domingo, 2 de marzo de 2025

Editorial


con voz propia Nº 139 

Revista literaria 

Marzo 2025 


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 
Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 




Si todo a tu alrededor parece oscuro, mira de nuevo: quizás tú seas la luz. 
Rumi 




Van pasando mujeres 

Cada día que pasa, más dueña de mí misma, 
sobre mí misma cierro mi morada interior;
en medio de los seres la soledad me abisma. 
Ya ni domino esclavos, ni tolero señor. 
Ahora van pasando mujeres a mi lado 
cuyos ojos trascienden la divina ilusión. 
El fácil paso llevan de un cuerpo aligerado: 
se ve que poco o nada les pesa el corazón. 
Algunas tienen ojos azules e inocentes; 
van soñando embriagadas, los pasos al azar. 
La claridad del cielo se aposenta en sus frentes 
y como son muy finas se las oye soñar. 
Sonrío a su belleza, tiemblo por sus ensueños, 
el fino tul de su alma ¿quién lo recogerá? 
Son pequeñas criaturas, mañana tendrán sueños, 
y ella pedirá flores… y él no comprenderá. 
Les llevo una ventaja que place a mi conciencia:
Los sueños que ellas tejen no los supe tejer, 
y en manos ignorantes no perdí mi inocencia. 
Como nunca la tuve, no la pude perder. 
Nací yo sin blancura; pequeña todavía 
el pequeño cerebro se puso a combinar; 
cuenta mi pobre madre que, como comprendía, 
yo aprendí muy temprano la ciencia de llorar. 
Y el llanto fue la llama que secó mi blancura 
en las raíces mismas del árbol sin brotar, 
y el alma está candente de aquella quemadura. 
¡Hierro al rojo mi vida! 
¿Cómo pude durar? 
Alma mía, la sola; tu limpieza, escondida 
con orgullo sombrío, nadie la arrullará; 
si en música divina fuera el alma dormida, 
el alma, comprendiendo, no despertara ya. 
Tengo sueño, mujeres, tengo un sueño profundo. 
Oh humanos, en puntillas el paso deslizad; 
mi corazón susurra: me haga silencio el mundo, 
y mi alma musita fatigada: ¡callad!… 


Alfonsina Storni 
Argentina, 1892-1938 




Termina cada día y hazte con él. Hiciste lo que pudiste. Algunos errores y cosas absurdas se han deslizado; olvídalos tan pronto como puedas. Mañana es un nuevo día: debes comenzarlo con serenidad, con un espíritu demasiado alto como para ser gravado con tus viejas tonterías. 
Ralph Waldo Emerson 



Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Mi corazón se conmueve por todo lo que no puedo salvar. Tanto ha sido destruido. 
Adrienne Rich


Autores publicados


La amabilidad logra grandes cosas. Así como el sol derrite el hielo, la amabilidad es capaz de acabar con los malentendidos, la desconfianza y la hostilidad. 
Albert Schweitzer 

con voz propia Nº 139
Revista literaria 
Marzo 2025 

Autores publicados en esta edición

Haidé Daiban 
Gerardo Molina 
Manuel Serrano 
Elena Garritani 
Daniel Abelenda Bonnet 

Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia
https://revistaconvozpropia-autorespublicados.blogspot.com.ar/ 

Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 


Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas 
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner

Haidé Daiban

Si…? 

Amargos días 
de trágicas esperas, 
el sol declina, 
huye del mundo. 

En la cercana oscuridad
se palpan las cosas, 
se adivinan sus formas, 
se intuyen presencias, 
se cree en lo presente 
y se duda del futuro. 

¿Si el sol no llegara mañana? 
¿Si se desvanecieran las presencias? 
¿Si la soledad 
fuera la última, 
próxima compañía? 


Carretas cargadas 

De alegrías lejanas 
viene el dolor 
en carretas cargadas
de silencio y barro. 
Paso a paso
descargan implacables 
todo, sobre yuyos y espinillos 
hasta el atardecer, 
todo el desgarro morado, 
toda la memoria renacida. 
Y llegada la noche 
los párpados cansados 
caen sobre los sueños 
y las pesadillas. 


