-Santa Fe, Argentina-
Mariana
-Después que te vi, aquella mañana cambió por completo.
Y ahora aún me parece verte, pues tu imagen permanece intacta en mi memoria y cada vez que recuerdo, esos momentos se repiten e inspiran de la misma manera, con la misma emoción, con la misma sencillez con que ocurrieron.
Porque aún me parece verte una y otra vez, en el aire, lanzando los brazos hacia arriba con un donaire inigualable,
Y me parece verte, sin que me veas, pensaste que estabas sola, pensaste que ese espacio se regalaba para vos, para que lo usaras y lo hiciste.
Y me parece verte en vertiginoso impulso, respondiendo a una música interior que te era propia, que te llevaba, que te estremecía,
-y apenas pasaste el umbral de la puerta diste libertad a tu libertad y te impulsaste, y allí partiste en rápida carrera hacia el centro y en él, entre giros, saltos y volteretas dibujaste en el espacio una dinámica escultura viva, vibrante, ligera, tenue y silenciosa como la vida misma en el interior de nuestro cuerpo.
Y me parece verte descalza, aun calzada, desnuda aun vestida, en apariencia viva por lo grácil, en apariencia de otro lugar de otro mundo, de otras latitudes, pero allí tan real y tan lejana...
Duró un instante pero aún perdura.
Duró un instante y luego te alejaste, y el patio lució nuevamente su vacío entorno,
Sin vos solo un patio el mismo que con vos por un momento fue un cielo, cielo de pájaro, ya que sólo un ave puede asemejarse a lo que con tu presencia me brindaste.
Pensaste que nadie te vería, pues te equivocaste, apenas apareciste frené mi marcha y fui testigo de tu glorioso escape.
Así era él
Con una sonrisa sutil, prolijamente estudiada, como para hacer creer que todo está bien, arbitrada para ocultar cualquier emoción disgusto o desacuerdo…
Aparentar algo, a pedir de boca, lo que quieras, lo que te apetezca, está listo, pronto a satisfacerte…
Sonrisa, mueca, movimiento angular, ensanchamiento de los labios, leve jadeo, entonación de los ojos, inclinación de la cabeza hacia atrás, y las manos abiertas sobre la mesa, o sobre la falda, una en cada pierna (abiertas en señal de confianza, abiertas en flacidez y como a punto de tomarte las manos a vos o a palmearte la espalda o a tomar un cigarrillo y encenderlo (claro, justo después de haberlo colocado en el ángulo izquierdo de la comisura de los labios abiertos para la sonrisa…
Sonrisa falsa, conquista de ensayo tras ensayo…
Falsa hasta el hartazgo.
Sonrisa… tul de encubrimiento.
Franja de ataque ante cualquier impedimento.
Implantación académica.
Defensa, ambigüedad, incertidumbre, ocultamiento.
Frío contacto visual.
Flacidez, ondulación, adulación…
Escondrijo de la verdad, articulación, sólo eso, gesto e idea macabra.
Y las manos, si te las da, esas manos, blancas y blandas, gelatina entre las mías.
Esas manos al igual que la sonrisa, carentes de vida natural.
Blancura, palidez en desmesura, mentira, impavidez, asco…
No esperes más y no dejes que te hable pues cada palabra suya será hueca.
Será solo una ilusión imperdonable…
……………………………………………enero 2005
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He decidido apostar por el amor. El odio es una carga demasiado pesada.
Martin Luther King
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miércoles, 13 de junio de 2012
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