-Poeta nacido en
Catamarca. Reside en Buenos Aires, Argentina-
pastor de mariposas
Tú, árbol de luz, ahí arriba exageras el abrazo
porque el aire es duro y no se puede tragar
porque la asfixia no da tregua,
de tu costado brota un vino lerdo y lo devoro
como si fuese un manjar espléndido
estoy aquí, desconsolada Casandra, vacía de amor y de pálpitos,
soy el Juan que te unta con el agua jordana que no moja,
no se parte, ni entiende idolatrías;
y Magdalena, la más pura de todas tus marías,
abandonada a su mala suerte, pariendo soledades
bajo este cielo, sorbo amargo, me hinco de rabia
cuando tu nombre naufraga en el aire
Tú, pequeño ser, ráfaga de bruma, gigante pequeño,
rehén de mis encantos, no vuelvas.
me fui
* * *
¿has de atreverte a renunciarme?
salta desde la cruz a mi regazo
y ofréndate entero como el aire
porque el mundo es infinito bajo tu sábana.
soy tu virgen y otra vez abro los tajos,
Príapo impalpable: levita como luz agria.
niego que ese cáliz rebase
con dos gotas de semen maldito.
soy tu virgen. devástate en mí como si fuese tu sacramento
y dímelo en la boca:
no hay pecado más grande que morir sin mí.
bienaventurado este tierno llorío por el destino incierto de tu sexo.
* * *
naufrago en tu nombre
amor: soy digno de recibirte en el atrio de mi cuerpo
y una gota de pan ácimo no basta para saciarme.
vacíame de ti
y sálvame de la eternidad del deseo.
te has castigado: soy una herida de luz en tu boca
y el viento reprocha esta retahíla de súplicas.
ámame, animal!
hosanna! hosanna! hosanna!
* * *
un arrebato de luz
era tu cuerpo una tropa de luciérnagas
era el amor un carnaval de ajenjo y lágrimas,
cuando fabulamos la caída del cielo
insolente, dios castiga
este milagroso goce maldito.
movediza, como la alta bajamar de los sueños
aquí hay, todavía, esta noble manera de mirar
el cadáver de tu ausencia.
* * *
no presagiaban mis entrañas esta
ración de dolor
sean para mí la música de tus ojos
y todo lo que oyen mis labios,
úngeme en tu lecho manantial y sacíame
apártame de las bienaventuranzas
y líbrame de tu mal sin reposo
porque la muerte es más grande que nosotros
y no hay regreso posible.
aleluya aleluya aleluya
Poemas
de vigilia hereje.
Ediciones Último Reino, Buenos Aires, Argentina. Enero 2013
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De nada sirve morir. Hay que hacerlo a tiempo.
Jules Renard
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Como siempre Alfre un placer leerte...
ResponderEliminarGracias querido Gusti
EliminarMi abrazo cálido
Analía
El carácter sacro de la sexualidad humana. Un tema desgarrador, que enuncia desde un alfabeto extraviado,la lengua poética de Alfredo Luna. Sencillamente, roza lo sublime. Bravo poeta, un abrazo desde Tinogasta!
ResponderEliminarGracias por tu lectura y tus conceptos, mi querido Luis. Alfredo es mi hermano del alma, un excelente amigo personal
EliminarMi abrazo y mis deseos que tengas un año venturoso
Analía
Alfredo, qué hermosos estos poemas!! veo que seguís trabajando tu mirada crítica sobre el credo católico, sos agudo y muy original.
ResponderEliminarBesos desde San Juan!!!
Alfia
Gracias por tu lectura, Alfia.
EliminarSaluditos cordiales
Analía