La palabra 

En la noche, silente espacio, 
  brillo sobre la charca, 
  aullido en espaciados ecos, 
  latido que suena a campana. 
Y un mecerse entre realidad 
  y el ensueño, allí, 
  brota la fuente, 
  cosquillea la mano, 
  ensancha el horizonte, 
La Palabra. 


Trepando el alba de los días 

En la sonrisa vaga de vidrieras 
se refleja toda el alma. 
Espejo reluciente 
        de la felicidad. 
Un perfume dulce del ayer 
        me atropella por
        calles toscas de arrabal. 
Sobre una huella de adoquines, 
se reveló la quietud 
        del pasado, ese, 
        que debo asir, o dejar… 
Hoy elegí ser otro más 
en el bullicio ciudadano 
Un pasajero que encontró 
una ilusión y su identidad, 
trepando el alba de los días. 


Haidé Daiban 
Buenos Aires, Argentina

Vive sólo para ti si pudieres, pues sólo para ti si mueres, mueres. 
Francisco de Quevedo

César Bisso

Lo incierto 

Lo verás, compañera. Así de ingrato es el amor. 

No podemos inventar una vida nueva.
Alguien insinuará que fuimos cómplices 
cuando reinaba el aire de la sabiduría. 
Y nos delatará. Nos llamará traidores 
al relato de la indecencia. 
Entonces seremos victimarios por callar. 
Y nos volveremos obsecuentes por tener miedo, 
bárbaros por no explicar lo que sabemos,
impíos por alzar la venerable copa del asombro. 

No habrá mayor calvario para nuestro juicio, 
que haberlo perdido 
en un partido de naipes entre ciegos. 

Y no conocerá indulto la derrota. 


Enigma tucumano 

¿Qué es Escaba? 

¿El modesto caserío disperso
entre rubios cardones? 
¿El aroma del arrayán 
que demora el paso del arriero? 
¿La puerta de piedra que resiste 
el empujón de los arroyos? 
¿El relincho que resuena tardío
al fondo de los alcores? 
¿El pescador que anuncia la lluvia, 
el cazador que olvida la tregua? 
¿La brisa que transmuta en rana 
y toda la noche canta? 
¿El espejo que mece la luna?
¿Una isla sin nombre y sin tiempo? 

¿La vieja iglesia que salvaguarda 
el misal de los murciélagos? 


El viaje 

El duende se desliza por las escaleras del morro 
bajo el sordo desamparo de la noche. 
De pronto encuentra la estación de autobuses 
y rodeado de murciélagos aguarda la hora 
cuando la lluvia vomita sobre la tierra. 
Antes, lo vieron vaciar bolsos malolientes 
en busca de un poema extraviado, alguna vez, 
entre la ropa pegajosa de los pobres. 
Aquí no hay nada -le dicen- sólo dolor disperso 
en alcantarillas. ¿Sólo dolor? pregunta, moroso de frío.
¿Y cómo regreso a casa? ¿Cuál es la boletería? 
El autobús, a punto de partir al país más profundo, 
demora la marcha hasta que leven sus pequeños pasos. 
Llega a sentarse en la última fila, donde el mar 
ya no escucha a las gaviotas 
y la tierra se transforma en un cielo azul, inefable. 

                                                                               a Ledo Ivo.


Hay dolor 

Dolor de río inmóvil 
calle desierta 
agrios naranjales 
lluvia ciega 
orilla hendida
espejo sin rostro 
voz clausurada 
abrazo impotente 
amante extraviado 
memoria rota 
pregunta tardía 
lo inconfesable. 

Dolor de vuelo sin alas. 

                                       al poeta Tony Zalazar. 


 Poemas del libro del autor: Andares. Segunda versión. Ediciones Ananga Ranga, 2019 
César Bisso 
Nació en Santa Fe. Reside en Buenos Aires, Argentina

Mientras sea creador, por bajo que sea el nivel de su creación, un hombre puede considerarse verdaderamente libre. 
Gabriel Marcel

Gerardo Molina

Resurrección 

Brazos necesitados te troncharon un día 
y arrojaron tu tronco sobre un baldío urbano: 
pobre muñón sin ramas, sin nidos, sin caricias; 
huérfano de luceros, del hombre abandonado. 

