-España-
Si me faltas...
Yo quería morirme. No me importaba. No, ayer no. Ayer
hubiera muerto a sabiendas de perderlo todo y a todos. Ayer sentí la ausencia
de tus manos en mi pelo, de tus labios en los míos, de tus ojos, y deseé morir
como nunca por temor a tener que desaprenderlos. No siempre basta con ser
valiente… La felicidad me rehuía, la soledad me saludaba de la mano de tu
imagen más desolada. Tu no-tú y mi no-yo se deseaban en silencio, pero
mantenían la actitud fría y dura que creían apropiada para ese momento, exenta
de ternuras.
Pero desconocíamos, amor, que la piel es sabia, que sabe
tomar las riendas en el momento exacto, cuando descubre horrorizada que la
razón se ciega en estúpidos argumentos que amenazan su felicidad. Entonces
actúa, se erige por encima de todo y grita, reivindica su necesidad de decidir
cuando la mente se bloquea, y toma el poder, el bendito poder, a tiempo de
convertirnos de nuevo en ti y en mí.
Negro zaino
8 de la mañana del 7 de julio. Pamplona es una fiesta. Es la
primera vez que asisto al encierro y estoy algo despistado. Sé que la carrera
no durará más de 2 o 3 minutos, pero es peligrosa y debo tener los cinco
sentidos bien alerta. Observo con curiosidad a los mozos, que cantan y se
encomiendan al patrón. Me gustaría poder hacer lo mismo. El lanzamiento de un
cohete da la salida y empiezo a correr sin saber muy bien hacia dónde. Me dejo
llevar por los demás. Me tropiezo con otros compañeros y algunos caemos al
suelo, pero hay que levantarse deprisa, la calle está abarrotada y corremos
peligro. Sigo corriendo, pero empiezo a notar que el cansancio se adueña de mis
músculos. Me cuesta mucho respirar y sopeso la posibilidad de abandonar la
carrera. Aflojo la marcha, consciente del peligro que supone, y me doy la
vuelta, exhausto. En ese momento veo las caras de terror de los mozos que
corrían por detrás. Sus ojos se clavan en los míos. El sudor que cubre por
completo mi lomo le confiere al negro una tonalidad inquietante. En un último
esfuerzo, me lanzo contra ellos. Que sea lo que Dios quiera.
Hace tiempo que no escribo. Hace tiempo que perdí mis
letras. Te las llevaste lejos, contigo, sin saberlo. Al marcharte te siguieron
en silencio como niños encantados por las notas mágicas de tu flauta.
Y yo me quedé aquí, primero confiando en que pronto
volverían; después, extrañando que tardaran tanto y, hoy, apurando las que
quedaron rezagadas y logré recuperar, y que no me sirven más que para suplicar
torpemente que me devuelvas el resto.
Si alguna vez te asomas a este espacio vacío, a esta hoja en
blanco, y lees esto, sabrás cuánto las necesito. No te pido que te quedes, de
sobras sé que en tu horizonte ya no ondea mi bandera, tan sólo que las
conduzcas hasta la frontera y les muestres dulcemente el camino de vuelta.
Ellas harán el resto.
Hubo días en que tu muda curiosidad me puso entre la espada
y la pared. Pensé de ésta no me escapo, de hoy no pasa, pero no. Me
interrogabas con los ojos, pero tu boca seguía sellada. Y yo, sin embargo,
seguía sintiendo las afiladas aristas de la pared contra mi espalda.
Temía ganar, y más aún perder. Pero hoy, con la fingida
valentía que nace de la resignación, te respondo. Ya no importa. Ya puedo
hacerlo.
Sí, la respuesta a todas tus preguntas, fueran las que
fueran, era… sí.
De matemáticas
De pequeña odiaba las matemáticas. Para mí no eran más que
conceptos abstractos alejados de la realidad.
Después crecí y descubrí que las matemáticas también
explican el amor. Que dos rectas paralelas son los caminos que recorren dos
personas de la mano. Que la geometría te ayuda a calcular el ángulo perfecto de
un beso juguetón.
Aprendí a sumar momentos, restar penas, multiplicar
instantes y a descubrir la importancia de dividir, que es compartir, es
querer.
Ahora veo el amor por todas partes, será porque te quiero
“infinito”.
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La lógica te llevará del Punto A al punto B. la imaginación
te llevará adonde sea.
Albert Einstein
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Es una escritora genial,pero como persona es SENSACIONAL.
ResponderEliminarJosefina
Gracias por acercarte, Josefina. También yo miro a la persona antes que a su escritura.
EliminarUn saludo cordial
Analía