que ya no están
Estoy porque estoy
porque la parca aún
no ha llegado a mi puerta.
Como me acuerdo de pocos
que fueron muchos,
estoy agradecido a la vida
por habernos compartido, y olvidado.
Porque la vida es corta
inventamos la inmortalidad.
Mientras perduramos
como la hoja que lleva el viento.
Como la hoja
del árbol que no tendrá
a quién dar su sombra,
ni a qué vientos abrazarse para ofrecer
su danza de perennidad.
La que ya no hace muecas bajo la lluvia,
ni canta en el coro de gorriones,
ni ejecuta en la orquesta de la vida.
Sin embargo, grises y opacas se yerguen
sobre la tierra y cantan mientras
se transforman en verdes pastos
para iluminar el Universo.
Qué es poema
Qué es poema
sino la soledad,
el frío, la pena,
el río de palabras
que corre entre las piedras
que son blancas
que son negras
y que rolan calle abajo
como ruedas
y las chispas que se escapan
en su choque cuando truenan
cuando lloran
cuando piedras
porque al ser como la vida
van y chocan
como lo hacen las palabras
cuando en el camino suenan
como suenan sin descanso
las palabras de un Poema.
Canción de río
Tomo mates de perfil
con la yerba olorosa del recuerdo
bajo la sombra del vuelo de las aves,
y allí cantarle con mi voz a la gran luna
montada sobre cuerdas de guitarra.
Cantarle como uno sólo sabe,
igual que un perro en celo y enjaulado
que entre un ladre y ladre le reladra,
como loco que llora agua a baldes
y corre al trote detrás de un arco iris
cual potro enamorado.
Yo quisiera que mi canción sea un hechizo
para tener un encuentro a cuatro manos,
y extraer todo el polvo de la nada
tras la dura jornada que me excita.
No quisiera exhalar sabiduría
para que el can no la huela ni perciba,
así el pordiosero que me habita
podrá morder al terminar el día
un merecido terrón de azúcar fina.
Atrás vendrá el topo escudriñando
las líneas rectas con todo su respeto.
E igual las sábanas retozarán al sol
sin pedir a nadie alguna tregua,
para volar blancas mecidas por el viento.
Y con las cuerdas que envuelva mi garganta
no tendré frío por el calor del alma
y me haré por el destino humano
el dueño de la luna y la guitarra.
Junto a una oleada de música y poemas
vendré coreando una canción de río,
para llevar la aurora al medio día
y entibiada dejarla sobre arena.
Abel Otto Torre
Córdoba, Argentina
Gracias, mi querida amiga.
ResponderEliminarUn gusto compartir tus poemas, Tao.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
Mientras leo tus poemas olvido mi soledad.
ResponderEliminarMuchas gracias querida Mimí, me alegra saber que has disfrutado de los poemas de este autor.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
Estimado Abel, me han gustado tus poemas "agriculces"
ResponderEliminarTe cuento un deseo. ( canción del rio)
Yo quisiera escribir cómo tú!
Beatriz Casera
Querida Beatriz:
EliminarMe alegro que te han gustado los poemas de este autor.
Mi abrazo y mis mejores deseos