Niñez sin niñez
(a todos los niños del mundo)
¿Dónde
está tu rostro niño?
¿Dónde
la inocencia en ojos azabache?
Veo
tus mejillas sucias
por
el llanto y el frío descarnado.
Veo
almohadas de baldosas
y
colchones de cartón ennegrecido,
y veo
harapos, muchos harapos
que
cobijan tu cuerpo
sin
destino.
¿Dónde
están tus sueños, niño,
y
dónde el porvenir sin ilusiones?
Tu
corazón late distancia
y tu
mente,
aún
sin concreciones,
se
presta a juegos
con
revólveres y asaltos
para
satisfacer
a
gentes que exigen tu obediencia.
¿Dónde
está tu rostro niño?
Tal
vez metido en una bolsa
para
crear noches,
con
viajes placenteros,
sin
un camino de vuelta.
Viene
el invierno, niño,
y tus
tripas sin calor
moverán
la nada, acobardadas,
por
su quehacer sin sentido.
Vacío
Estoy aquí, sin ecos ni sonidos.
Sola de soledad en mi desierto.
Fría vivencia, rostro de algún
muerto.
Cadencia sin vibrato y sin
tañido.
Iglesia. Confesión de un sin
sentido,
carencia muy sutil, cual
desacierto.
Hostia, fragilidad, puerto sin
puerto.
Vacío vivencial, hueco y olvido.
Recuerdos que se evaden. Algo
mío
que quiero retener sin desvarío,
para justificar mi ser; pero
carezco
de lucha por crecer en un pasado
cubierto de tristezas y, a mi
lado,
sólo un ayer sin fe. Así
fenezco.
Un racimo
Un racimo de uva nos condensa
el licor, la dulzura espirituosa.
Nos atrae su aroma cual la rosa,
que invade y nos envuelve por
intensa.
Nos asombra su forma roma y
densa.
Pirámide de jugos, majestuosa.
Se vuelve escurridiza por acuosa
e impregna paladares sin ofensa.
Decora con zarcillos los
parrales
desde un lejano tiempo de
arrabales
hasta el hoy, que los forma con
esmero.
Sabiendo que al cuidarlos se
preservan
su presencia en el tiempo y se
conservan
los deseos de un Baco, por
primero.
Mutación
Centro de circunferencia.
Comienzo del radio.
Síntesis del deseo y la eclosión.
Inicio de un todo con destino.
Exacta división de la materia
con futuro de forma convenida.
Un fin que cabalga las horas
hasta que la mutación expire.
Laura Beatriz Chiesa
La
Plata, Buenos Aires, Argentina
Laura, me conmovió la realidad tan precisa y triste del primer poema. Los sonetos tan perfectos en su forma y tan ricos en su interior muestran como lo clásico tiene vigencia cuando una mano maestra los confecciona, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Gracias por tu lectura y tus conceptos, querida Betty.
EliminarCariños, buena semana
Analía
cuántas sensaciones y sentimientos reales, duros, dolorosos, en un abanico donde la belleza no puede escapar del dolor. cada vez se perfila más una poética nueva, intensa. felicidades querida laura! susana zazzetti
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Susana.
EliminarSaludos
Analía
Gracias, Susana, siempre tan benevolente con tus palabras hacia mi poesía. Te abrazo, Laura.
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