-Buenos Aires, Argentina-
Alrededores
También amo el entorno cercano
……………a la tumba de mi padre,
la avenida, las casas sencillas
los árboles que cercan la muralla
…………….donde se esconde
el tibio cielo donde vives.
Siento que caminamos cómodos
………………por aquí
¿no somos muerte,
……………………………….también?
Tierra, amada tierra
…………..que ahora yace plácida
amorosamente cansada
……………sin embates,
……………sin un dolor que sí hay afuera,
un dolor caído y vencido
como el de las rosas
……………que acompañan tu espacio
………………………………………………………ahora.
Pero amo este pequeño banco de cemento,
la piedra gris
…………….que cubre el inmóvil corazón
el anónimo pájaro
………………que canta.
Y no hay más que esto,
aquí,
………………cansados.
Al Aguaribay
Con tu caudal de copa espesa,
con tus bordes de delicadas plumas pendulares,
con tu enorme curva de copa que cae,
llegas al perfecto mundo de la espera.
Como un manto de pequeñas cascadas, las breves hojas,
penden su silencio de árbol cóncavo,
como la sombra,
la sombra que abajo se derrama
y nutre la fina alfombra del suelo seco.
Si el pájaro busca su refugio
o cuando la lluvia late su honda transparencia
en las pequeñas ramas,
apenas la inmóvil forma se desplaza,
desgajándose apenas.
Sólo el viento hamaca definitivamente
su multitud infinita
y parece, entonces,
un muelle solo y perdido.
………………………………………La Cumbre, 2003
Estos dos poemas pertenecen al libro Caminos, Botella al Mar, 2009
………. * * *
El musgo y la calma
Solo, en la penumbra,
el sobreviviente del mar
tiende su planicie verde
sobre la larga pétrea
y descansa.
Cómodo en el muro
instala sus vegetaciones
………………………………de orden
………………………………y constancia
y como el antiguo reptil
que lo horadaba,
ama la húmeda
……………………colonia de la sombra.
En espera silente,
busca en el cielo
el ángel de la lluvia
y su médula seca, entonces,
bebe el diminuto manantial
pasivamente
Es bueno sentir
…………………su presencia
compañía de la calma
y el silencio.
Pisadas ausentes, a veces
lastiman ese pequeño, gran mundo
…………………………………….esparcido
o un caballo, también,
roza la frágil, fina capa
…………………………………de verde, verde musgo
¿Hay lágrimas,
…………en los pequeños filidios?
Todos hemos pisado,
………………………………alguna vez,
el tendido musgo,
………………………………nuestra calma.
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Me callo, grito. No hay un momento para gritar o para callar. Tú eres mi único grito. Tú eres mi único silencio.
Mahmud Darwish
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miércoles, 13 de junio de 2012
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Querida Analía, gracias por tu esfuerzo y generosidad!. Espero que estés bien.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Amalia
Gracias a vos, querida Amalia, por confiarme tus poemas para compartir con los lectores de la revista con voz propia.
EliminarMi cariño y mis mejores deseos cada día
Analía
Hola Analía y Amalia: qué delicadeza y fusión con la Pachamama se advierten en estos poemas de Amalia, y qué lindo encontrarlos en estas páginas de tu revista que hallegado al número 50. Felicitaciones a mabas Irene Marks
ResponderEliminarAgradezco tus apreciaciones, querida Irene.
EliminarMi cariño, que estés muy bien
Analía