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Aferrada a mi sombra, como el
árbol a la tierra,
miro el eco de los ojos que
devoran la esperanza,
escucho voces
que
resuenan
en el piano de mi infancia.
¿Por qué el hombre explora y
conquista el espacio,
como el ave que busca la presa
para sobrevivir?
Y mientras respondes,
va huyendo el día, que envuelto
en gotas,
resbala tímidamente, entre los
dedos codiciosos.
Y quieto mi cuerpo, en la
pesadilla de la orfandad,
recupera el instante de luz,
y se contagia del poder
crepuscular de la palabra,
aliento sutil convertido en
magia,
herida en la agonía inexistente,
rasgada por caminos
de venganza.
Erguida en la sombra del poder,
como la espina en una rama,
siento el dolor de la ausencia
en el hueso quebrado.
Y en el andar de las calles
largas,
se van trazando líneas que
multiplican la soledad.
Vía láctea
Más allá de las montañas
ofuscadas
aquel caminar incierto me sedujo
hacia la morada eterna.
Atravesando sin recelo
campiñas virtuosas
vi siluetas de piedra
presumiendo en los aleros.
Pero mis pisadas imperecederas
exhumaron desolados hospitales.
El río del cielo dignificó el
camino de los pájaros.
Allí las nubes se encaramaron en
las ramas del árbol
Y las huellas exploradas por los
peregrinos
se alzaron al País de los
Muertos.
Seré
Busco el elogio de la lámpara
cuando veo el día.
Abrazo los perfumes del incienso
en aquel viejo cofre donde
sueñan los fetiches.
Miro los papeles escritos en la
piedra
desde un amanecer
desde la pasión de mi cuerpo
que corteja las calles
escarpadas.
En las torres erguidas
germinan las simientes de
nuestra morada.
Por qué no creías en aquellos
árboles con diademas.
No los abandonaré.
No tengan miedo.
Con los brazos del tiempo
estaré en la tierra prometida
y el mar me dará su éxtasis.
Seré la que oyó la música con el
bosque.
El cazador
El cazador persigue el rastro de
los pasos.
Desea unir el espacio y el
tiempo.
En su danza circular se
transforma en otro.
Cuando el rostro enmascarado se
encandila,
su goce seduce a la lluvia.
Después del diluvio
flores de oro
fecundarán la tierra.
En el advenimiento al reino
contempla la aparición
del ser amado
como un girasol inmortal.
Cristina Pizarro
Buenos Aires, Argentina
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