El emperador de la china
Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado del difunto emperador.
“¿Veis? -dijo-. Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser emperador”. El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
Marco Denevi - Argentina, 1922-1998
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¿Qué he de hacer para perdonar a otros?
Si no condenaras a nadie, nunca tendrías necesidad de perdonar.
Anthony de Mello
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miércoles, 7 de noviembre de 2007
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Me encantó tu blog..llegué a él por un extracto que publicaste del maestro victor heredia...
ResponderEliminarPocos cantautores me dejan sin respiro y volando por mis sueños, él es uno de ellos..
mucho éxito!
Magnifico espacio para el deleite poético...gracias a ti, por este espacio, con diversidad de autores y posibilidades literarias.
ResponderEliminarMaría Alejandra García M.
Subdirectora
CENTRO LITERARIO EL TUNEL.
metzwey@yahoo.es
metzwey@hotmail.com
Ligeia, María Alejandra:
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios del blog.
Reciban un abrazo fraternal.
Analía
Un maestro, un escultor de la palabra, y un amigo a través de cartas que ya no está entre nosotros.
ResponderEliminarVíctor Hugo Tissera