Mas tus raíces fueron paradigma y esfuerzo, 
en anhelo infinito de ideal supervivencia, 
con el tesón del héroe horadaron el suelo 
y de nuevo en su seno te amamantó la tierra. 

Te yergues como un símbolo: frente del Camposanto 
le das al caminante tu dulce sombra amiga 
y vuelve tu ramaje a poblarse de pájaros 
y su canto renueva el amor a la Vida. 

Desde el verde que sueña, semejas un apóstol 
que predica sus notas y perfumes al viento 
-como una imagen bíblica, resurrecto y airoso-. 
La Vida es un Camino renovado y eterno. 


La Ventana

La ventana está allí 
¡cuántos recuerdos guarda! 
Desde el inocente rubor 
del primer beso
hasta el temblor 
de la primera lágrima. 

Pero no estás tú, 
apenas los fantasmas 
de todo lo vivido, 
de aquel amor inmenso, 
no han querido marcharse de la casa. 


Dice Hamlet 

Dice Hamlet a Horacio: 
“-Hay más cosas en el cielo y en la tierra 
de aquellas que soñamos”. 
Inexorable el tiempo, 
con su rueda de siglos, 
sigue pasando. 
Y siempre, enamorados del misterio, 
nos preguntamos: 
-¿Qué hay más allá? 
¿Qué cosas aún nos oculta la vida? 
Y nos quedamos, 
de tecnología y ciencia tanta
atiborrados, 
sin conocernos a nosotros mismos 
y lejos del arcano. 
Y aún seguimos repitiendo 
el viejo parlamento shakespeariano: 
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra 
de aquellas que soñamos”. 


Fantasmal 

   Lejos, 
la luz de la ciudad 
recorta -fantasmales- 
sobre el campo dormido 
la forma de los árboles. 
Y éstos 
se aferran a la tierra
no sea que de verdad 
se desvanezcan. 


Del E- Book del autor: Oda al árbol y otros poemas. Primera edición. Uruguay, agosto 2020 
Gerardo Molina 
Canelones, Uruguay

Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos. 
José Martí

Manuel Serrano

Amantes 

Sobre el papel éramos tres: Laura, Julio y yo. Durante mucho tiempo fuimos un equipo que funcionó a las mil maravillas. Aunque tengo que confesar que me encanta Laura. 
Ayer, releyendo mis páginas, la encontré teniendo un tórrido episodio con Julio. Los eliminé de mi cuento. Nadie me será infiel. 


La decisión 

Y el test dio positivo. Tenía que decírselo. Quizá lo mejor sería ir corriendo, sacarlo del trabajo, abrazarle, darle un beso y comunicarle la hermosa noticia. Para ella se cumplía un sueño que no había podido conseguir. 
Paró un taxi y le llamó por teléfono para que acudiera a la cafetería de siempre. Se lanzó a los brazos de aquel que sería el padre de su hijo. En cuanto se lo dijo, se quedó petrificado. Imposible. Su mujer nunca se separaría de él, ni por esta infidelidad, incluso sería capaz de matarlo antes que consentirlo. 
Se marchó entre lágrimas. Caminó hasta su casa decidiendo si se tomaba la pastilla del día después o se lo decía a su infértil marido. 


La compañía

Llevaban tantos años juntas, compartiendo la vida de sus familias, que era difícil saber si seguían así por afecto o por la incapacidad de vivir la una sin la otra. 


Manuel Serrano
Valencia, España

¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quién debías ser? 
Charles Bukowski

Dora Giannoni

Esperanza 

No simple optimismo 
ni triunfalismo. 
Es serena confianza
y diario compromiso.
Un paso más en el camino 
hacia lo que deseamos 
a pesar de todas 
las piedras de tropiezo
o las mentiras sembradas. 
Hay que seguir andando nomás 
decía Angelelli. 
Tras la verdad que nos empuja 
y que empujamos juntos. 
Seguros del final 
hacia el objetivo 
que nos llama o atrae. 


