-Nació en Zapala, Neuquén.
Reside en Gral. Madariaga, Buenos Aires, Argentina-
Señor... Soy aquella…
Soy aquella que un
día
Regó las flores,
Con la risa
bailándole
En los ojos.
Señor…
Dame la paz y la
alegría,
Para volver a ser
aquella,
Que regaba las
flores
Con la risa
bailándole
En los ojos.
Señor
Soy aquella que
soñó
Los hijos, la
familia,
La ternura, como
claro
Manantial de la
esperanza.
Señor…
Dame las fuerzas
necesarias,
Para rescatar de la
tristeza,
Las horas de
bonanza
Y nutrirme con
ellas toda el alma.
Señor…
Dame los tiempos
tan preciosos
Para andar
Por los verdes de
la vida
Con la risa
bailándome en los ojos
Mientras riego las
plantas.
Y permite que mis
hijas
Lo descubran
Para que sepan que
a pesar
Del dolor acumulado
Son mi luz y mi
calma.
Señor…
Dame la voluntad
que me hace falta
Para que encuentre
el sol
En las mañanas
Y no dejes que me
rinda a los recuerdos
Que anudan las
palabras
Y no sirven de nada
Y ayúdame para que
vuelva a ser aquella
Que regaba las
plantas
Con la risa
Bailándole en los
ojos.
La magia del pan
El aroma del pan recién horneado,
Tiene la magia de las
Cosas buenas.
Derrama por doquier a cada instante,
El amor del hogar a
Manos llenas
El pan nació cuando nació la vida,
Y siempre ocupó un
Lugar determinado.
Fue el alimento fiel de los pequeños,
Y el sueño natural de
Los ancianos.
El amasarlo es siempre una caricia,
Que corre por la mano
Y la memoria.
Se nutre del amor de la familia,
Acompañando a todos con
Su historia.
Por eso yo te hablo de la magia
Que acunó mis días de
La infancia.
Mientras mi madre lo amasó cantando,
Y nos regalaba esa
Pequeña gracia.
Domingo de sol
Domingo de sol y sueños
De recordarte
Conmigo.
De imaginar el futuro
Hecho de casa
Y de niños.
De creer todo lo bueno
Con esperanza
Y trabajo.
De imaginar las espigas
Iluminando
El ocaso.
Domingo de sol y sueños
Que alguna vez
Se cumplieron.
Llevándonos por la vida
Cantando
Pero sufriendo.
Que puso en la cara nuestra
Mil lágrimas,
Pocas risas.
Y nos caminó los años
Con arrugas
Y sin prisa.
Domingo de sol y sueños
Que se me fueron
Contigo.
Cuando te fuiste de casa
Y te guardaste
Dormido.
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Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres
puro por dentro, y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz.
Anne Frank
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