lunes, 30 de septiembre de 2024

Andrés Bohoslavsky

El nacimiento de un poema

En dirección opuesta a lo que los dogmas literarios ordenan 
-llevar instrumentos de cirugía al quirófano de la poesía- 
Yo voy a otro lugar, más parecido a un infierno que a una clínica 
donde el silencio no es salud sino muerte 

saco mis instrumentos: martillos cinceles barretas detonadores 
me sumerjo en el útero de las palabras 
ahí donde nadie se atreve, porque entrar 
es irse un poco de este mundo

actúo rápido para impedir que muera el poema 
sacarlo a la luz 
esperando que cuando apoyes la cabeza en la almohada 
esas palabras, ahora vivas, griten algo dentro tuyo. 


Vladimir, el astronauta que la historia prefirió olvidar 

Cuando bajó Neil Armstrong a la luna 
yo ya lo estaba esperando impaciente, con los tragos 
y la comida que había preparado mamá 

también llevaba en la valija 
un suéter por si refrescaba, una camisa de vestir 
por si filmaban 
y un poco de dinero para que la llame 
para que avise cómo había llegado, cómo había sido el viaje

éramos muy amigos 
nos habíamos conocido en el Italpark 
creo que ahí despertó su vocación de astronauta 
y mi pasión por los laberintos 

así que cuando las cámaras no enfocaron 
charlamos un rato de nuestras cosas 
como en los viejos tiempos 
luego recogimos los envases, las bolsitas de aceitunas 
y nos despedimos 

a Neil le gustaba escribir y era un poco bohemio 
teníamos planes fantásticos 
entre ellos en el lado oscuro de la luna 
en una parcela no muy grande 
construir una cabaña con un jardín 
al cual podrían venir nuestros amigos y quedarse cuanto quieran 

pero luego el mundo cambió demasiado
nuestra idea no avanzó, nunca habrá poetas en la luna 
ni podrás venir a nuestro jardín a escribir 
ni a mirar la tierra. 

Será por eso que Neil se hundió en el alcohol 
y a mí no me gusta mirar el cielo. 


El espejo de Sara 

Tenía ocho o nueve años, pero ya era un racionalista 
será por eso que cuando rompí el espejo de mamá 
escuché sus insultos riéndome 
más aún cuando habló de los malos presagios 
de los siete años de desgracias 
en casa, las cosas siempre andaban mal 
desde que recuerde, sin necesidad que se rompiera nada 
me hizo reír todo el día 

a los pocos días pasó lo de papá
luego, mi hermana Valeria falleció en Londres, 
en un atentado del IRA 
Patty desapareció en los 70’s 
a Jaime lo electrocutó la licuadora 
y Fabio partió rápido por una inocente picadura de avispa 
pensé que era solo una mala racha, que todo terminaría pronto 

pero luego cayeron otros: 
la tía Irma en un choque 
al tío León se lo cargó la triple A 
mi primo Iván murió en Moscú 
mamá dice que fue una pulmonía 
pero sé que fue el cuchillo de un marido excesivamente celoso 
un insensible y egoísta 
y así el paso del tiempo se llevó al resto de la familia 

claro, que de este suceso pasaron más de cincuenta años 
solo un tonto pensaría en él 
ayer fue su cumpleaños noventa y tres 
realmente la pasamos fantástico 
preparó una torta exquisita
tan simple y cariñosa como siempre 

la vida fue cruel con ella
como si un experimento del mal 
hubiese caído sobre su persona 
y pensé que no mereció quedarse tan sola. 

Creo que la sorprendí, no fue fácil conseguir un espejo igual 
tendrías que haberle visto la cara cuando se me cayó. 


Una visión en altamar 

Un catálogo extraño, artificios no-poéticos 
una visión apasionada 
el salto del mito al logos 
y ahora un puente al misterio 
al principio era el verbo 
pero hoy no, hoy detuvimos el proceso 
el desierto, el silencio quieto 
la civilización de sabios consejeros 
de una teología más oscura que nos dice: estás loco 

este estúpido problema llegó demasiado lejos 
pondrán un hiper en el monte de los olivos 
un drugstore metafísico, capillas de evasión 
grilletes en mis pies para vender cómics 
serigrafías acuarelas poetas envasados 
latitas con pedacitos de Kafka o de Rimbaud. 

Serán baratas, salvo que quieras un frasco de Dios para coleccionar. 


Del libro del autor: Margot, la prostituta que leyó a Bakunin y otros poemas. Prólogo de Sergio Rigazio. Colección Poesía Mayor. Leviatán, 2019 

Andrés Bohoslavsky 
Argentina 

1 comentario:

  1. Hermosos y para analizar y degustarlos a los poemas de Andrés pero el que más me sacudió es del astronauta la realidad del primero. "Será porque Neil se hundió en el alcohol y a mí no me gusta mirar el cielo".
    Abrazo Analía

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