Palabra 

Por dicha o callada 
es lo que mejor define 
lo humano. 
Símbolo que nos hace 
ser lo que somos: 
capaces de crearla. 
Dios dio al hombre 
la capacidad 
para nombrar las cosas, 
verbalizar, expresar 
comunicarse 
decir lo que sentimos 
o pensamos 
o callamos 
para que no nos conozcan. 
“El que calla, otorga” 
y es cierto. 
Si no hablamos 
también estamos 
diciendo algo. 


Nueve de Julio 

            “Patria es donde se comienza” 
                                               T. Eliot 

Tu nombre de Independencia 
contraria un poco la verdad 
Se celebra la avanzada 
contra el indio 
fortín 
en la conquista de un desierto 
que no era tal 
Claf Lauquen te llamaron 
tus primeros habitantes 
Nombre tan bello 
poético que hoy quiero honrar
Creo en el mestizaje 
Por verdad y justicia 
no hay que olvidar 
y se debe integrar 
al dueño de la tierra 
original 
con quien la vino a habitar 
Hermanos hacia adelante 
Nunca más mentiras!!!
Tan solo con memoria
podrá vivirse en paz
Eso es lo que deseo 
al cumplir un año más 
mi querida patria chica 
Mestiza 
partecita
de América latina 
en la Pacha global. 

                                Buenos Aires, 27 octubre 2022 


Dora Giannoni 
Buenos Aires, Argentina

Ama tu soledad y soporta el sufrimiento que te causa. 
Rainer Maria Rilke

Osvaldo Risso Perondi

Cómo saber 

esta 
costumbre 
de amanecer 
vestidos 
con el traje de sol 

de reinventarse 
cotidiano 
colocarse 
alas de aire 
y remontar 
mañanas 
pieles 
calendarios

imaginarte 

imaginarnos
en qué 
lugar 
del día 
uno 
puede aunar 
sonidos 
sílabas 
de pájaroshombres 

dispersarlos 
en rincones compartidos 
de tantas quimeras 
ocultas 
en las abstractas geografías 
de esos seres 
que deambulan  
en silencio 
sin sonreír en un instante 
al pasajero de la sombra 
que a su lado 
transita. 

Cómo  
sabernos
nosotros 
cada día 
que abrimos 
nuestros párpados 
para decirle 
buen día 
a este siglo 
que nos
habita. 


Un sol olvidado 

El nivel 
de la utopía 
supera 
los límites imaginarios 
de la ficción. 

La realidad 
es un espectro 
atónito 
que ronda somnoliento 
por los vértices furtivos 
de la noche.

Un sol 
           olvidado 
entre luces 
y calles 
deambula sinsentido 
dibujando sombras 
y bosquejando 
poemas 
en paredones de 
madrugada. 

Lo apuran  
           relojes obsoletos 
y brisas danzarinas 
que se apegan 
a su piel. 
Exhala 
un aliento atroz 
desde sus pulmones 
desgastados 
de los años. 

La noche 
compañera inseparable 
de sus pasos 
le hace un guiño 
cómplice
al sueño vagabundo 
hasta disiparse 
en sigilo 
entre la niebla de neón 
y el húmedo 
desliz 
del calendario. 


Osvaldo Risso Perondi
Bialet Massé, Córdoba, Argentina 

No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos. 
Jorge Bucay

Orlando Valdez


y lo que amé perdí 
y así hube en soledad 
como si allí ocurriera 
lo que no fue ni valió nunca en mí 
lo irremediable del hoy 
y lo que no he sido 
pero soy lo que otros dicen 
sólo que lo digo al revés 
y agrego silencios siendo niño 
y así de pronto y hoy 
es hoy mi divinidad 


             *   *   * 

todos 
mis sueños 
están lejos de casa 
y aquí vivo viví 
alado 
a semejanza 
a tiempo 
entre el polvo 
dándole cuentas 
quizá 
una brutalidad 
                   al poema 


             *   *   * 

hay algo bajando anaranjado 
en el amarillo del olvido 
tan dulce una flor 
y las acacias tan cerca

entonces hube 
uno de otro
a mis días 
con sus noches liberado 

y morir
será de la muerte 
luz flava de una 
luna en el agua


            *   *   * 

hizo de mí 
un remolino 
absoluta 
mi soledad 
y no puedo olvidar 
sus labios 
ni dar 
los míos 
y fuimos todo 
mientras huía 


