Uno se acostumbra
al límite del papel,
dónde empezar y dónde termina,
hasta que un día...
después del papel
siguió escribiendo
sobre el mantel donde desayunó,
en la pata de la mesa,
en el piso de todos los días
lleno de huellas,
y un poquito se fue
para el propio dedo gordo,
salió a la calle
y pudo dejar palabras cerca del sol
atrapar otras y pegarlas en un árbol,
siguió escribiendo...
en una mejilla que pasaba en bicicleta
en los ojos profundos de un perro
en un par de alas, cargadas de silencio
y así...
entendió la poesía.
Memoria
No sé por qué este empeño
necedad
de pararse en viejas esquinas
mismas esquinas...
y suicidarse
con sentimiento de fantasma.
Prefiero
a veces
el paisaje de mi memoria,
calles sin sombra
un aire urbano de olas revueltas
una sola plaza
y casi una sola
mi escuela,
un lugar sin rostros desconocidos
hay en mi memoria.
Prefiero
a veces
dejarlo así
no vaya a ser que vuelva y
las nieves sean agua sucia
mi aire pura humareda,
me encuentre con calles impostoras
y con caras pasando de largo;
no vaya a ser
que el mar ya no me regale caracoles,
los de entonces olviden abrazos
la risa se haya formalizado
y hasta las esquinas cambien de nombre.
Prefiero
a veces
el paisaje de mi memoria,
no vaya a ser que vuelva y
muera en un cementerio desconocido.
Estos poemas fueron tomados de http://letrarte2006.blogspot.com/
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Cuando le preguntaron a Saul Bellow cómo se sentía después de ganar el Premio Nobel, respondió: “No lo sé. Aún no escribí sobre eso”.
(Tomado de El escriba)
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miércoles, 6 de junio de 2007
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mi poema preferido de esta escritora sanjuanina" Prefiero"
ResponderEliminarsaludos pablo
Muchas gracias por la lectura, Pablo.
EliminarUn saludito cordial y mis deseos que estés muy bien
Analía