Amargos días
de trágicas esperas,
el sol declina,
huye del mundo.
En la cercana oscuridad
se palpan las cosas,
se adivinan sus formas,
se intuyen presencias,
se cree en lo presente
y se duda del futuro.
¿Si el sol no llegara mañana?
¿Si se desvanecieran las presencias?
¿Si la soledad
fuera la última,
próxima compañía?
Carretas cargadas
De alegrías lejanas
viene el dolor
en carretas cargadas
de silencio y barro.
Paso a paso
descargan implacables
todo, sobre yuyos y espinillos
hasta el atardecer,
todo el desgarro morado,
toda la memoria renacida.
Y llegada la noche
los párpados cansados
caen sobre los sueños
y las pesadillas.
La palabra
En la noche, silente espacio,
brillo sobre la charca,
aullido en espaciados ecos,
latido que suena a campana.
Y un mecerse entre realidad
y el ensueño, allí,
brota la fuente,
cosquillea la mano,
ensancha el horizonte,
La Palabra.
Trepando el alba de los días
En la sonrisa vaga de vidrieras
se refleja toda el alma.
Espejo reluciente
de la felicidad.
Un perfume dulce del ayer
me atropella por
calles toscas de arrabal.
Sobre una huella de adoquines,
se reveló la quietud
del pasado, ese,
que debo asir, o dejar…
Hoy elegí ser otro más
en el bullicio ciudadano
Un pasajero que encontró
una ilusión y su identidad,
trepando el alba de los días.
Haidé Daiban
Buenos Aires, Argentina
Tus poemas , Haydeé, hablan de tu mirada profunda del HOY en este mundo, en esta humanidad. En el último, hay un respiro breve o más largo, en todo este panorama, "trepando al alba de los días". Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarMi querida Cecilia:
EliminarMuchas gracias por tu dedicado comentario.
Mi abrazo y mis mejores deseos
Analía