Del libro del autor: setenta veces siete más de tres veces. Laborde Libros Editor. Rosario, 2019 

Orlando Valdez 
Rosario, Santa Fe, Argentina

Mata a mis demonios, y mis ángeles morirán también. 
Tennessee Williams

César José Tamborini Duca

Esta noche de luna 

Relato basado en el tango del mismo nombre 

Un hombre enamorado pide a la receptora de su amor que se acerque para oír como late su corazón. Un cielo muy despejado permite ver en la noche su color azul, con una luna que hace de faro para invitar a soñar. 
Pero si la noche invita a soñar, también lo hace para querer, por eso si le da un beso no sería pecado, ya que la culpa es de esa noche de luna que incita a tentarlo con el amor, tentación del que serán redimidos por un imaginario rezo, como en un sueño. 
En esas circunstancias, el faro de Selene lo tienta a imaginarse las olas de un mar o un río, como si fuesen en una barcarola* que hará propicia una confesión: utiliza una metáfora, como si fuese el reflejo de una estrella para penetrar en sus ojos, y a través de esos labios muy rojos llegará a su alma… por supuesto a través del beso que mencionó antes, y hará cambiar el destino de su vida. 
Repite la metáfora de la estrella en el mar aunque ya sin detener su andar sino que desaparece sin prodigarle ese amor. En esa noche de luna vislumbra un abismo [¿vital?] en el que solo quiere vivir arrodillado a sus pies para amarla, sin que le importase morir luego. 
Reitera los dos primeros versos en los que pide a la amada que se acerque para oír el latido de su corazón, tal como si escuchara el tic tac de un reloj. Él le dirá palabras melosas que encenderán el fuego en el corazón de ella. Y el rumor del mar les cantará ¡qué noche de luna, qué noche de amor!
Se sentiría muy dichoso si pudiera decir lo dulce que es la vida, teniendo ese cariño, ese amor. Finaliza con el ocultamiento lunar, pero sintiendo el amor que le proporcionó esa Noche de Luna. 

*Barcarola: canción popular italiana, típica de los gondoleros de Venecia / música de ritmo similar al de esa canción; recuerda por su ritmo pausado el movimiento de los remos o de la embarcación sobre las olas. 

Texto tomado de Revista Academia porteña del lunfardo Nº 99, junio 2024 
César José Tamborini Duca 
Lonquimay, La Pampa, Argentina 

Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos. 
Ramón Gómez de la Serna

Elena Garritani

No te destines 

                 Lidia, no te destines, no eres futura 
                                                   Ricardo Reis 

Con un soplo de naipes ha caído el castillo 
esa gracia de la edad el disfraz de una fiesta el primer beso. 
No me destines, poeta. 
El hombre cauto guarda las cartas que no lee. 
El necio las rompe por no entender. 
El tiempo pasa como el río veloz de cualquier mundo. 
Agria es la piel del orgullo, avaras las caricias, eterno el amor. 
Necia la fe de los rebaños. 
La construcción me espera, aunque sople el azar, 
el viento arrastre con todo y nada por hacer. 
No habrá sido el destino, sino el viento. 


Tango 

Misterio de verdes arboledas, certezas de juego absurdo 
en calles grises y esquinas emboscadas/ 
El sol disputa a gritos la posesión del día 
cae un albañil/ el cáncer de la abuela/ el canto de los pájaros/ 
la plata que no alcanza/ 
Deambulan en la noche mujeres de la calle, travestis, 
niños de intemperie/ 
Vive el amor su riente orfandad/ aspira olores a café a glicinas/ 
a hoteles de paso/ 
El crimen no tiene horarios/ por odio las armas se disparan 
por pasión, el puñal huele a sangre/ 
La muerte es un reflejo pavloviano, traga saliva 
y suelta el automático/ 
El amor es cuerpo y duele en el cuerpo/ tos/ pérdida de peso/ 
inviernos con fiebres altas/ despedidas mudas/ 


