-Buenos Aires,
Argentina-
de ese lugar habla el poema
de ese lugar en que no estás
de la deriva por el borde
más secreto de algún sueño
de pronto interrumpido
allí donde la sombra se hace una
con la sombra frágil de los pinos
de eso y de una historia
siempre ajena, habla la voz
del poema, muy tarde habla
con la luz de un candil en la noche
y al final apenas si calla
A un
amor
Sorpresa
d' un amore
che riscopro
dopo tanto
a visitarmi.
Credevo di averlo sparpagliato
per il mondo.
che riscopro
dopo tanto
a visitarmi.
Credevo di averlo sparpagliato
per il mondo.
Giuseppe
Ungaretti
Tan
ligera huella de polvo
las
palabras dejan al borde
mismo
de su propia noche:
como el
aliento de la boca
de los
muertos idos leves
como la
angustia creciente
marea
golpeando la escollera
son y
evocan de pronto los ojos
amados
y el regusto del vino
de los
años baldíos. Todo sucede
sin
piedad y sin prisa, una sombra
que
cruza un pórtico blanco
por la
red de los arcos antiguos
y del
largo viaje de la especie
al cabo
dan testimonio las piedras
someras
y algunos intocados árboles
al paso
del fuego. El poema
quede
apenas deste paso triste
por el
mundo, el viento que ruge
al otro
lado de las alambradas
que
otra vez aviva las llamas.
Algo crece...
Algo crece
muy dentro
como ramas
subterráneas
buscando tal vez
como ramas
subterráneas
buscando tal vez
un centro
vital
un camino
entre la roja
emboscadura
algo, en fin
que lentamente
se yergue ante ti:
en el perfecto
cristal de una luna
entre la roja
emboscadura
algo, en fin
que lentamente
se yergue ante ti:
en el perfecto
cristal de una luna
de
invierno
como
lluvia
sobre
aguas oscuras
como desvelada
como desvelada
sombra es
el filo
detrás
de tu
sombra
el
mismo que te empuja...
el mismo que te empuja
y en tinieblas te lleva
y en volandas cruzando
el mundo todo desierto
soy: esa misma sombra
de la ingrata materia
del sueño, o he sido quizás
y yo no lo sepa. El mismo
tenaz que te empuja, como
el mortecino sol del invierno
a su pesar impulsa el ritmo aún
de la brisa entre las hojas;
el mismo soy oscilando
en el espacio-tiempo inestable,
innúmera sístole o diástole breve,
oscura la sangre y su poema
y no he dicho siquiera
para quién las palabras
***********************************************
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra
una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera
estos combates.
André Malraux
***********************************************
Excelentes poemas Ale querido...
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Querido Gustavo
EliminarUn abrazo, que todo te resulte para bien
Analía
Estimado Alejandro: celebro tus poemas porque en ellos aflora la voz esencial del poeta, que transita con audacia los espinosos bordes de la existencia. Confluyen en tu poesía la observación sensible y la reflexión filosófica. Saludos de Horacio Laitano
ResponderEliminarGracias por tu lectura y tus conceptos, Horacio.
EliminarUn saludo cordial
Analía