-La Plata, Buenos Aires, Argentina-
El amor
Es una cortina,
una niebla densa,
a veces espejo
con cosas deseadas
o estrellas fugaces
que tocan montañas…
Se nos van los miedos,
brillan esmeraldas
dentro del ensueño
que dice “por siempre”.
El tiempo implacable
disipa la niebla,
corroe el espejo
que sólo refleja
lo que más lastima;
no hay piedras que brillen
y crece el “nunca”.
El amor no muere,
se convierte en lluvia.
Atardecer
El atardecer juega con las sombras
al ocultamiento de lo absurdo.
En mi atardecer también juegan
sombras y espejismos.
Soy y no soy en esos juegos,
repito el fanatismo de lo opuesto
pero no me defino.
¡Poseo tantas formas, tantos matices!
Asciendo y desciendo desniveles
por partes, desmembrada
y dejo jirones de mi existencia
colgando en cada plano,
pero nunca logro la totalidad.
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Vos ya fuiste usada, no permitas ser dominada.
Isadora Duncan
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viernes, 25 de septiembre de 2009
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