                *   *   * 

Arroz de boda/ temor de esposa/ dolor de madre/ 
¿Pudieron las manos de él recorrer la piel, dar campanadas 
en la breva del deseo?
¿susurran los anillos como labios? 
¿Entran sin pudor, exigen cómo penetrar 
cuerpos que callan sabores y olores? 
¿Se agotó a sí misma, dejó una estela lunar 
a orillas del lecho? 
Repetición / hábito/ consentimiento/ 
¿En apartados rincones saboreó el llanto? 
¿Se vació ante sus ojos? 
¿resbaló descalza en el cemento, trepó escaleras, se hizo otra vez 
y otra, hasta el estallido? 
¿Condenaron su ira, su voz honda? 
¿Recobró su decir, su expresión, su alegría sin mesura, 
en otros labios, en otros amores, en monólogos solitarios? 
Tal vez volvió sobre sus pasos, descifró su infierno y su no infierno. 
Entendió. 

 
               *   *   *

Camino por la costa del mar 
como si fuera a retener el sol de este verano en mis pies. 
Marzo desparrama luz de distinta claridad 
en las hojas que caen en las que crujen en las que el viento 
leva suspendido en su cinta de oro 
el corazón comienza a caminar por calles entrañables 
de las que se fuga el tiempo para recomenzar. 


Elena Garritani 
Buenos Aires, Argentina

También las indecisiones se toman, también dejar de hacer es una forma de hacer. 
Carmen Martín Gaite

Ulises Varsovia

La casa 

Me iré. Te irás. 
Nunca regresaremos. 
Nadie preguntará, 
y la casa quedará 
girando en el tiempo. 

Vacía, en silencio, 
sola en la soledad 
de nadie durmiendo, 
de nadie sintiendo
arder la eternidad. 

Nadie nos recordará, 
nadie leerá mis sueños 
diluirse en la orfandad 
de la abierta inmensidad 
sin hallar sustento.

Los pájaros vendrán, 
la lluvia en chapoteo, 
las hojas caerán, 
la nieve relumbrará,
y ya no estaremos. 

Nunca regresaremos, 
nadie recordará 
que en la casa en silencio 
tú y yo luchamos en el tiempo 
ardiendo en la eternidad. 


Estupor 

Horas de estupor, merodeando 
en torno a la página en blanco, 
con un puñal de brillo homicida 
y una rosa de intacta pureza, 
¿a qué deidad dirigir mis preces, 
a qué santo varón encomendarme, 
qué homicidio perpetrar, qué niños 
amenazar con mi flor impoluta, 

para que caiga el fruto por fin, 
para que cuaje el trigo en la era, 
y mi hambre de siglos se sacie 
con un banquete frugal de vocablos 
enlazando su perfecta euritmia?

La mano en alto, cernida, 
el cálamo un ave de presa 
esperando impaciente el momento, 
el ojo escrutando en la penumbra, 

¿cuándo saltará, por fin, la chispa, 
cuándo brotará el ansiado fuego 
a extender su incendio de pastizales 
y alumbrar de letras llamareantes 
el espacio poblado de ciegos? 

Horas de estupor, horas terribles, 
horas de agonía, emboscado 
en el cruce de la luz furtiva, 
armado con un puñal de cuarzo, 
y una rosa de extrema pureza, 

¿a qué deidad quemar incienso 
para que salte la luz al papel 
e incendie de idiomas el cuaderno? 

                                                                    2006 


Ulises Varsovia 
Poeta nacido en Chile. Reside en Suiza 

Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada. 
Antoine de Saint-Exupéry

Daniel Abelenda Bonnet

Viejo barrio 
(a María Esther Piacenza, in memoriam) 

Mi abuela sube a la azotea 
-claraboya y sufridos malvones. 
Ella cuelga su ropa cual bandera 
para que el viento Sur 
se lleve bien lejos 
esos duros años de carestía 
y fusiles fratricidas. 
Palermo despierta con 
un repique de tambores 
que sube por Santiago de Chile 
como todas las mañanas 
y a pesar de todo. 


La hija del viento 
“Pero hay tanta soledad / que las palabras se suicidan.” 
Alejandra Pizarnik 

Fuiste la extranjera desangelada 
en la París del paternal Cortázar, 
fuiste hija de inmigrantes pobres 
en la Buenos Aires del genial Borges 
y tuviste que sobrevivir en los márgenes 
-cafés poblados de humo y bohemios de pelo largo. 
Escribiste en el subte o el colectivo 
para las chicas que iban a la oficina 
y soñaban con hallar un buen marido. 
Al fin deambulaste angustiada 
por los senderos de Parque Lezama 
en aquella cruel primavera del 72 
cuando las palabras te abandonaron 
y te dejaron huérfana y desnuda 
caminando por la cornisa. 


