Redención del tacto
amo
los cuerpos donde el sudor y el tiempo echan raíces
Jorge
Riechmann
Absuelta de mi pecado en tu piel
me perdono
y acepto que también mi piel
es el pergamino grabado del
pretérito,
y que uno de sus bordes
aún está en blanco.
Mi autoconfianza macerada
e imperceptible al mundo,
se va recuperando al paso de tus
labios
y voy resucitando ese deseo
erótico
donde renazco
mientras tu tacto me desmiente
cuando creo que soy otra.
Remisión
ausencia
de actividad de una enfermedad
Día a día ganado,
la semana del mes, del
año,
que se sigue uno a uno
como páginas de un calendario
suspendidas en un limbo irónico
de tiempo.
Ir descubriendo los cambios
sin aceptar algunos,
beber del cóctel agridulce del
agradecimiento
con resignación a diario,
cansada de la autopercepción
barata
de los libros de motivación,
de las palabras de aliento
triviales y huecas,
de la curiosidad disfrazada de
interés,
de vivir la irrealidad con la
que un padecimiento
es absorbido por la
cotidianidad,
hasta volverlo algo trivial para
los otros,
desprovisto del Getsemaní
sucesivo y prolongado,
de estos mil ochocientos
veinticinco días
en los que solo esperas terminar
“de alta”.
Del libro de la
autora: Migración a la esperanza
Marianella Sáenz Mora
San José, Costa Rica
mUY BELLOS POEMAS, FELICITACIONES a mi coterránea, abrazos
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Ronald.
EliminarSaludos cordiales, que estés muy bien
Analía
Gracias Ronald por tus palabras!
ResponderEliminarMuy feliz Analía con la inclusión
Un gusto publicar tus poemas, Marianella.
EliminarCariños, que estés muy bien
Analía