
olvidado.

Miro pasar la gente
y me veo a mí misma
en todos los seres.

Porque estamos hechos con la sustancia de las horas
quiero destruir las líneas sucesivas del tiempo
y crear en la eternidad
las vidas de un ciclo interminable.


Cristina Pizarro
Buenos Aires, Argentina

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