Juventud 
(para Roberto Beltrami) 

Fue la magia nocturna 
de aquellos fogones y 
campamentos junto al mar. 
Fueron canciones bajo las estrellas, 
sintiendo el calor de la amistad, 
el metejón con una muchacha o 
el llamado misterioso de Dios. 
Primeras Epifanías cuando todo comenzaba 
y la vida era un cuaderno en blanco. 


Acto de fe 
“Si puede vivir sin escribir, entonces no escriba.”
R. M. Rilke 

Aunque casi nada perdure 
Pues el tiempo implacable 
devora días, meses y años. 
Escribirás para respirar, 
para vivir y no solo durar. 
Y aunque parezca en vano 
ejercer este oficio de réquiem,
un fuego sagrado arderá todavía 
en el corazón de tus lectores 
cuando tú ya seas polvo y cenizas. 


Poemas del libro del autor: Postales y Fotografías 

Daniel Abelenda Bonnet 
Carmelo, Uruguay

Das poco cuando das tus posesiones. Es cuando das de ti mismo cuando realmente das. 
Khalil Gibrán

Paulina Juszko


Una pequeña tibieza 
una pata lanuda 
patapatita 
un leve contacto que disuade 
                               adormece 
                                   retiene 
al borde del despeñadero
         de la rodada cuesta abajo 
encerrando las secas raíces del ayer 
     las rocas filosas del mañana 
en un paréntesis 
por hoy. 
Y hoy talveztalvez 
no pierda pie
no me venga abajo 
no me desmorone 
como tantas veces. 


                      *   *   * 

Aquí 
aquí estoy 
en mi cueva 
yo 
el de la punta de silex 
el brujo que da vida 
quiero dejar mi huella mi marca 
mi mano voladora 
mi mano mágica 
pluma flotando en un viento de piedra 


                     *   *   *   

Katábasis vs. Anábasis 

La gravedad se impone a todos con fuerza de ley. Catábasis. El descenso es fácil: rodar cuesta abajo, hundirse hasta tocar fondo; luego no lo es tanto: hay que explorar ese abismo lleno de trampas, de sutiles asechanzas, de monstruos travestidos. Pronto nos hartamos de disipar equívocos, nos sentimos apabullados por tanta verdad enquistada, lo coriáceo de ciertos nódulos nos desanima.  
E intentamos volver al yo superficial, al ego falaz de todos los días. Anábasis. Pero nos perdemos en un entrevero de alas y de zarzas como el poeta Saint-John Perse. La subida es ardua con las alas encenagadas y maltrechas. Hay que huir sin embargo, huir hacia arriba, re-aparecer, emerger de la oscuridad dejando atrás lo turbio, lo enigmático, lo inexplicable. 


