-Olavarría,
provincia de Buenos Aires, Argentina-
De sangre y lejanía
es tu camino que no recorro
…no conozco.
De llaga y de cansancio es el mío
que no recorres ni conoces.
Son campanas mis palabras y mis manos
y las tuyas
pezuñas y relámpagos
oscuro todo,
desnudo de tiempos
Golpeado de olvidos.
Con el olor de hombre que sólo sabe decir te amo
mintiendo amaneceres.
*
* *
Siempre le dije que los unicornios no se pierden
y menos los azules
que deje de buscarlos.
Siempre le dije que no mire debajo de los vientos
porque sólo hay rotaciones y ecos de perfumes.
Que abra los ojos al mismo universo
que sacuda la piel anterior
y lave los sueños más antiguos,
que empiece a sangrar por las verdades más desnudas
y reclame las agujas, los relojes,
los pétalos de todas las violetas
también esas miradas que suspiran en las terrazas.
Debo confesarle que no en todas las noches se copula
también se riegan con hielo los poemas
y alucinan los pubis con el semen hueco de los dioses.
Entonces quiero decirle que no busque más como un ciego
violento
que descubra los fragmentos a su lado
esos
que con el mismo cuerpo y la urgencia animal que lo persigue
no ve
no puede ver
no sabe ver.
*
* *
Ya tenía el sol en el camino
mi pisada de loba al final del laberinto
hasta guardaba mis sudores
en todos los silencios.
Escupía los besos con un golpe de llanto
vos robabas los míos mordiendo las palabras
vos pecabas de encierro y de traiciones
vos
…abandonaste el espacio de sonidos
manchando esas noches de pieles y de lunas.
Ya no me parezco a ninguna
y me voy perdiendo en espejos
que se amontonan en los estantes del viento.
Hoy, ajeno, intruso en mi dolor
te dejo en un olvido inolvidable
para acostumbrarme a no verte adonde estabas.
*
* *
Hay un morir tan lento
cuando falta en mis días tu costumbre de verme.
Te voy llevando en mi espalda junto al sudor y a la brisa,
germino entre desechos y te lloro dos veces
con ese olor a perla abandonada.
La sangre se cansa de esperarte
hundiéndose de a poco en la garganta
…ya no puedo nombrarte.
*
* *
Sólo dos palabras necesito
Para que este silencio de mármol que encadena
Sienta nacer de mí…la vida
Y que suene entre los huesos
Que sus sílabas se prendan de mi pelo
Que anden por la boca y encima de mi sombra.
Porque antes de morir ciega de olvido
Necesito escuchar ese “te amo”
Aunque sea una mentira de ceniza y despedida.
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Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, cómo
podemos malgastar tantas horas?
Mahatma Gandhi
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María:Ya había leído algunos de tus poemas (no recuerdo cuándo ni dónde) Me gustan, simplemente, me llegan.
ResponderEliminarEn horabuena esta publicación, Analía
Bertha Carou
Gracias por tu lectura y tus conceptos, querida Bertha.
EliminarUn saludito cordial
Analía