Me invita a danzar, duende azulado
voy prendida a las crestas de sus olas.
Mística inmensidad que se agiganta
nubes blancas con alas de gaviotas.
Quiere abrazarme y al rozar mis ojos
arde su sal, empaña la mirada.
La noche va encendiendo los candiles
ondula el agua de la espumosa playa
presagios de bravíos temporales.
Sacude el gris misterio del oleaje.
La barca de la vida me regresa
temblorosa, un ave sin plumaje.
Anclado en el puerto yo te miro
mar tranquilo, serenidad que asombra.
Por besar el universo luminoso
me diluyo en el seno de tus olas.
Heredad
Hay un grito con eco en los peñones
y un cóndor con sus alas bien abiertas.
El viento me ha quitado de las manos
las notas musicales del poema.
Un encuentro nació en Villa Dolores
la primera espiga de la siembra.
Un sueño que se vio multiplicado
por la entrega total del gran poeta.
El patriarca convocaba con su verbo
derribando horizontes y fronteras.
Nacieron uno a uno los encuentros
confundiendo el color de las banderas.
Cuántos versos florecen por el mundo
en las calles, las plazas, las escuelas.
Van tejiendo amistad en cada verso
los sueños delirantes del poeta.
Patria chica, aquí en Villa Dolores
capital de poesía nuestro suelo.
Simiente que legara el gran maestro
Don Oscar fundador de los encuentros.
La estrella azul
A la azafata Lilian Almada
Pampas y cerros cruzó el pájaro mecánico.
En raudo giro sus plateadas alas,
un golpe fugaz abrió la puerta,
un ángel azul, resbala.
Flotó en el aire, pálida azucena
entre el celaje de la gris neblina
cayó en un pajonal de verdes matas,
la noche la cubrió con manta fina.
Divino paraíso transerrano
rumoreado por vertientes frescas,
la muerte fue a buscarla en pleno vuelo
dejando el corazón entre las piedras.
Sus manos se agitaron cual palomas,
y ella se fue en la nave sin regreso,
tiembla el corazón al recordarla
de los que al partir, dejó últimos besos.
Pampas y cerros son todo un blanco manto
para la niña que cayó del cielo.
Hay algo místico en el aire,
una luz que ilumina a los arrieros.
Huellas, sendas y silvestres flores,
dejan los lugareños en su cruz.
Y comentan que en noches de silencio
cruza la pampa una estrella azul.
Poemas tomados del blog del Grupo Tardes de la Biblioteca Sarmiento
Isabel Nieto Grando
Nació en Suco, Río Cuarto. Reside en Villa Dolores, Córdoba, Argentina
Los tres poemas son muy buenos, pero me ha conmovido La estrella azul. No sé si porque intuyo que una desgracia real se ha convertido en poesía o porque ha conseguido Ud. que sus versos dulcifiquen de algún modo una tragedia, extendiendo el vuelo al infinito de ese cometa involuntario, que cruza las pampas entre las estrellas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura y tus conceptos.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
"Un salto es como un incendio; un salto que consume el espacio" Mallarmè
ResponderEliminarSentido y bello poema a esa mujer que sin querer se transformó en un pájaro sin alas, sin palabras, sin recuerdos. Pero el dolor y la ausencia persisten
Felicitaciones
Gustavo:
EliminarMuchas gracias por tu lectura y tus conceptos.
Mi abrazo y mis mejores deseos