Poemas inéditos 

Paulina Juszko 
Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina

Es una ley: sufrir para comprender. 
Esquilo

Norma Dus

La hija del Turán

Cuando aprobé los severos, elevadísimos exámenes solicitados por el Palacio Real de la ciudad imperial, para llegar a Mandarín, conocí a la hija del Emperador. Tuve la misión de informar al pueblo y a los pretendientes, que ella solo se casaría con el Príncipe que respondiera correctamente los tres enigmas propuestos por ella. 
Su carácter es implacable, crudo, despiadado. 
La plaza del palacio está llena de picas con cabezas humanas, de anteriores interesados, quienes no consiguieron descifrar los misterios, y su suerte fue dejar su cabeza empalada. 
Aquella noche, el pueblo esperaba la ejecución del Príncipe de Persia. Solo faltaba que saliera la luna. Hombre joven y apuesto. La muchedumbre presente como de costumbre, la Princesa manteniendo su veredicto y los ocupantes de la casa real en los jardines. 
Ella también es muy joven y bella, pero inclemente, inflexible, no olvida a su abuela. 
Entre el gentío, está Calaf, hijo de Timur rey tártaro junto a Liú, su esclava. Todos huyendo de sus enemigos. 
En el palacio están los tres ministros, Ping, Pang y Pong, que al igual que yo, se hallan cansados de las ejecuciones, añorando la paz de sus hogares, sin sosiego, pero debemos seguir. La Princesa ha llegado a la edad casadera y proseguiremos escuchando el gong del nuevo aspirante. ¡¡¡Los Ministros ruegan a sus dioses que aparte esta maldición de China!!! Yo también… 
Esta noche, sonará tres veces el gigante gong, nuevamente. 
La Princesa otra vez planteará los tres acertijos. Ella misma otorgará su mano, si son respondidos correctamente. 
El Príncipe desconocido, al ver la hermosura, el esplendor de la soberana, a pesar de las advertencias, consejos previos de su padre, la declaración amorosa de Liú, sufre un enamoramiento fulminante… Sonó tres veces el gong… 
Calaf se apresta a responder. 
Turandot advierte que ella es la reencarnación de la princesa Lo-u-Ling, su abuela, flor inmaculada, que un despiadado invasor la arrastró hacia la noche, amordazando sus gritos. Turandot ha declarado a todos los hombres sus enemigos. Nunca será poseída. Ella vengará la pureza mancillada de Lo-u-Ling. Y luego le anuncia cada uno de los tres enigmas: 
El primero: “Cada noche nace, cada día muere. La muerte es solo una”. 
El extranjero responde: “La Esperanza”. 
Turandot se sorprende. Como todo está escrito, los sabios consultan los pergaminos, la respuesta es correcta. 
La Princesa plantea el segundo: “Surge como una llama y no es llama. Si se pierde o te mueres, se enfría. Tiene una voz que escuchas palpitante”. 
El joven, nervioso, pero seguro revela: “La Sangre”. El Emperador observa, el público escucha atento. Y los sabios aprueban. 
La muchedumbre alienta al Príncipe. Turandot está indignada, pero plantea la tercera adivinanza: “Si libre te quiere, te hace más esclavo. Si por esclavo te acepta, te hace Rey”. 
El pretendiente, ya desbordado y de rodillas, responde: “TURANDOT”. Los sabios leen y afirman. El pueblo vitorea. El Emperador sonríe… 
Turandot suplica a su padre que no la entregue, pero ya de pie le manifiesta que la palabra es sagrada. Y la Princesa en un arranque de furia le grita al vencedor: “Nunca seré tuya”, quien astutamente le expresa: “No lo serás, si logras adivinar mi nombre”. 
Inmediatamente la orden que se recibe en todo Pekín, dada por Turandot, es que nadie duerma hasta saber el nombre de ese Príncipe desconocido. Así los Ministros ofrecen recompensas en mujeres y joyas al extranjero con tal de que olvide a la pretendida consorte. El pueblo quiere matarlo. Los soldados torturan a Timur, y a Liú, y nada se consigue. 
Solo Liú vaticina a Turandot que lo amará, y se suicida. 
Quedando solo Calaf y la Princesa, en la plaza del palacio, ya que el pueblo huyó, él la besa apasionadamente, con tal embeleso que le declama su nombre. 
Así Turandot, tiene la libertad de elegir, seguir siendo libre o llevarlo frente al Emperador, los ministros y mandarines, y decir: 
“Conozco el nombre del extranjero”, como lo llama, y como hace. 
Calaf empieza a sufrir, esperando lo peor, su condena. 
Murmurando, Turandot declara: “Su nombre es Amor”. 
Y yo, como Mandarín de la Corte, después de muchos años, al igual que los ministros, hemos vuelto a tener paz, al ver que la rebelde Princesa ha sido vencida por el amor. 


Versión en adaptación libre de ‘Turandot’, ópera italiana. Giácomo Puccini - Adami / Simoni. 
De: Las hijas del Turán. Este libro de la autora contiene 19 cuentos basados en argumentos de óperas, donde la autora se introdujo como personaje secundario para desarrollar la historia. 

Norma Dus 
Nació en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Reside en San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina 

La persona sabia es flexible como un bambú contra el viento. 
I-Ching